ATLÁNTICO

Hombres armados asaltaron una sucursal bancaria en Galapa, Atlántico

Con arma de fuego los delincuentes asaltaron a un adulto mayor de 85 años.

19 de abril de 2022
Asaltan una sucursal bancaria en Galapa, Atlántico
Las autoridades desmintieron que se hubiese tratado de un taquillazo en la sucursal bancaria. | Foto: Cortesía

Este lunes 18 de abril se registró un nuevo asalto en una sucursal bancaria de Galapa, Atlántico. En esta oportunidad, fue el turno para la sucursal de Bancolombia, que se encuentra ubicada en la carrera 17D con calle 11, barrio Centro del municipio.

Sin embargo, el hurto se registró únicamente a un adulto mayor, quien fue despojado de 350 mil pesos en efectivo y de su teléfono celular.

Tras cometer el acto ilícito, los hombres rápidamente se dieron a la huida. Hasta el momento, se desconoce a los responsables del acto delincuencial, por lo que las autoridades indicaron que se encuentra realizando las indagaciones con los videos de las cámaras de seguridad. Asimismo, desmintieron que se tratara de un taquillazo en la entidad bancaria.

Empleado de un banco robó a clientes a través de la aplicación de la entidad

Hace diez años que Héctor Fabio Parra Vanegas es funcionario de un reconocido banco en Bogotá y su cargo era curiosamente “diseñar, implementar, ejecutar, fortalecer y hacer el mantenimiento a las redes de seguridad de la aplicación”. Los años de experiencia le sirvieron para poner en marcha un plan criminal que dejó sin ahorros a cientos de clientes del banco.

Vanegas aprovechó que tenía acceso directo a la aplicación del banco y a la información de los clientes, y así fue como realizó giros, consignaciones y traslados de dinero a cuentas de terceros que luego retiraron el efectivo para entregárselo, previo a cobrar un porcentaje de la operación.

“La Fiscalía General de la Nación logró la judicialización de Héctor Fabio Parra Vanegas, un empleado bancario que habría accedido a varias cuentas y apropiado de los ahorros de los clientes”, dijo el director del Cuerpo Técnico de Investigación, Alberto Acevedo.

Sin saberlo, los clientes accedían a la aplicación del banco y al mismo tiempo le estaban dando la información que Parra, el dueño de la seguridad informática de la entidad bancaria, quien saqueaba las cuentas y enviaba el dinero a otras cuentas en el mismo banco.

“El cargo que desempeñaba le permitía ingresar sin restricciones a la plataforma virtual. Esta facilidad, supuestamente, fue aprovechada para crear códigos, acceder a los productos financieros de los clientes y hacer traslados de dinero de manera ilícita a cuentas de otras personas, quienes se encargaban de retirar los dineros”, explicó el fiscal del caso en las audiencias preliminares.

En total, identificadas por la Fiscalía, fueron 82 transacciones que superaron los 900 millones de pesos. Los giros y transferencias de dinero ocurrieron entre marzo y diciembre de 2021, en menos de diez meses Parra Vanegas ya tenía en su casa casi 1.000 millones de pesos producto de la actividad criminal.

“La investigación evidenció que Parra Vanegas, al parecer, realizó 82 transferencias no consentidas entre mayo y diciembre de 2021, las cuales ascendieron a 924.000.000 de pesos. Cada movimiento osciló entre 4.000.000 de pesos y 19.000.000 de pesos″, aseguró el director del CTI.

Fue justamente gracias el reporte o las denuncias de los mismos clientes, que un día se acostaban convencidos de la cifra de sus ahorros en el banco y al otro día esa cifra, sin explicación, se había reducido significativamente, que la Fiscalía pudo iniciar las investigaciones y el rastreo del código que luego se convirtió en prueba contra Parra.

La investigación fue contundente, al punto de que Héctor Fabio aceptó los delitos que imputó la Fiscalía y, de inmediato, solicitó en su contra una medida de aseguramiento en centro carcelario, dicho por el fiscal del caso, debe estar en una cárcel pues representa un peligro para la sociedad y los clientes del banco.

En el operativo para lograr la captura de Parra Vanegas el CTI encontró en su casa, ubicada en el occidente de Bogotá, más de 600 millones de pesos y 19.000 dólares en efectivo, además de equipos de cómputo, discos duros, memorias USB y varias tarjetas débito.