Revelan detalles de la masacre en El Banco, Magdalena: dos mujeres habrían sido las asesinas; esto es lo que se sabe

Las autoridades continúan investigando el asesinato de tres hombres que se registró el pasado sábado, 7 de octubre, en el municipio de El Banco, sur de Magdalena.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Chelo García Carpio, Jesús Manuel Carpio Velásquez y Abel Carpio Velásquez, de 32, 27 y 26 años de edad, respectivamente.

Según información preliminar que maneja la Policía, los tres hombres departían a las afueras de una vivienda en el corregimiento de El Cerrito. En medio de la celebración, varias motos se acercaron hasta el inmueble y las personas que ocupaban el asiento de patrullero desenfundaron un arma de fuego y comenzaron a disparar.

Las primeras versiones dan cuenta que dos de los tres sujetos fueron atacados en la misma vivienda, mientras que el otro fue asesinado cuando intentaba huir.

Las víctimas tuvieron que ser trasladadas a diferentes centros asistenciales, pero ingresaron sin signos vitales. La esposa de uno de los fallecidos reveló a medios locales que los presuntos homicidas fueron mujeres. Sin embargo, las autoridades siguen indagando para determinar, con claridad, los móviles del hecho.

Otra masacre en menos de 10 días

Así las cosas, el homicidio ocurrido en El Banco es la masacre número 70 de este año. La Defensoría del Pueblo emitió la Alerta Temprana AT 012/21 para los municipios de Astrea, Chimichagua, Tamalameque (Cesar); El Banco, Guamal, San Sebastián de Buenavista (Magdalena), donde el escenario de riesgo se configura principalmente por la presencia del grupo armado ilegal autodenominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocido como el Clan del Golfo o Los Urabeños.

“La imposición de normas y otras formas de control social por parte de los grupos armados significan un permanente riesgo de violación a los derechos de la población. La dictadura local impuesta por un grupo armado es el preludio de un crimen”, sostuvo el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz).

Esta nueva masacre se suma al triple asesinato perpetrado el pasado 2 de octubre en zona rural de Santa Marta, donde fueron asesinados Elkin Ríos Osorio, Andrea Trujillo Reyes y Alejandro Vera.

La Policía Metropolitana de la ciudad confirmó que la masacre se perpetró en la vereda Ojo de Agua, en el sector de la vía a Teyuna. Al parecer, un grupo de amigos departían en una cabaña cuando fueron sorprendidos, presuntamente, por dos hombres armados, quienes abrieron fuego contra los presentes.

Dos de las víctimas fallecieron dentro del inmueble y en la parte externa, a 150 metros, encontraron el cuerpo de otra persona.

El fiscal de la seccional Magdalena, John Freddy Encinales Lota, informó que se está trabajando en las indagaciones para determinar la identidad de los responsables. El funcionario no descarta la injerencia que tienen los grupos armados ilegales en ese departamento.

“Lo cierto es que tenemos una incidencia de grupos armados organizados como las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Y estamos muy atentos en relación con estos grupos delincuenciales”, precisó Encinales.

Aunque los hechos son materia de investigación por parte de las autoridades competentes, se presume que dentro de la cabaña se encontraba un sujeto que permanecía con medida de prisión domiciliaria y, supuestamente, contra esa persona iba dirigido el ataque armado.

La nueva masacre se origina justo cuando la Procuraduría General de la Nación emitió una alerta por el recrudecimiento de los enfrentamientos armados entre grupos ilegales que delinquen en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en zona rural del Distrito de Santa Marta y los municipios de Zona Bananera, Fundación, Ciénaga y Aracataca, Magdalena.

Por medio de oficios enviados a los alcaldes, al gobernador y a los comandantes de la Primera División del Ejército y la Policía, la procuradora regional advirtió que es inminente un desplazamiento masivo de estas comunidades, por lo cual es necesario adoptar planes de contingencia que permitan garantizar sus derechos.