Bogotá
Insólito: niña que fue empalada en Kennedy murió porque una ambulancia nueva del Distrito no la pudo trasladar
El vehículo tipo NHR presentó una falla eléctrica y se apagó al conectar el monitor de signos vitales y el succionador de sangre. El vehículo no tuvo cómo arrancar y la niña finalmente falleció.
Las nuevas ambulancias que adquirió el Distrito, en marzo de 2022, tras una inversión de 36.000 millones de pesos, están en el centro de los cuestionamientos por las constantes fallas eléctricas, de suspensión y amortiguación que presentan los vehículos, lo que afecta gravemente el traslado de pacientes en Bogotá, además de poner en riesgo la seguridad de las diferentes tripulaciones médicas en la ciudad.
Estos vehículos de referencia NHR, y que simplemente serían unos furgones adaptados como ambulancia, no estarían soportando el voltaje de todos los aditamentos que tiene que llevar una ambulancia y por eso las baterías se descargan bastante rápido.
Lo anterior obliga a que, en muchas ocasiones, los vehículos tengan que estar prendidos todo el día, porque si se apagan, no vuelven a encender. De hecho, en varias oportunidades los mismos tripulantes de las ambulancias, en el momento exacto en el que están atendiendo una emergencia, han tenido que bajarse para empujar.
Por ejemplo, SEMANA conoció en exclusiva, con una alta fuente del Distrito, un abrumador suceso ocurrido en el barrio María Paz, en Kennedy, con una niña de tan solo siete años de edad. El Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crue) recibió una alerta por código blanco, es decir, por violencia sexual, y de inmediato designó una ambulancia para acudir al lugar.
Cuando el personal médico llegó a la zona, la escena que encontraron fue desconcertante. La menor había sido empalada por su padrastro, lo que le generó una ruptura en varios de sus órganos. La hemorragia era incontrolable.
La niña, en la ambulancia, entró en paro cardiorrespiratorio, pero lastimosamente el vehículo tipo NHR presentó una falla eléctrica: al conectar el monitor de signos vitales y el succionador de sangre, la ambulancia se apagó por completo, no tuvo cómo arrancar y la niña finalmente falleció.
Pero las fallas eléctricas son el pan de cada día con estas nuevas ambulancias en Bogotá. Hace tan solo 15 días, un hombre de la tercera edad, y que sufrió un infarto en Arborizadora Alta en la localidad de Ciudad Bolívar, tristemente perdió la vida porque la ambulancia, recientemente comprada por el Distrito, que fue designada para su atención médica, llegó tarde después de que el vehículo se apagara y la tripulación tuviera que bajarse a empujarla.
Otro caso ocurrió recientemente con una ambulancia que transportaba a una reclusa materna de la cárcel El Buen Pastor hacia el hospital de Engativá.
El vehículo se apagó y tuvieron que empujarlo para que encendiera. En este hecho no solo estuvo en riesgo la paciente, sino también la seguridad del personal médico.
Mientras el personal APH entró a la casa a tratar de estabilizarla y subirla a la camilla, delincuentes se robaron los aparatos médicos que había en la ambulancia, toda vez que el sistema de seguridad de estos vehículos es bastante frágil. “Con una misma llave fácilmente se pueden abrir varias ambulancias, o pasa lo contrario, la cerradura se traba y nunca abre”, dijo una fuente.
Estas dramáticas historias demostrarían el peligro de estas ambulancias en una ciudad donde a diario se presentan casos aberrantes como el joven en El Redentor que se cosió la boca con nylon en forma de protesta, o niños convulsionando en colegios por adicción a las bebidas energizantes.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, los problemas eléctricos se deben a que las ambulancias permanecen prendidas por mucho tiempo. “Los vehículos permanecen encendidos en un periodo superior al 87 % del tiempo, lo cual genera un alto consumo de corriente con el motor en mínimas revoluciones (por debajo de las 800 rpm) y completamente detenidos. Por esa razón, el alternador no puede generar la energía necesaria y, por lo tanto, las baterías nunca se cargan completamente. Esto recorta la vida útil de la batería y dejando una reserva inferior a la necesaria para el momento de encender el vehículo”.
La entidad distrital defendió además que las ambulancias adquiridas cumplen con la Norma Técnica Colombiana NTC 3729, versión 2018 y la Resolución 3100 del 25 de noviembre del 2019 del Ministerio de Salud.
Más fallas técnicas de las nuevas ambulancias de Bogotá
Las mismas entidades capitalinas han dado a conocer que estos vehículos no son aptos para el uso que se les está dando.
La Subred Sur Occidente, en respuesta a un derecho de petición de la concejal Diana Diago, confirmó las graves fallas que presentan estas ambulancias. “Las móviles han presentado problemas en el sistema eléctrico. Las ambulancias dejen de encender, empiezan a fallar las luces de la cabina, del habitáculo y el radio central de la misma, las luces internas empiezan a parpadear aún con el vehículo encendido y en movimiento, no funcionan las tomas de corriente (…). Las tripulaciones deben arrancar el vehículo con la ayuda de otro o en su defecto, empujando el mismo.”, indicó la entidad.
Además, la subred reveló que hay fallas en el chasis, en las cerraduras del habitáculo, en la alarma, daños en atriles, grietas en la carrocería, entre otras afectaciones, lo que ha obligado a que muchas de las ambulancias queden fuera de servicio por varios días.
La suspensión y amortiguación de estas ambulancias es otro de los problemas, lo cual deriva en la inestabilidad del vehículo y del paciente. “Si estas ambulancias saltan demasiado en una troncal que está pavimentada, imagínese en zonas de la ciudad en donde hay huecos por todos lados, o en Ciudad Bolívar en donde la gran mayoría es loma. En estas ambulancias cualquier paciente que vaya con alguna fractura va a sufrir demasiado en el traslado hasta el centro médico”, afirmó otra fuente.
Estos problemas con la suspensión y amortiguación habrían ocasionado que una ambulancia se haya volcado. Otra falla, para nada menor, es la distancia que hay entre la cabina del conductor y el habitáculo donde va el paciente, lo que impide que haya una correcta comunicación entre toda la tripulación médica. Como si fuera poco, “la cantidad de dióxido de carbono (humo) que se adentra en la parte de atrás, una vez se abren las puertas de la ambulancia, es impresionante. Si el paciente lleva una herida abierta, esto le puede generar una gran infección”, dijo una fuente.
La Fiscalía y la Procuraduría avanzan en las investigaciones pertinentes. El Ministerio Público requirió información sobre los contratos celebrados desde el año 2020 para adquirir ambulancias o vehículos para acondicionarlos y, sobre los funcionarios de la Alcaldía Mayor de Bogotá que participaron en la etapa precontractual, celebración, ejecución y liquidación de estos.
La Procuraduría busca identificar los servidores públicos que participaron en la compra de los vehículos -ambulancias-, al parecer, sin cumplir con las exigencias establecidas en la norma técnica para prestar ese servicio.