Reacción
“Ya no es momento de los odios”: el llamado de Gustavo Petro en el primer discurso como presidente electo
Como presidente electo, Gustavo Petro tendió puentes, llamó a la unidad nacional y les abrió los brazos a Rodolfo Hernández y sus electores. También habló de una sola América Latina.
En su primer discurso como presidente electo, Gustavo Petro demostró que la campaña política acabó y que empezó para él una nueva era como gobernante de Colombia. Durante 40 minutos, el nuevo huésped de la Casa de Nariño les habló a sus electores, a América Latina y a sus opositores. Pronunció unas palabras con un tono conciliador en el que tendió puentes y mostró que el Petro aguerrido que producía miedo entre los votantes quedó atrás.
Petro, el candidato de izquierda que ganó la presidencia con más de 11 millones de electores y se convirtió en el jefe de Estado más votado en la historia reciente del país, dijo que a partir de este fin de semana Colombia cambia. No es un cambio –según expresó– “para vengarnos, no es un cambio para construir más odios, no es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana”.
“Las elecciones mostraron dos Colombias cercanas en términos de votos. Nosotros queremos que Colombia, en medio de su diversidad, sea una Colombia, no dos. Y para que sea una Colombia, en esa enorme diversidad multicolor que somos, necesitamos del amor”, dijo.Petro tiene claro que el mapa político en el país quedó dividido tras las elecciones de este domingo y que, así como él se convirtió en presidente con más de 11.281.000 votos, Rodolfo Hernández, su adversario, obtuvo más de 10.580.000 apoyos, una cifra nada despreciable de electores que, sin duda, tendrá que acercar para garantizar un acuerdo nacional que le permita tener un Gobierno con cierta tranquilidad durante el próximo cuatrienio.“Ya no es el momento de los odios.
Este Gobierno que va a iniciar el 7 de agosto es un Gobierno de la vida”, manifestó. La paz se convirtió en uno de los platos fuertes de las primeras palabras del presidente electo de la izquierda. “La paz significa que los más de 10 millones de votos de Rodolfo Hernández son bienvenidos en este Gobierno”, afirmó. En otras palabras, significa que Rodolfo Hernández –quien, según Petro, hizo una campaña interesante– “puede dialogar con nosotros cuando quiera, significa que en este Gobierno no vamos a utilizar el poder en función de destruir al oponente”.
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Es decir, la oposición a Petro que, según él, podría darse bajo el liderazgo de Álvaro Uribe, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández o todos juntos “será siempre bienvenida en el Palacio de Nariño para dialogar sobre los problemas de Colombia porque el clima político que nos ha acompañado en este siglo, que ha sido de odios, de confrontaciones literalmente a muerte, de persecuciones, de aislamientos, hoy no puede seguir así”.
Petro sabe que tendrá oposición en sus cuatro años. Y cree que podrá ser férrea. “Quizás no la entenderemos muchas veces, pero por parte de este Gobierno que se inicia nunca habrá persecución política, persecución jurídica, solo habrá respeto y diálogo. Es así como podremos construir lo que hace unos días llamamos: el gran acuerdo nacional”, aclaró.
Pero, ¿para qué un acuerdo nacional?, preguntó Petro durante sus palabras. Respondió que esa figura le permitirá al país construir los máximos consensos y las reformas que harán que la vida de la familia pueda ser una vida mejor.
Ese acuerdo nacional ya empezó a construirse desde este domingo con más de 11 millones de colombianos que lo respaldaron en las urnas y lo convirtieron en el sucesor de Iván Duque. Pero Petro advirtió que ese acuerdo tiene que ser entre 50 millones de colombianos.
