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El cirujano de la voz: un otorrino colombiano ha operado a 335 personas para que sus tonalidades cambien de masculino a femenino
Un médico otorrino colombiano ha operado a 335 personas para lograr que sus tonalidades de voz cambien de masculino a femenino. Su fama es tal que a su consultorio llegan pacientes de todo el mundo.
Antonio Ballestas Morales tenía 50 años cuando decidió dedicarse a cambiar voces. A esa edad aprendió que las tonalidades graves y agudas no son solo cuestión de música, sino que también se pueden construir armonías finas y delicadas con el bisturí. “Hace aproximadamente 11 años estuve en un congreso internacional en Bogotá, donde un doctor presentó un caso de feminización de voz en mujeres transgénero. Y a mí me llamó mucho la atención”.
Impulsado por su deseo de aprender, Ballestas viajó a España para conocer más a detalle sobre la glotoplastia de Wendler, una técnica que permite feminizar la voz en las personas. Se trata de una operación en las cuerdas vocales cuyo propósito es obtener una voz con características similares a las de una mujer. A Europa se fue respaldado por sus títulos de medicina y otorrinolaringología. Y cuando regresó a Barranquilla empezó a robustecer su carrera profesional hasta consolidarse como uno de los mejores cirujanos de voz en Colombia y en el mundo.
Sus primeros pasos en esta materia arrancaron con Linda Yepes, la primera mujer trans en aparecer en un noticiero de la televisión colombiana. Después de ella, en su repertorio hay 335 mujeres a las que les ha cambiado la voz. De esa cifra, el 90 por ciento se identifica como transgénero. Al feminizar la voz, el timbre, la agudeza, la intensidad y la modulación de la misma permite que las mujeres trans se sientan en concordancia con su género.
Aunque más allá de dicha satisfacción, muchas recurren a una intervención quirúrgica por miedo al rechazo o porque han sido violentadas debido a su condición. “Externamente son mujeres, pero cuando hablan todo el mundo voltea a verlas y, por supuesto, ellas no se sienten bien. Incluso, en ocasiones son materia de burlas y maltratos (...) Una paciente extranjera me confesó que antes de conocerme pensó en suicidarse porque le hacían bullying, le tiraban piedras”, contó el médico otorrino.
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Sobre la técnica
La glotoplastia de Wendler lleva el mismo apellido de su inventor, a quien Ballestas tuvo la oportunidad de conocer en Alemania.
El procedimiento, en teoría, es algo sencillo y no tarda más de dos horas, pero los resultados requieren paciencia, constancia y disciplina. “Las cuerdas vocales masculinas son más largas y más gruesas que las femeninas. Mientras más larga y más gruesa, la voz va a ser de una tonalidad grave. Mientras más delgadas y más cortas, el tono vocal será más agudo”. Entonces, cuando un paciente se somete a una cirugía de feminización de voz, la idea es acortar y adelgazar la morfología de aquellos músculos conocidos como las cuerdas vocales.
Previamente, se realiza un estudio otorrinolaringológico para analizar al paciente y esbozar las posibles dificultades durante la cirugía. Cuando llega el momento, la persona es anestesiada completamente y sin necesidad de provocar fisuras, le introducen por la boca un endoscopio que lleva consigo una pequeña cámara. De ahí en adelante inicia la operación. Con micropinzas, microtijeras y otros elementos, se busca modificar la constitución de las cuerdas vocales. “Al principio nos gastábamos tres y cuatro horas, pero hoy en día nos gastamos entre una hora u hora y media”, dijo Ballestas.
Las mujeres comienzan a notar cambios a partir de los cuatro o seis meses. Durante la etapa de reposo, deben evitar hablar y consumir alimentos que provoquen reflujo. También es necesario que aprendan a toser, pues deben hacerlo con la boca abierta y la lengua afuera para asegurar que no existan afectaciones en la garganta.