NACIÓN
El rostro de aparente dolor de Digno Palomino, al ser esposado durante su traslado de Barranquilla a Boyacá
El presunto delincuente fue trasladado a un centro penitenciario en el Departamento de Boyacá.
En la mañana de este martes 4 de abril, desde el Comando Aéreo de Combate Número 3 (Cacom 3) de la Fuerza Aérea, ubicado en el municipio de Malambo, Atlántico, en el área metropolitana de Barranquilla, salió en un avión de la Policía Digno José Palomino Rodríguez, alias El Viejo, antiguo cabecilla de la banda Los Costeños y presunto actual máximo cabecilla del grupo delincuencial Los Pepes.
Palomino, que fue recapturado este lunes 3 de abril en la vivienda donde se encontraba cobijado con la medida de casa por cárcel en el norte de Barranquilla, fue enviado al centro de reclusión de máxima seguridad en Cómbita, Boyacá.
Su rostro, esposado de manos y pies, evidenciaban un supuesto dolor en su mano derecha en la que alega tener un tumor óseo y por lo que había sido beneficiado con la medida de casa por cárcel en la ciudad que, según las autoridades, convirtió durante ese tiempo en el “rin de boxeo”, para disputar poder con alias Castor, su exsocio criminal y examigo.
En un primero momento, mientras camina hacia el avión en las imágenes conocidas por SEMANA de ese traslado, Digno Palomino se ve tranquilo y con la cabeza en alto; de un momento a otro comienza a hacer gestos de dolor en su cara y se mira las esposas.
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En cuestión de segundos el sujeto, considerado hoy como uno de los más peligrosos en la capital del Atlántico, dejó ver la aparente incomodidad, pero no fue mucho para volver a tomar nuevamente su actitud desafiante al estar custodiado por más de diez funcionarios del Inpec y siendo grabado por las cámaras.
Según dijo en múltiples ocasiones e incluso hablando para medios locales en Barranquilla, Digno Palomino ya no tenía deseos de seguir delinquiendo y aseguraba que todo se trataba de una “persecución en su contra” y un mal orquestado por alias Castor en venganza por la misma razón, pero lo cierto es que estaba plácido en su casa, aún con una docena de procesos por hechos investigados en la Fiscalía.
En la más reciente entrevista a esos medios, para los que habló incluso en video, mostró su mano derecha con un bulto a la altura del hueso escafoides en uno de los huesos carpianos de la muñeca, y durante su traslado volvió de manera indirecta a mandar ese mismo mensaje.
Además de que las autoridades, tras sus investigaciones e información de inteligencia, lo seguirán acusando de ser dinamizador de la delincuencia en Barranquilla, de hechos criminales y de masacres, la gota que rebosó el vaso para que se tomara la decisión que se materializó hoy fue que la Policía encontró armas, municiones y hasta un chaleco antibalas en su vivienda. Y de inmediato un juez de la República revocó su medida de domiciliaria.
Al mismo tiempo que en Barranquilla, Colombia, se llevaba a cabo el traslado de Digno Palomino a Boyacá, se conoció la noticia de que el proceso de deportación de alias Castor había iniciado.
De acuerdo con fuentes del caso, alias Castor tiene doble nacionalidad y, en tal sentido, el Gobierno de Venezuela debe acudir a esa figura con tal de no afectar los procesos judiciales que aún tiene pendiente en Colombia y no se convierta en una excusa.
Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, dominaron la criminalidad en la ciudad de Barranquilla desde el año 2013. Según los reportes policiales, juntos controlaron la venta de drogas, el hurto a gran escala, las oficinas de sicarios, así como las redes de extorsión. El andamiaje delincuencial daba para todo. La relación de ambos estaba en su mejor momento.
Crecieron juntos en el mundo del hampa, pero en los últimos dos años, entre sus capturas en Venezuela, la deportación de Palomino a Colombia y la reorganización del clan criminal, la relación entre los dos empezó a deteriorarse.
Los asesinatos selectivos de pesos pesados empezaron a ser una constante en Barranquilla y las masacres fueron seguidas hasta que el alcalde aseguró que todo se trataba de una guerra entre ellos dos, cada quien con sus aliados, entre ellos, el también recientemente trasladado de cárcel, alias Negro Ober, por continuar delinquiendo desde el centro penitenciario.