Valentina ya está en su casa: la niña de tres años desapareció misteriosamente y fue encontrada debajo de un palo de limón, en Córdoba

La pequeña Valentina Camaño Barrios regresó a su casa junto con sus familiares, luego de recuperarse en el hospital San Juan de Sahagún, Córdoba, a donde fue trasladada cuando la encontraron con signos de deshidratación en una zona boscosa de ese municipio.

La menor de tan solo tres años desapareció el pasado 17 de enero y dos días después fue hallada en una zona de difícil acceso.

“Es muy complicado que ella haya llegado ahí, por eso continuaremos adelantando todas las actividades en el marco de Policía Judicial, para poder establecer con exactitud quiénes y cómo la dejaron allí abandonada”, indicó el coronel John Fredy Suárez, comandante de la Policía departamental, cuando la encontraron.

La niña fue remitida al centro asistencial para su valoración y en ese hospital duró cuatro días hasta que fue dada de alta.

“Lo que me pude dar cuenta es que la niña presenta necesidad de consumir líquido, está deshidratada e inmediatamente fue atendida por los organismos de socorro”, explicó en aquel entonces el oficial John Fredy Suárez.

En el momento de su rescate, las autoridades encontraron a Valentina debajo de un palo de limón. Aún se desconocen las causas de su desaparición, cuyas investigaciones están a cargo de la Fiscalía General de la Nación.

Lo poco que se conoce es que, al parecer, la menor fue vista por última vez cuando estaba jugando en inmediaciones de la finca donde reside con sus padres, en zona rural de Sahagún.

Desde ese día, autoridades y organismos de socorro emprendieron las actividades de búsqueda que se fueron intensificando con el transcurrir de las horas.

En medio de las labores para dar con el paradero de la pequeña, se implementó un dispositivo de búsqueda conformado por más de 300 efectivos de la Fuerza Pública, drones, bomberos, guías caninos y el apoyo de la comunidad.

La noticia sobre el rescate fue celebrada por el gobernador Orlando Benítez, quien a través de su cuenta de Twitter agradeció a las autoridades.

“Apareció Sana y salva nuestra niña Valentina. Las investigaciones continúan. Pronto más detalles. Gracias, Dios”, trinó el mandatario.

El alcalde de Montería, Carlos Ordosgoitia, también se pronunció con un breve mensaje: “Qué alegría que la pequeña Valentina esté de regreso a su hogar”.

Barranquillero desaparecido

Desde el pasado 8 de enero un barranquillero, identificado como Leo Moreno, fue reportado como desaparecido por su esposa en Hialeah, un condado de Miami-Dade, Estados Unidos.

Sus familiares, ubicados en la capital del Atlántico, han solicitado a las autoridades de Colombia ayudarlos a conseguir visas humanitarias para llegar al país norteamericano y ayudar en la búsqueda.

Según dijo su misma familia, el hombre nació en la ciudad de Cali, pero desde muy niño llegó a Barranquilla y allí creció. Además, en 2011 se fue a los Estados Unidos en busca de oportunidades y un mejor futuro, y cinco años después contrajo matrimonio con una mujer de República Dominicana, que vivía en EE. UU., con quien tuvo dos hijas.

Ya casados, la pareja se mudó a la ciudad de Nueva Jersey, y desde ahí solo fue felicidad hasta que ocurrió una tragedia a comienzos de este año. El carro de Leo fue encontrado tras un aparente accidente de tránsito en la calle I-75 y Sheridan. Su esposa aseguró que el hombre las había dejado en casa y luego salió. Desde ese momento no tuvieron más noticias de él.

A través de las redes sociales se conocieron las imágenes de cómo fue encontrado el carro de Leo, pero lo más intrigante para sus seres queridos es que no había rastro de él dentro del carro, ni tampoco sangre o alguna señal de que estuviera lastimado.

En Colombia y Estados Unidos hay angustia entre los familiares de Leo por su paradero y su estado de salud. Su madre, en Barranquilla, atraviesa por un cuadro de depresión producto de lo ocurrido, por lo que piden ayuda para poder viajar.

Hasta ahora la desaparición de Leo es inexplicable y la zozobra de su familia ronda por no saber si está con vida o no.