Violencia intrafamiliar también se da cuando hijos son forzados a ver agresiones entre sus padres: Corte Suprema

La Corte Suprema de Justicia acaba de determinar que un hombre que golpeó e insultó a su exesposa delante de su hijo cometió violencia intrafamiliar contra él, pues el niño fue obligado a observar la violencia contra su madre, con lo cual sufrió maltrato psicológico. El caso que estudió el alto tribunal, específicamente la sala penal, es el de un exconcejal.

El primero de los testigos, menciona la Corte Suprema, contó que Carlos Eugenio Duarte, la persona señalada de maltratar a su pareja, “cogió al niño del brazo, lo haló y, al dirigirse a la mesa donde se encontraban comiendo, gritando le dijo: ‘Mire a la perra de su madre, su madre es una perra, es la peor porquería’”.

En seguida, señala el fallo, “tomó una cacerola de ensalada, ‘me la puso en la cara’, al tiempo que le pegó a María del Pilar López Rodríguez en el rostro. Agregó que los insultos continuaron en el segundo piso del establecimiento, donde reiteró las afrentas contra su esposa, frente a lo que el menor llorando le decía: ‘Papá, sáqueme, no le haga daño a mi mamá, por favor, no quiero estar acá’”.

El hijo refirió que Duarte lo haló hasta donde su progenitora y, luego de tirarle un plato de comida ‘al amigo de mi mamá', le pegó a esta una cachetada y ‘empezó a insultarla, a decirle groserías’.

La sentencia explica que en estos casos también se trata de violencia intrafamiliar precisamente por el sometimiento de tipo psicológico, pues de haber pretendido únicamente lesionar a su esposa, como lo entendió la segunda instancia, “el acusado no habría llevado consigo al menor, al punto de sostenerlo de la mano mientras golpeaba a su mamá, como lo manifestó Jhon Andrey Castillo García, al paso que insistió en las afrentas”.

Es decir, explica el fallo de la Sala Penal, al ser expuesto el menor forzosamente por su padre para que observara directamente los ultrajes contra su progenitora, genera la concreción de un maltrato psicológico.

“Expresiones que sin duda corresponden a las ya descritas, no solo por los testigos en mención, sino igualmente escuchadas por el subintendente de la policía Elkin Lenis Peña Matiz, quien se encontraba en el restaurante Galápagos departiendo con su familia y tuvo que intervenir ante el llamado de la víctima, porque «su expareja» le había producido unas lesiones (le observó hematomas en la cara) y le decía «esta perra, qué hace, diferentes cosas, palabras soeces de toda clase»”, explica la Corte en el fallo.

Y agrega: “A la vez, ante la conclusión que extracta el a quo de la valoración sicológica practicada al menor por la funcionaria del Instituto Nacional de Medicina Legal, parece entender que la lesión o afectación sicológica constituye un elemento del delito de violencia intrafamiliar, cuando es evidente que la tipicidad de este comportamiento no lo exige, sino el maltrato físico o sicológico a cualquier miembro del núcleo familiar, último que en este caso surge del contexto fáctico que viene de exhibirse”.