NACIÓN
Luto en Barranquilla: murió Heriberto Fiorillo, periodista barranquillero destacado en el arte y la cultura
El periodista barranquillero murió a sus 68 años, durante la noche del 29 de mayo.
Heriberto Fiorillo, ‘Fiori’, como lo llamaban cariñosamente sus familiares y amigos más allegados, periodista barranquillero de pura sepa, distinguido y reconocido a nivel nacional por ser un contador de historias, murió en la noche del 29 de mayo, en una clínica en la capital del Atlántico.
A sus 68 años, el amante del cine, la literatura, el periodismo y la música, falleció por complicaciones médicas, después de padecer por muchos años de párkinson, condición que no le impedía hacer lo que más amaba hacer y dedicar sus últimos años a la cultura en Barranquilla.
Su largo recorrido en el mundo del periodismo lo llevó a ser subdirector y productor de cinco noticieros de televisión y en el año 2021 el Ministerio de Cultura le otorgó la medalla al mérito cultural, exaltando su trabajo cinematográfico, y su dedicación por promover la cultural, la literatura y el teatro.
Heriberto Fiorillo logró posicionar el Carnaval Internacional de las Artes como un complemento al Carnaval de Barranquilla; la fiesta folclórica y cultural considerada como la más importante de Colombia que cuenta con dos designaciones: Patrimonio Cultural de la Nación y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
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En una de sus tantas anécdotas contó a medios de comunicación que quienes lo enseñaron a amar la literatura fueron sus vecinos con quien se reunía en la tiendecita La Cueva y entre ellos estaba nada más y nada menos que Gabriel García Márquez.
Ese mismo amor que lo llevó a dirigir la Fundación La Cueva, desde donde hizo uno de sus más grandes aportes.
En entrevista con SEMANA habló del primer proyecto de la fundación, el restaurante La Cueva, considerado como un referente cultural del país, y el lugar preferido que visitaban Gabo y sus amigos, esos sin los que dijo no hubiese sido nunca un nobel.
La Cueva es el único bar restaurante bien público nacional, patrimonio de Colombia. Un lugar con una historia cargada de maravillosas anécdotas y una larga lista de destacados visitantes, que fue abierto en 1954.
Efectivamente, sus comensales más prestigiosos fueron Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, Álvaro Cepeda Samudio, Enrique Grau, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Cecilia Porras y Feliza Burstyn.
Este es un sitio especial para la vida de Barranquilla, porque, además de funcionar como bar restaurante, fue el primer proyecto de la Fundación La Cueva, que también produce todos los años el Carnaval Internacional de las Artes, con su versión infantil ¡Fantástico!, el Premio Nacional de Cuento La Cueva, el proyecto Cuentos de La Cueva por Colombia y el programa radial semanal La Cueva en el aire. Todo bajo el mando del hombre que era incansable, Heriberto Fiorillo y quien parecía ser quijote de la cultura Caribe.
Entrevista de SEMANA Heriberto Fiorillo
SEMANA: ¿en qué año fue declarada La Cueva como un patrimonio nacional?
H. F.: en 2004, el Ministerio de Cultura declaró a La Cueva Bien Público Nacional por su valor histórico e intangible. La Cueva es patrimonio de Colombia porque en ella se reunían Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alfonso Fuenmayor y otros artistas e intelectuales de renombre, conocidos como el Grupo de Barranquilla. Fueron ellos quienes iniciaron a García Márquez en la lectura de clásicos norteamericanos como Faulkner y Hemingway.
SEMANA: ¿cuál fue la relación de Gabo con La Cueva y el valor de esta misma en su obra?
H. F.: La Cueva se hizo famosa por ser el lugar que frecuentaban los miembros del llamado Grupo de Barranquilla en 1955, cuando el país supo de ellos. También los conocían como el Grupo de La Cueva. En repetidas ocasiones, García Márquez agradeció a sus amigos de este grupo diciendo: “Yo hubiera sido de todos modos un escritor, pero sin ustedes no habría sido nunca premio nobel”.
SEMANA: ¿cómo así que además de restaurante funcionan como un museo?
H. F.: La Cueva es museo porque luce en sus paredes una exposición permanente de obras de Obregón, Alfonso Melo, Nereo López, Juan Antonio Roda y Gonzalo Fuenmayor, entre otros. Y tiene la Biblioteca Fuenmayor con buena parte de los libros que pertenecieron a José Félix Fuenmayor y a su hijo Alfonso. También muestra instalaciones artísticas de Heriberto Fiorillo, como son El Ahogado, El Arcón del Hielo y las Huellas del Elefante. Reabrir La Cueva no es activar entonces una operación de domicilio que ella nunca tuvo. Reabrir La Cueva es abrir de nuevo las puertas de un centro cultural, de un ícono de la cultura colombiana.