RUMBO A LA PAZ

Zonas veredales: La gran improvisación

Después de seis meses de firmado el acuerdo de cese del fuego y de hostilidades en La Habana, y de cuatro de vigencia de este, estos lugares que acogerán a los guerrilleros de las Farc no están listas y hay dificultades logísticas.

17 de diciembre de 2016
| Foto: León Darío Peláez

1. Desde el 14 de noviembre depende del gobierno mantener a las Farc hasta la dejación de armas. Sin embargo, ese grupo decidió no recibir más los alimentos que les enviaba la Agencia Nacional de Logística. Según los guerrilleros la comida estaba llegando descompuesta y sin mantener las cadenas de frío. Esta semana se acordó cumplir el protocolo tal y como está establecido, o sea que en cada zona se contratará a un proveedor elegido de mutuo acuerdo entre gobierno y guerrilla.

2. Una guerrillera y un guerrillero han muerto en este tiempo en campamentos por enfermedades. Otros han recibido atención oportuna y de emergencia, pero la situación es complicada. El gobierno propuso incluir en el Sisbén a los guerrilleros desde ahora, pero las Farc rechazaron la medida por considerar que en las veredas eso no garantiza el acceso al servicio de salud. La fórmula será crear un régimen especial a través de una ley tramitada en el fast track.

3. El mayor inconveniente para llegar a las zonas veredales ha sido que no se ha resuelto el problema habitacional. Durante seis meses gobierno y guerrilla se han enfrascado en un debate sobre cómo deben ser estos lugares. Para el gobierno deben ser carpas que muestren claramente la temporalidad de la concentración. La guerrilla inicialmente quería casas prefabricadas, y ahora plantea construcciones de madera y cemento, porque cree que pasada la entrega de armas muchos guerrilleros van a quedar allí por un tiempo para terminar sus capacitaciones y vivir un periodo de tránsito hacia la vida civil. Resolverá el entuerto la Unidad Nacional de Riesgo, con una solución alterna y adecuada para la situación de cada vereda.