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JUDICIAL

El maltrato infantil no da tregua

En menos de una semana un bebé murió por una golpiza, otro por desnutrición y una multitud casi lincha a un padre que, al parecer, abusaba de su hija.

13 de agosto de 2015

Los niños en Colombia parecen condenados a padecer los perores vejámenes, unas veces por cuenta del conflicto armado y otras, inexplicablemente, por el maltrato y abuso de sus propios padres.

En las mentes de los colombianos aún permanece intacta la matanza de los cuatro hermanitos Vanegas Grimaldo, ocurrida en febrero de este año en Florencia, Caquetá.

La noticia indignó al país, las autoridades reaccionaron, los responsables fueron capturados y el repudio por la violencia contra los niños se mantuvo durante varias semanas.

Pero a juzgar por la cruda realidad, todo parece indicar que el maltrato infantil es un penoso problema que requiere mucho más que indignación nacional. Prueba de ello es que en menos de una semana se han presentado varios casos aislados donde las víctimas fatales siguen siendo los menores.

Desde un bebé de tan solo tres meses de nacida que falleció por desnutrición, pasando por otro de dos años que murió por cuenta de una golpiza, hasta una niña de nueve años que al parecer era abusada por su padre. Todos esos hechos dramáticos e indignantes.

El primer caso ocurrió en Cali, cuando las autoridades alertaron la muerte de una bebé de apenas tres meses de nacida que murió por desnutrición luego de agonizar varios días en cuidados intensivos.

El informe médico oficial reportó que la bebé presentó cuadro de desnutrición crónico, hipoglucemia, anemia y pañalitis. Como si ese drama no fuera suficiente, a la tragedia se sumó que la madre de la bebé sólo apareció a reclamar el cadáver de su hija siete días después de haber fallecido.

La mujer fue identificada como Melissa Díaz, de 18 años de edad, y hasta el momento las explicaciones que ha dado sobre los hechos son confusas. Lo cierto es que ella podría enfrentar un proceso judicial que estima penas de hasta 40 años de prisión.

Este miércoles 12 de agosto se conoció la muerte, en Bucaramanga, de una niña de dos años de edad que permanecía en coma desde hace cinco días como consecuencia de una golpiza y presunto abuso sexual.

El caso, que ocurrió en el municipio de Piedecuesta, tiene conmocionados a los santandereanos y el principal sospechoso de ese crimen es el padrastro de la pequeña. De acuerdo con versiones de la Policía, “todo habría ocurrido en complicidad con la madre de la pequeña”.

Esa tesis toma fuerzan debido a que en una primera versión, tanto el padrastro como la mamá reportaron que el golpe contundente que la niña tenía en la cabeza fue producto de una caída de la cama. Ambos fueron capturados.

Y ese mismo miércoles, en Neiva, Huila, una turba intentó linchar a un hombre de 46 años porque al parecer lo sorprendieron en flagrancia abusando sexualmente de su propia hija de 9 años de edad.

La intervención de la Policía evitó que la indignación de la comunidad causara otra tragedia. El supuesto agresor fue capturado y llevado a prisión a la espera de ser enjuiciado.

La verdad es que para hacer una radiografía de la violencia contra los niños en Colombia no se necesita ser explícito; basta citar cifras oficiales al respecto y que manejan autoridades como la Policía de Infancia, el ICBF, Medicina Legal y la Defensoría.

Por ejemplo, de acuerdo con sus informes, en el 2014 un total de 1.115 niños fueron asesinados en Colombia; las víctimas tenían entre 12 y 15 años de edad. Sumado a ello, en esa misma fecha se presentaron 4.400 casos de maltrato contra niños de entre 0 y 11 años.

Como si fuera poco, de esos reportes se calcula que en promedio 850 casos son por maltrato severo y 200 por violación. Y la perla de todas esas cifras es que la tasa de mortalidad de niños en Colombia es superior a la de homicidios; mientras la primera es de 34 por cada cien mil habitantes, la segunda sólo llega a 27.