“Ese acuerdo tiene que ser con toda la sociedad, tiene que comenzar a construirse a partir del diálogo regional vinculante”, precisó.Añadió que en esos diálogos regionales “debe llegar la diversidad de Colombia. No simplemente quien ha levantado armas, sino esa mayoría silenciosa de campesinos, de indígenas, mujeres, jóvenes. Sobre la base de diálogos regionales poder construir las reformas que necesita Colombia para poder convivir en paz”. Esa paz, según el presidente electo, es que un hombre como él y una mujer como Francia Márquez hayan podido convertirse en presidente y vicepresidenta.
“La paz es que dejemos de matarnos los unos a los otros. Desde el Gobierno que iniciará el 7 de agosto comenzará la paz integral en Colombia a partir, primero, del gran diálogo nacional entre la sociedad colombiana toda y, en segundo lugar, a partir de lograr que las armas dejen de disparar, que las armas dejen de usarse, que las armas dejen de existir por fuera del Estado colombiano”, anunció.
Petro ya tendrá tiempo para profundizar en su discurso, pero, a simple vista, se adelantó a posibles diálogos de paz con grupos armados, una propuesta que no sorprende porque lo prometió durante su campaña. “No es matarnos los unos a los otros, es amarnos los unos a los otros”, detalló.
En medio de su discurso, el sucesor de Duque recordó las mentiras y el miedo que, según él, sembró la contracampaña en su contra. “Venían gritándonos una y otra vez que íbamos a expropiar los bienes de los colombianos, que íbamos a destruir la propiedad privada. Pues bien, de manera franca, aquí les diría lo siguiente: nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia”, anunció.
El público aplaudió, pero el líder progresista explicó mejor su idea porque generó más de una duda en el interior del Pacto Histórico. “No porque lo adoremos (el capitalismo), sino porque tenemos, primero, que superar la premodernidad en Colombia, el feudalismo, los nuevos esclavismos, la nueva esclavitud, tenemos que superar mentalidades atípicas (...)”, dijo.
Libertad para jóvenesEn otro ángulo, Petro aprovechó el discurso para solicitarle al fiscal Francisco Barbosa “que libere a nuestra juventud”. Se refirió a los más de 200 jóvenes de la primera línea que durante los últimos meses fueron capturados por la Policía en Bogotá, Cali, Medellín, Cúcuta y Bucaramanga, entre otras ciudades. “Liberen a los jóvenes”, dijo, mientras el público que lo escuchaba gritó “libertad”.
Petro también le solicitó a la procuradora general, Margarita Cabello, “que restituya en sus puestos a los alcaldes de elección popular”. Se refería, entre otros, al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, sancionado temporalmente de su cargo por presuntamente intervenir en política en favor del candidato de la izquierda. El mandatario paisa compartió en sus redes sociales este aparte del discurso del líder petrista.
Las peticiones a la justicia de parte de Petro cayeron como un bálsamo para sus seguidores, algunos de ellos defensores de la primera línea, pero despertaron ampolla entre sus opositores, que insistieron en la independencia de poderes y en la autonomía judicial de la Fiscalía y la Procuraduría. Petro también les dio espacio en su discurso a la ciencia y al medioambiente. “La vida puede perecer en el corto plazo (...) No somos uno de estos países que emiten en enormes cantidades el CO2 y los gases efecto invernadero, pero estamos al lado de una de las mayores esponjas que consume los gases efecto invernadero que otros países arrojan: la selva amazónica. Hoy se impone que Colombia trate de salvar la selva amazónica en función de salvar la humanidad”, dijo.
Recordó que le han criticado su idea de una transición energética hacia las energías limpias. Y propuso la necesidad de abrir unos diálogos en América Latina para debatir dicho planteamiento.Contó que lo llamaron hasta la noche de este domingo casi todos los presidentes de América Latina a felicitarlo por su triunfo en las urnas. “Creo que hoy sí podemos proponer, sobre este triunfo que nos ha dado el pueblo colombiano, un diálogo en las Américas sin exclusiones de ningún pueblo, de ninguna nación”, manifestó.
