Otro golpe para Piedad Zuccardi

Los abogados de la excongresista Piedad Zuccardi no ahorran esfuerzos para encontrar un camino para que ella abandone el lugar de reclusión donde se encuentra en Bogotá. 

Hace pocos días uno de sus defensores interpuso una tutela, en segunda instancia, ante el Consejo Superior de la Judicatura en contra de la Corte Suprema de Justicia, donde solicitaba la libertad de la exsenadora por considerar que había sido detenida de manera ilegal, pues las pruebas que obran en el proceso son débiles.

Según la solicitud, la Corte Suprema ha tenido en cuenta versiones débiles y pruebas como escuchas telefónicas de la excongresista con sus abogados que, para la defensa, son privadas más no incriminatorias y que son del conocimiento del alto tribunal.

Cinco magistrados fallaron en contra la tutela porque consideraron no sólo que era improcedente, sino que la defensa de la excongresista costeña tiene otro mecanismos de defensa judicial.

Ahora a la exsenadora le queda enfrentarse en juicio a las pruebas que tiene la Corte en su contra. Y, mientras tanto, insistirá con abogados extranjeros, quienes han pensado llevar su caso a instancias internacionales.

Uno de ellos es Gonzalo Boye Tusset, un hombre que en su perfil sorprende porque un día simpatiza con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, al otro, entra a una cárcel en España, sindicado de un crimen que él niega haber cometido: el secuestro de varios empresarios ejecutados por la banda terrorista ETA; al siguiente se querella contra el ministro israelí de Defensa, a nombre del Centro Palestino de los Derechos Humanos; y pasa por Colombia a defender a una excongresista acusada de nexos con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), organización criminal de extrema derecha.