Omar Carrión, vicepresidente de Comunicaciones de Kellogg's. | Foto: Cortesía

ENTREVISTA

“No todo lo natural en exceso es bueno”: Vicepresidente de Comunicaciones de Kellogg's

Omar Rincón, quien participó del Effie Forum esta semana en Bogotá, pidió un diálogo entre empresas, ciudadanos y gobiernos para lograr más transparencia sobre información nutricional. Dijo que el problema no es prohibir el consumo de ciertos alimentos, como se ha planteado en Colombia, sino balancearlo de acuerdo con cada persona.

24 de noviembre de 2017

SEMANA: ¿El debate sobre la calidad los alimentos que consumimos en Colombia se está dando con el sustento científico necesario?

Omar Carrión: La discusión y el planteamiento van en todos los sentidos. Creo que evidentemente científico en cuanto a la validación sustentable de los postulados y la información que hacemos. Pero, evidentemente, también hay un tema de forma que tiene que ver con la parte emocional, pues somos seres humanos y hay cosas que nos mueves. Toda esta consciencia e importancia que le damos a tener una vida saludable, y entender mejor lo que consumimos, se vuelve cada vez más importante.

SEMANA: A veces da la impresión de que el debate es más emocional…

O.C.: El gran reto que tenemos hoy las compañías y las marcas es cómo conjugamos esas dos vertientes para entregarle una propuesta de valor interesante a la gente. Que la gente, a partir de eso, vea algo tangible y de valor en la propuesta que se ofrece, porque de otra manera no te eligen y te rechazan. Este es un reto desde la parte comercial y de interacción con nuestros clientes.

SEMANA: En Colombia hay organizaciones, como Red Papaz, que piden más información sobre los contenidos de los alimentos y transparencia en la publicidad. ¿Hace falta trasparencia?

O.C.: En nuestro caso, sí estamos muy comprometidos con entregar información formal, transparente y clara que le ayude a tomar mejores decisiones a la gente. Damos sustento tangible y necesario, en especial en el campo científico, para darle validez a la información que estamos dando. A partir de eso creemos que nuestros productos y propuestas que tenemos son ricas y nutritivas dentro de una dieta balanceada.

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SEMANA: ¿Pero falta más información?

O.C.: Es importante dar esa información porque una dieta balanceada varía de persona a otra y no hay una fórmula puntual que nos aplique a todos, porque nuestro cuerpo tiene requerimientos distintos. El tema es cómo proveemos la información necesaria para que el consumidor pueda estar mejor informado y pueda tomar mejores decisiones. Ese es el compromiso que tenemos como Kellogg’s para participar, de alguna manera, en la tendencia que se está dando en Colombia, pero que también se ve en otros mercados de Latinoamérica.

SEMANA: ¿Cuál es el fondo del debate: falta información o se quiere satanizar ciertos alimentos?

O.C.: Lo que creo es que hay puntos de vista muy variados. Hay muchos participantes desde los gobiernos, desde las organizaciones sociales y desde las empresas queriendo participar en esa discusión y eso está bien. Ahora, el punto es cómo construimos puentes de integración para que, al final, el consumidor pueda tomar mejores decisiones. Como compañía, creemos que la parte que nos corresponde es darle toda la información posible y necesaria, por supuesto sustentada y validada, para que al final todo sea transparente y la gente pueda tomar mejores decisiones. Es un tema multifactorial en el que haya marcos de referencia. La discusión es buena y nutre los debates, pero ya es el momento de tejer puntos de acuerdo en función de lo que el consumidor necesita.

SEMANA: ¿Se puede plantear que sí hay alimentos que afecten, por ejemplo, el buen desarrollo de los niños o adolescentes?

O.C.: Esto también es un tema de educación, que tiene que ver con las porciones, las mezclas de ingredientes y otros factores. En foros abiertos suele difícil explicar cuál es la diferencia entre nutritivo y saludable o si solo lo que es natural es bueno, por lo que ahí comienzan a entrar otros aspectos. No todo lo natural en exceso es bueno, como evidentemente hay cosas que al ser consumidas sin balance al final acaban haciendo daño. Esa es la parte educativa y de reforzamiento de información que debemos hacer, al que particularmente nosotros hacemos para ayudar a la gente a tomar mejores decisiones.

SEMANA: Eso no responde la pregunta…

O.C.: Es que los excesos al final son malos y la gente lo que tiene es que comenzar a tener claridad sobre cómo adecuar los distintos grupos alimenticios de acuerdo con sus posibilidades y con sus necesidades. Hoy tenemos mercados en distintos países en los que podemos tener problemas con la obesidad, pero también podemos tener problemas de desnutrición. Entonces, se debe mirar cómo ecualizar estos factores.

SEMANA: ¿De quién es esa responsabilidad: de los Estados, del ciudadano, de las compañías…?

O.C.: De las empresas, evidentemente, que debemos ser ciudadanos socialmente responsables con los mercados en los que participamos. De los gobiernos porque eso hace parte su rol y responsabilidad con los ciudadanos. Y de las organizaciones sociales de alguna manera también juegan de contrapeso en esas discusiones. La participación de estos tres sectores es fundamental para llegar a un buen puerto.

En contexto: Y ahora, ¿qué vamos a comer?

SEMANA: En Colombia se ha ventilado la posibilidad de prohibir la publicidad de ciertos alimentos en los medios de comunicación. ¿Es necesario llegar a eso?

O.C.: Lo que digo, desde nuestro punto de vista como compañía, es en torno a esta inquietud que hay a nivel global sobre los estilos de vida saludables, pues hay regulaciones globales, regionales y locales. Desde nuestra perspectiva procuramos atender y alinear nuestras propuestas a esas normatividades, en especial a las locales. Claro que también tenemos ciertas normas y reglas de autorregulación como parte de nuestro objetivo de ser socialmente responsables. Hay una parte formal de regulación de país, mercado y región, pero también es importante el esfuerzo de autorregulación para ser un actor socialmente responsable.  

SEMANA: ¿Pero habría que llegar a regular esto en los medios?

O.C.: No creo que eso llegara a ser la única parte de la solución. Hoy hay muchos mercados donde hay ciertos niveles de regulación. En conjunto se tienen que lograr acuerdos para determinar cuál es la mejor solución para ese mercado. Insisto, el problema es multifactorial y debemos poner a disposición de la gente las propuestas para que ella decida qué es lo mejor. No podemos correr el riesgo de decidir por decreto que está bien y qué no. El consumidor tiene que jugar un papel importante. Además, hoy hay muchos medios y plataformas que se han democratizado rotundamente, por lo que creo que la discusión está abierta. Creo que si el mensaje es contundente y agrega valor, pues la gente lo va a recibir.