Ante ese escenario, Gustavo Petro anunció que es el momento de sentarse con el Gobierno de Estados Unidos y hablar sobre lo que significa que en ese país se emitan gases efecto invernadero y en Colombia se absorban a partir de la selva amazónica. “Si allá se emiten y aquí absorbemos, ¿por qué no dialogamos?, ¿por qué no establecemos otra manera de entendernos?”, interrogó.
Petro, en su primer discurso como presidente electo, se mostró como un líder internacional y habló de unir las Américas. “Le propongo al Gobierno de Estados Unidos y a todos los gobiernos de América sentarnos a dialogar para acelerar los pasos de la transición energética, los pasos de la construcción de una economía descarbonizada, los pasos de la construcción de una economía de la vida en América. ¿Cómo un gobierno que pretende ser un gobierno de la vida no podría proponer la construcción de una economía de la vida?”, dijo.
A renglón seguido, le planteó a América Latina integrarse más decididamente. “Propongo a Colombia mirarnos como los latinoamericanos que somos. No solo porque tengamos la sangre latina, sino también la afro y la indígena ancestral. América Latina, que es también América indígena, afro, anglosajona, multicolor, tiene que encontrarse en el gran diálogo que permita salvar a la humanidad”.
El nuevo presidente le sugirió al progresismo en América Latina dejar de pensar que es posible un futuro sustentado sobre la base de los altos precios del petróleo, del carbón o el gas porque es insostenible para la existencia humana. “Les propongo que se puede construir alrededor de la agricultura, las reformas agrarias, y de la industrialización bajo las nuevas tecnologías”.
El discurso de Gustavo Petro fue emotivo y se dio en medio de grandes gestos humanos. El candidato pronunció sus palabras junto a su familia y para ellos hubo un reconocimiento. Exaltó el papel que ejerció durante su campaña Gustavo Petro Sierra, su padre, un docente que reapareció en esta campaña política ondeando las banderas del Pacto Histórico y ejerciendo una defensa de su hijo cuando fue controvertido porque, según el senador Jorge Robledo, había nacido en Zipaquirá y no en Ciénaga de Oro, Córdoba. El progenitor se dedicó a contar por qué el mandatario electo es costeño, mas no de Zipaquirá.
Exaltó el papel de Verónica Alcocer, su esposa. “Ella me ha aguantado durante años y ha logrado un espacio de liderazgo propio”, dijo la cabeza del Pacto Histórico. La mujer, quien hizo su propia campaña política en favor de su esposo, le dio un beso en medio del discurso y el público, emocionado, aplaudió. También agradeció a Nicolás Petro, su hijo, diputado del Atlántico y clave en el triunfo electoral de Gustavo Petro en Barranquilla. Lo mismo que a Sofía Petro, quien se dedicó en las últimas semanas a mostrar la faceta humana y desconocida del nuevo presidente. Andrés y Andrea, quienes hoy viven fuera de Colombia, también fueron mencionados.
Francia Márquez recibió palabras de agradecimiento por parte del sucesor de Duque. Al fin y al cabo, ella es una figura política que llegó a su campaña y simbolizó el liderazgo de la mujer afro y víctima, y logró ganarse el respeto en el progresismo. La reaparición de Antanas Mockus en la tarima, al lado del nuevo presidente, también despertó sentimientos. La adhesión a la campaña del profesor, hoy copresidente de la Alianza Verde, envió un mensaje de tranquilidad a los electores del centro que tenían dudas en medio de la campaña política sobre una posible presidencia de Gustavo Petro. El abrazo entre ambos políticos fue emotivo.
Petro agradeció a los más de 11 millones de colombianos que lo respaldaron en las urnas, confesó que durante años soñó con pronunciar un discurso como presidente electo. “Me preguntaba si sería posible. Aquí somos una demostración de que la paz es posible, de que los sueños se pueden volver realidad, los sueños de justicia, los sueños de igualdad, de libertad”, concluyó.