NACIÓN
Video: “Familias por la verdad”: el polémico grupo antivacunas que apoya el uso del dióxido de cloro en Bogotá
El grupo de activistas realizó un plantón en la ciudad y aseguró que serán más las movilizaciones para advertir de los riesgos que tienen las vacunas; mientras tanto, en el mundo se lucha por conseguir la inmunidad de rebaño.
Estudios realizados por reconocidos y prestigiosos institutos y universidades del mundo se han preocupado por encontrar evidencias que demuestren que la salida más próxima y segura de la pandemia del coronavirus son las vacunas.
Desde que las gigantes farmacéuticas del mundo desarrollaron las vacunas y las distribuyeron, la desinformación ha sido uno de los principales obstáculos. Primero fue el cuestionamiento a la seguridad de la de AstraZeneca. Luego, fue el turno para dudar de la efectividad de la vacuna de Sinovac, y después la protagonista fue la de Johnson & Johnson a raíz de los casos de trombos raros que aparecieron en algunos ciudadanos inmunizados en Estados Unidos.
Frente a esto, en ese momento la comunidad médica y científica tuvo que salir a defenderlas. En el caso de AstraZeneca, tras el comunicado de la EMA, quedó claro que si bien hay un posible vínculo del biológico con esta rara condición, el riesgo es tan bajo que los entes regulatorios decidieron mantenerlo.
Y mientras los esfuerzos siguen para desvirtuar dicha información y fomentar la seguridad en las vacunas, hay algunos grupos de ciudadanos que se han enfocado en desvirtuar la efectividad de los biológicos y advertir de serios peligros que puede tener una persona al acceder a las inyecciones.
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En Bogotá, por ejemplo, se ha venido organizando un grupo de personas bajo el nombre de “Familias por la verdad”. En su cuenta oficial de Facebook se catalogan como: “la respuesta de un equipo multidisciplinario de activistas cristianos pro-vida y pro-familia a la censura y el ostracismo mediático desplegado sobre la investigación independiente y las posturas críticas al plan mundial de vacunación”.
Lo más preocupante es que han venido realizando plantones en varios puntos de la ciudad con pancartas en contra de la vacunación y una de ellas, que más llamó la atención, fue “sí al dióxido de cloro”, una práctica que ha sido bastante controvertida por las autoridades sanitarias que advirtieron graves consecuencias para las personas que ingieren esta sustancia como una forma de prevenir el coronavirus.
— FAMILIAS POR LA VERDAD (@familiasPLV) August 11, 2021
Justamente, el año pasado, cuando se dieron a conocer casos de personas que estaban tomando dióxido de cloro como “la cura para el coronavirus”, la OPS publicó un comunicado oficial en el que recomendó a los médicos no usar esta sustancia para tratar el virus.
“La OPS no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral (intravenosa, intraarterial, intramuscular y subcutánea) en pacientes con sospecha o diagnóstico de covid-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”, se afirma en el documento.
La Organización Panamericana de la Salud recomendó que la población evite consumir productos que contengan dióxido de cloro o sustancias relacionadas y que toda la comercialización de dichos productos con fines terapéuticos se informe a las autoridades.
Es importante resaltar que entre los riesgos más grandes que hay al tomar dióxido de cloro están náuseas, vómito, diarrea y deshidratación severa. Según lo dicho por la OPS, “el dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren, pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas (...)”.
Son varias publicaciones las que comparten en su página oficial de Facebook y muchas van en contra de lo que han querido hacer los Gobiernos sobre pedagogía para que sean más los ciudadanos que se vacunen y se alcance la inmunidad de rebaño.
“Las Farmacéuticas NO se hacen responsables, los Gobiernos NO se hacen responsables, los Médicos no se hacen responsables, los Empleadores NO se hacen responsables, pero si NO nos “v.a.c.u.n.a.m.o.s” ¿Nosotros somos los irresponsables?”, se lee en una de ellas.
Este grupo sigue movilizándose y el miércoles realizó un plantón frente al Ministerio de Salud; aseguran que es solo uno de los muchos plantones que realizarán. Se espera que el próximo viernes salgan a las calles nuevamente.
“¡Despierta Colombia ! Hoy primer Plantón de muchos q vendrán! Hoy desde Bogotá en contra de la vacunación experimental obligatoria covid-19 y la restricción de derechos y libertades frente a la sede del Min de Salud Levantando las manos atentos a convocatoria en nuestro Canal de Telegram”, publicó hoy el perfil.
El mensaje acompaña un video en el que se ve a un pequeño grupo de personas –que no usan tapabocas ni mantienen la distancia social recomendada–exhibir pancartas en las que se lee, por ejemplo, " las vacunas son una gran mentira” y “pandemia perfidia genocida”.
Facebook, contra las campañas anti-vacunas
Facebook detectó unas 300 de cuentas de su red social homónima y de Instagram vinculadas a una firma de marketing que se utilizaron para lanzar una campaña de desinformación sobre las vacunas contra el coronavirus y reclutar ‘influencers’ que compartieran sus contenidos en redes sociales.
El último informe sobre comportamiento inauténtico coordinado de Facebook recoge el análisis de una campaña de desinformación desplegada desde Rusia y vinculada con la firma de marketing Fazze, con sede en Reino Unido, que dirigía sus ataques contra el público de América Latina, India y Estados Unidos.
Esta campaña se desarrolló en dos fases. La primera, entre noviembre y diciembre de 2020, en la que se promovieron publicaciones y comentarios contra la vacuna de AstraZeneca para la covid-19, en la que se aseguraba que convertiría a las personas en chimpancés. La segunda, en mayo de este año, cuestionaba la seguridad de la vacuna de Pfizer.
Esta campaña de desinformación funcionó con el apoyo de ‘influencers’, a los que reclutaban para compartir sus publicaciones en redes sociales como Facebook e Instagram, pero también en TikTok y YouTube, donde ya tenían público.
En general, y según el informe de Facebook, las publicaciones de estos ‘influencers’ apenas tuvieron repercusión entre sus seguidores. Solo los contenidos de pago lograron atraer cierta atención.