Nación
¿Acoso escolar en Ciénaga? autoridades alertan por casos de violencia y matoneo
Algunas instituciones educativas no tienen rutas de atención para atender estos casos.
Un equipo de profesionales de la Defensoría del Pueblo (Regional Magdalena) visitó las instituciones educativas Virginia Gómez y La María, del municipio de Ciénaga, con el objetivo de verificar situaciones de acoso escolar (matoneo o bullying) que se estarían presentando en dichos planteles.
Este acompañamiento se da tras conocerse información sobre presuntos casos de violencia basada en género, matoneo y agresiones físicas que se vienen presentando al interior de estas instituciones, situaciones que están alterando la convivencia escolar, según detalla el informe de la Defensoría.
En reuniones sostenidas con los directivos, la Defensoría evidenció que en la Institución Educativa Virginia Gómez existe desconocimiento ante las responsabilidades que tienen en la activación de las correspondientes rutas que garanticen los derechos de los niños, niñas y adolescentes en situación de acoso escolar y ciberacoso.
Al no tener un plan de prevención no se puede realizar seguimiento al mismo, ni se puede evaluar si los casos han disminuido o no.
En la institución La María, donde se presentó un grave caso de agresión física con secuela permanente, el cual fue documentado por medios de comunicación, se encontró un equipo de trabajo más fortalecido que activó de manera inmediata toda la ruta, pues los hechos ocurrieron al interior del centro educativo.
Al margen del caso, desde ese plantel vienen trabajando en la prevención a través de seguimiento por cámaras de seguridad, ello derivado de la problemática de indisciplina que presentaban algunos estudiantes.
Lamentablemente, estas acciones no fueron suficientes para prevenir el desenlace infortunado, en donde un joven que era víctima de acoso terminó convirtiéndose en victimario, debido a la violencia sistemática y recurrente a la que estuvo sometido durante mucho tiempo, dentro y fuera de la institución.
De acuerdo a la Defensoría, la problemática ha trascendido las aulas escolares, pues las situaciones de acoso escalaron a las redes sociales, donde se crearon perfiles falsos en los cuales los estudiantes se agreden y exponen mutuamente.
Como entidad garante de derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, la Defensoría del Pueblo ha solicitado ser invitada a los comités de convivencia escolar, así como también propuso realizar intervención por medio de la Dupla de Género y de la delegada de Infancia, Juventud y Vejez para realizar talleres de formación no solo a estudiantes, sino también al cuerpo de docentes en ese municipio.
Finalmente, la Defensoría invita a los estudiantes a resolver sus conflictos por medio del diálogo, y si la problemática persiste, a que se coloquen en marcha las rutas de atención a través del cuerpo docente, directivos y padres de familia, ello con el fin de generar canales de comunicación que eviten los riesgos asociados al matoneo y como forma de propender por entornos escolares más seguros.
Recientemente las autoridades reportaron un incidente que dejó a la comunidad consternada el cuál ocurrió en un colegio en el municipio de Ciénaga, Magdalena.
En este caso, un estudiante que había sido víctima de acoso escolar decidió enfrentar a su presunto agresor de una manera extremadamente intimidante: usando un bisturí.
El violento enfrentamiento fue captado en video y muestra cómo la presunta víctima confronta a su agresor, llegando incluso a ahorcarlo y empujarlo repetidamente. La presencia del bisturí en manos del estudiante generó pánico en la comunidad escolar, que se quedó atónita ante la escalada de violencia.
Según testigos, el conflicto entre los dos estudiantes se desarrolló en el interior de la institución educativa local. El estudiante agresor acusó a su compañero de ser su acosador constante, lo que indica la tensión subyacente tras la situación.
Las palabras pronunciadas por el estudiante con el bisturí durante el enfrentamiento reflejan la gravedad de la situación: “Creen que soy idiota, los he aguantado un tiempo y me he quedado quieto para evitar problemas, dejen la maricada; una vez más y recordarán a (...) toda su hijueputa vida, ¿oíste?”, dijo.
Lo alarmante es que el compañero de clases no intentó calmar la situación, sino que alentó al agresor a cumplir su amenaza. Otros estudiantes que presenciaron la discusión no intervinieron, pero sí gritaban que parara todo.