Bogotá
Así cayó Harpía, banda criminal que traficaba colmillos de jaguar y garras de águila
Una encomienda de Putumayo a Texas, Estados Unidos, fue la clave. Contenía fragmentos de especies valorados en USD 2.000.
La Fiscalía General de la Nación logró la judicialización de la banda criminal Harpía, dedicada al tráfico ilegal de fauna silvestre en distintas regiones del país. La Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá fue determinante para lograr este importante golpe en contra de la estructura delincuencial.
La secretaria de Ambiente de Bogotá, Adriana Soto, reveló que la organización traficaba y comercializaba ilícitamente colmillos de jaguar, garras y plumas de águila harpía, entre otros productos de especies amenazadas.
“Su actividad criminal causaba un grave riesgo a la biodiversidad; como autoridad Ambiental de Bogotá tenemos la responsabilidad de denunciar estas bandas que ponen en peligro nuestras especies y mantienen uno de los negocios ilegales más lucrativos a nivel mundial”, señaló la funcionaria distrital.
La Secretaría de Ambiente y la Policía Ambiental y Ecológica incautaron partes de un ave silvestre y de un mamífero que, según las indagaciones, estaban destinadas a ser extraídas del país de forma ilegal.
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Dentro de varias cajas de una supuesta encomienda, las autoridades encontraron dos garras, 92 plumas de águila arpía (Harpyja), especie protegida en vía de extinción, y un cuerno de antílope (Tragelaphus strepsiceros). Los subproductos están avaluados en USD 2.000.
Remitidos desde Putumayo, Colombia, se dirigían a Texas, EE. UU., según pudieron establecer las investigaciones. En su paso por Bogotá, las autoridades identificaron que el material estaba siendo transportado sin los respectivos permisos. Estos hallazgos dieron pie a la investigación que condujo a desmantelar la banda.
Diego Fernando Mora Obando, líder de la organización, fue condenado junto a sus colaboradores Vivian Vanesa García Riveros y Darwin Carmelo López, bajo el delito de tráfico de fauna silvestre, en virtud del artículo 328A del Código Penal, y concierto para delinquir, conforme al artículo 340 del mismo código.
“Desde la Secretaría Distrital de Ambiente seguiremos trabajando para evitar el tráfico de fauna silvestre; para nosotros es fundamental trabajar en equipo con todas las entidades del orden distrital y nacional, ya que así se logran dar golpes contundentes contra bandas criminales como la banda Harpía”, agregó la secretaria Soto.
En el último año, la autoridad ambiental de Bogotá y la Policía han incautado 500 individuos vivos de fauna silvestre y 691 productos derivados de individuos silvestres como colmillos, pieles, plumas, entre otros.
El Juzgado Sexto Penal del Circuito Especializado de Bogotá destacó la importancia de la coordinación entre entidades judiciales y ambientales, y emitió un oficio a la Presidencia, organismos de control y ONG de protección ambiental, instando a revisar los procedimientos y generar estrategias de protección de fauna.