Nación
Nuevos bloqueos en la vía Barranquilla-Santa Marta causan grandes trancones y preocupación entre conductores
Habitantes de la zona bloquean la vía exigiendo servicios públicos básicos. Jóvenes aprovechan la situación para robar a conductores.
La comunidad de la arteria vial que comunica la ciudad de Barranquilla con Santa Marta, en la Troncal del Caribe, continúa bloqueando este corredor, pese a los esfuerzos de las autoridades. Este martes 11 de julio el bloqueo a la altura de Ciénega, Magdalena, duró más de dos horas y causó largas filas y congestión vehicular, además del miedo de los conductores de que se presenten robos en la espera.
El tráfico se paralizó cuando los habitantes del municipio, en medio de la carretera, exigían soluciones a las inundaciones de aguas residuales. Desde hace un tiempo alegan un aparente abandono y olvido por parte del gobierno departamental.
La calle ahora es conocida como la vía del terror y es la única carretera nacional que conecta los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira, en el Caribe, e incluso para llegar al interior del país. El paso de los vehículos es abrumador, solo de pensar en el miedo de perder sus artículos de valor, su dinero en efectivo y hasta su vida en enfrentamientos, como ocurrió a finales del pasado mes junio.
Esto se debe a que, según algunos habitantes le contaron a SEMANA, delincuentes aprovechan para robar mientras parte de los 25 mil habitantes de la zona protestan al no tener sus necesidades básicas satisfechas, como los servicios de agua potable y energía, los cuales son tercerizados y con horarios restrictivos.
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Hasta el sitio llegó un equipo de SEMANA, al que le aseguraron que los municipios y corregimientos de la zona son más que una comunidad con necesidades primarias, sumergida en el abandono desde hace 30 años.
Hay quienes piensan que, pese a lo poco o muy poco que ha podido crecer la zona en las laderas de la vía, el terror que han infundido los delincuentes que aprovechan las protestas para robar no tiene justificación ni argumentos.
“Son unos jóvenes dedicados a la delincuencia, aprovechan para protestar por cualquier cosa y la plata es para drogas, todos son unos carajitos del mismo pueblo, ya cogieron a dos, pero son cinco”, dijo Bartolomé Orozco Meléndez, un hombre que habita la zona donde se cerró el paso de vehículos por última vez y con cara de miedo se refería a las capturas de dos de los responsables de los hurtos en los bloqueos.
Pero, hay otros que aseguran que tomarse las vías de hecho es la única manera de poder llamar la atención del Gobierno y esperan que de esos hechos que aún se recuerdan por los delincuentes, ojalá puedan ser visibilizados quienes protestan pidiendo mejoras para esos pueblos.
“Nosotros queremos levantar la voz, para que este paro en el que hubo unos infiltrados lo escuchen por todas partes, pero no para que vean la cara maluca, nosotros somos personas de bien, pero la falta de oportunidades nos está matando”, dijo con voz entre cortada y ojos llorosos, Carmen Granados, habitante del barrio Panamá, una de las zonas afectadas por inseguridad e inundaciones.
Ven el progreso del país pasar por la vía, la conocida troncal del Caribe, y aseguran estar congelados en el tiempo y avanzando más bien hacia un liberalismo desenfrenado pues, en esa zona la droga y el consumo de licor son de los planes más recurrentes y los que halan a esos jóvenes.
“Carecemos hasta del nivel académico, nosotros no tenemos un centro donde nuestros niños salgan del bachillerato y puedan ir a estudiar, no tenemos nisiquiera acueducto y eso nos lleva a las necesidades que hoy estamos padeciendo. Nosotros aquí necesitamos de todo, pero lo más grave es que nuestros jóvenes se van en el caos de la droga, la droga los está acabando y la falta de oportunidades”, anotó Carmen, quien durante 27 años ha liderado los paros y bloqueos para exigir agua potable, servicio de energía digno y eficiente, escuelas y hospitales.
Aquilino Montaño fue otro de los habitantes que aseguró a SEMANA que los habitantes “tomaron el toro por los cachos o como les queda mejor a ellos, la red de pesca por los nudos” y se ha convertido en un enlace entre esa comunidad con las autoridades para hallar soluciones.
“Hace tres años soy coordinador eléctrico del municipio, mi cargo se ha motivado a que en tiempos pasados se originaban enfrentamientos mucho más fuertes en estos paros y hubo muertos y personas quedaron lisiadas por gases lacrimógenos, era un caos. Pero, el problema de orden público tiene una causa de fondo, la gente no tiene alternativas (...) Ellos se han visto obligados a tomarse la carretera para ser escuchados”, mencionó Aquilino.