Bogotá

Instituto Cancerológico responde ante la muerte de Salomé por sobredosis de quimioterapia: “las autoridades deben pronunciarse”

El caso está en manos de la Fiscalía desde hace más de un año, pero el avance hasta el momento ha sido casi nulo. La familia exige justicia.

18 de diciembre de 2022
   A Salomé Méndez le diagnosticaron un tumor de Wilms e inició un tratamiento que incluyó quimioterapias. En una le aplicaron sobredosis de actinomicina D. La niña murió y su familia pide justicia.
A Salomé Méndez le diagnosticaron un tumor de Wilms e inició un tratamiento que incluyó quimioterapias. En una le aplicaron sobredosis de actinomicina D. La niña murió y su familia pide justicia. | Foto: Archivo personal

Luego de que SEMANA revelara que a Salomé, una niña de tan solo 4 años de edad, por error médico, le aplicaron una sobredosis de quimioterapia mucho más alta de lo normal, lo que terminó ocasionándole la muerte, el Instituto Nacional de Cancerología respondió a los interrogantes de esta Revista y afirmó que son las autoridades quienes deben pronunciarse al respecto.

Frente a la pregunta concreta de ¿por qué ocurrió este gravísimo error al interior del Instituto?, la dirección general del centro médico señaló: “Los hechos que dieron origen al deceso de la menor son motivo de investigación; luego, será después de las conclusiones de la misma, que podremos señalar con precisión la causa eficiente del fallecimiento de la menor”.

Ahora, diferente a lo que dice el Instituto Cancerológico, el primer informe pericial de necropsia entregado por el Instituto de Medicina Legal, y que está en poder de SEMANA, revela con claridad que Salomé murió por efectos secundarios ocasionados “por una sobredosis de actinomicina en medio del tratamiento farmacoterapéutico del tumor de Wilms”.

Asimismo, el Instituto confirmó que efectivamente se reunió con la mamá de Salomé, Lina Méndez, y le ofreció disculpas tras lo sucedido con la muerte de su pequeña hija. “El Instituto se reunió en fecha posterior al deceso con la madre de la menor y expresó sus condolencias por el lamentable deceso de la menor y se comprometió en prestar toda la colaboración que se requiriera en la investigación de las causas del suceso”, comentó la entidad.

El centro de salud dejó claro que son las autoridades competentes quienes al final deben pronunciar y determinar qué fue lo que pasó. El Instituto “quedó pendiente de los resultados correspondientes en manos de las respectivas autoridades que deben pronunciarse sobre el particular”, dijo la entidad.

Sin embargo, vale recordar que el abogado de la familia de Salomé, Luis Enrique Hernández, inició las acciones judiciales correspondientes en contra del cancerológico por la muerte de Salomé, pero a pesar de que el caso ya lleva más de un año en poder de la Fiscalía, el avance del proceso ha sido casi nulo y mientras tanto Lina sigue clamando por justicia, al tiempo que el dolor por la pérdida de su hija cada vez se hace más fuerte.

Finalmente, como lo había anticipado SEMANA, el Instituto Cancerológico confirmó que la enfermera encargada en su momento del proceso médico que le adelantó a Salomé, sigue trabajando en la entidad a pesar del grave error que ocurrió.

“La enfermera sigue trabajando para el Instituto, pero se realizó un cambio de servicio, mientras se establece su grado de responsabilidad”, señaló.

Lea a continuación la trágica historia de Salomé:

A Salomé, de 4 años, le aplicaron una sobredosis de quimioterapia 100 veces más alta de lo normal y la mataron. Esta es la dramática historia de un error médico mortal

El 5 de abril de 2017 quedará marcado por siempre en el recuerdo de Lina Méndez como uno de los días más felices de su vida. Ese día trajo al mundo a su tercera hija, a quien llamó Yireth Salomé. La alegría de tener a su pequeña bebé en brazos era inexplicable. Añoraba verla crecer, amarla, educarla, protegerla y hacerla muy feliz.

Los primeros cuatro años de Salomé estuvieron llenos de alegría, juegos, sonrisas y mucho amor. Hasta que un diagnóstico médico le cambió la vida por completo. El 23 de abril de 2021, Lina llevó a su hija a una cita de control porque la niña no apoyaba bien uno de sus pies. El médico notó que Salomé tenía inflamado el estómago y la remitió a urgencias.

