Nación
Zipaquirá llora la muerte de un niño en un hogar del ICBF
Pese a que la familia ha intentado que se aclaren las circunstancias sobre la muerte del menor, nadie responde.
El 24 de abril, a las tres de la tarde, según el relato de la familia, funcionarios del ICBF, Zipaquirá, se llevaron a Lian Jerónimo Martínez Rincón, quien tenía apenas cinco meses de nacido. La familia dice que no atendieron recomendaciones y que lo retiraron de las manos de su familia, solo cubierto con la cobija con la que lo arropaba su abuela.
La decisión se tomó como una medida de restablecimiento de derechos a favor del menor, alegando que el niño, al momento del procedimiento, “tiene vulnerado (sic.) calidad de vida y un ambiente sano y amenazado el derecho a la salud y el derecho a la integridad personal”.
Los funcionarios aseguraron que el niño debía ser trasladado a un hogar sustituto al presentar bajo peso. Sin embargo, la tía del menor, Judy Alexandra Martínez Rincón, dice que el niño sufrió al momento de nacer de una atresia esofágica, es decir, que el esófago, que comunica a la boca con el estómago, no está conectado, razón suficiente para que el menor presentara bajo peso.
Según Daniel Bernal, nutricionista y referente de Seguridad Alimentaria Nutricional de la ciudad de Bogotá, “este padecimiento, aun después de la operación, puede repercutir en el estado nutricional del menor, dilucidado en bajo peso o desnutrición. Es importante decir que esta desnutrición sería de tipología secundaria, lo que implica que es derivada de una condición fisiológica o de una enfermedad”.
En el proceso de restablecimiento de derechos, el niño fue trasladado a un hogar de paso del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, supuestamente mientras se adelantaba el proceso debía permanecer un tiempo alejado de su familia. A la abuela le dijeron que podía permanecer lejos del seno de su hogar entre tres meses y un año. “Lo único que teníamos como familia era una visita cada 15 días de una hora, pero ellos nos llamaban y nos avisaban cuándo era”.
Al momento de retirar al menor de manos de su abuela, los funcionarios se llevaron la historia clínica del niño, pero según denuncia, la familia no la revisaron para mirar cuál era el estado del menor. Además, tampoco se llevaron los elementos para el cuidado del niño, como el tetero, ni la comida que le suministraba la familia.
Quince días después del procedimiento del ICBF, la entidad contacta a la familia. El 7 de mayo citan a Deicy Rincón, la mamá del niño y a su abuela en las instalaciones del instituto y allí les informan que el menor había fallecido. Además, les dicen que después de los trámites de medicina legal, el cuerpo sería entregado a una funcionaria del Bienestar Familiar para que la institución asumiera los gastos del sepelio.
“Nosotros entregamos el niño bien, en buenas condiciones. Lo entregamos vivo, y 15 días después no lo entregan muerto. Lo que nos dice el ICBF es que una noche, cuando la persona de turno visitó a los niños, vio que Lian no se movía, el niño ya estaba muerto. Nos extraña, además, que en ese lugar que se supone es para el bienestar de los niños no hubiera personal de salud para atenderlo”, aseguró la tía del menor, Judy Martínez.
La familia rechazó que el ICBF asumiera los costos del sepelio del menor, pero claman porque les entreguen un informe que explique las condiciones exactas en las que murió el niño, pues hoy, trascurrido casi un mes de su muerte, no se les ha explicado por qué murió el menor ni bajo qué circunstancias.
Luego del deceso, el ICBF publicó un comunicado en el que aseguraba que “infortunadamente, por las patologías complejas que presentaba desde su nacimiento, (el menor) falleció y estos hechos son materia de investigación por parte de la autoridad competente (sic.)”
La entidad aseguró que “como medida preventiva el ICBF trasladó a los otros niños que recibían atención en esta unidad de servicio y realiza acompañamiento a los familiares del bebé fallecido”
Judy Martínez y su familia se sienten desprotegidas. Según dicen, el ICBF no ha hecho los acompañamientos psicológicos que prometió y sostienen que no quieren que esto le pase a ningún otro menor.
“En el comunicado ellos dicen que el niño muere por diferentes patologías, que se le presta al niño la atención, pero él no estaba en un establecimiento médico, él estaba en una casa. ¿Dónde está la ayuda médica que ellos dicen? Además, Lian no tenía ninguna patología, tenía antecedentes, la patología de él ya estaba resuelta, en el momento en el que se les entrega al niño se les había dicho que tenía un antecedente, pero hicieron caso omiso”, dijo Judy.
SEMANA consultó a la personería de Zipaquirá y pese a que no encontró al personero, la entidad asegura que se enviaron los oficios necesarios a la Procuraduría General de la Nación para que adelante la investigación; sin embargo, al ser una entidad de carácter nacional, sostienen que están atados de manos y solo pueden acompañar a la familia en las acciones jurídicas que quieran adelantar.
Por otro lado, el ICBF recibió un oficio de SEMANA consultando el caso, pero aseguran que se están haciendo las investigaciones pertinentes y que solo habrá una respuesta cuando estas terminen, pues el caso lo tiene la seccional Cundinamarca.
El Concejal del Partido Alianza Verde, Alex Salgado, hizo un llamado “tanto al alcalde como al personero para que atiendan lo que está pasando con los menores de edad en manos del ICBF. Nos han llegado muchas quejas de muchas familias, hay que revisar las condiciones en que se retiran a los niños del seno de sus familias”.
Según el cabildante, “no solo es esta familia, muchos ciudadanos están preocupados por el retiro de los menores del seno de sus familias y el manejo que se les da, porque no dejan que se les visite, y en algunas ocasiones son trasladados a otros lugares fuera del municipio”.
Las autoridades continúan en la investigación del caso, y pese a que el hogar de paso donde se presentó el hecho fue cerrado y retirados los menores, aún no está claro bajo qué circunstancias murió el niño. Tampoco está clara la responsabilidad de los funcionarios del ICBF de Zipaquirá. Lo único que hay en este momento es el dolor de una familia a la que le retiraron un niño para restablecerle los derechos y él nunca volvió.