A Salomé le practicaron una radiografía y le descubrieron una pequeña masita en uno de sus riñones. Ese mismo día le hicieron una tomografía y el reporte médico fue desgarrador. La bebé padecía del tumor de Wilms, un cáncer renal poco frecuente, pero que en su mayoría afecta a los niños. A Lina, ese reporte médico la derrumbó por completo.

Salomé fue trasladada al Instituto Nacional de Cancerología para iniciar un tratamiento de inmediato. La niña fue hospitalizada desde finales de abril y a mediados de mayo la operaron para retirarle la masita del riñón. El 2 de junio fue dada de alta. “Los oncólogos me dijeron que la niña salió muy bien de la cirugía, sin embargo, me informaron que para cortar el problema de raíz le iban a programar 18 quimioterapias ambulatorias, una por semana”, contó Lina.

El 22 de junio de ese año, cuando asistía a su segunda quimioterapia, comenzó el triste y grave desenlace en la vida de la pequeña Salomé. La niña llegó al cancerológico alrededor de las 7:00 a. m. y hacia las 10:00 a. m. le autorizaron la salida. Más tarde, una llamada a Lina le alertó que algo no estaba bien. “Pasada la 1:00 p. m. me llamaron a pedirme que regresara con la niña al cancerológico por un error con la quimioterapia”, explicó Lina.

Al llegar al instituto, volvió a recibir otra llamada, de otra persona diferente, quien también le pidió que se acercara a las instalaciones porque “se les había olvidado aplicarle a Salomé un medicamento para las defensas”. La inconsistencia en las dos llamadas le hizo pensar a Lina que algo malo había ocurrido.

A Salomé le hicieron diferentes exámenes médicos y fue hasta las 7:00 p. m. que entregaron los resultados. “Según el doctor, todos los exámenes salieron bien, me dio la salida y me pidió que regresara a las 7:00 a. m.”, precisó Lina.

La pequeña Salomé pasó una noche trágica, vomitó en varias ocasiones, se deshidrató y casi no pudo dormir. En la madrugada fue trasladada al cancerológico y, al llegar, de inmediato la ingresaron en código azul, pues estaba presentando un paro cardiorrespiratorio. Minutos después el parte médico fue demoledor: Salomé había muerto. En medio del dolor por la partida de su pequeña hija, Lina recuerda las palabras que le dijo el médico que atendió a su bebé: “Le recomiendo que solicite una necropsia para que pueda conocer cuáles fueron las causas que ocasionaron la muerte de Salomé”.

¿Qué sucedió?

Un integrante del personal médico del Instituto Nacional de Cancerología, y quien conoció todo lo que sucedió en la mañana del 22 de junio de 2021, le aseguró a SEMANA que “a Salomé, en pocas palabras, le aplicaron una quimioterapia como para tumbar a un caballo”.

“En el cancerológico hay una central de mezclas en donde siempre permanece una química farmacéutica que es la encargada de hacer la mezcla de la quimioterapia de acuerdo con la fórmula médica que llega en su momento. Después de preparada la mezcla, llaman al camillero y es él quien lleva el medicamento a la zona 24/7, que es el lugar en donde los pacientes permanecen en observación. Y en el 24/7 hay una jefe de enfermería que debe verificar que sea el paciente, el medicamento, la dosis, la vía y la hora correcta”, explicó la fuente en un principio.

Sin embargo, en el caso específico de Salomé, el protocolo no se cumplió a cabalidad. “La fórmula médica decía microgramos, pero cuando prepararon la quimioterapia, la prepararon fue en miligramos”, indicó la fuente.

SEMANA tuvo acceso a la historia clínica de Salomé. Entre otros medicamentos, se le debían aplicar 4,5 miligramos de actinomicina D, pero en realidad se le aplicaron 450 miligramos. “Ni siquiera un adulto hubiera podido aguantar ese nivel de quimioterapia”, subrayó la fuente.

El dictamen

El primer informe pericial de necropsia entregado por el Instituto de Medicina Legal indicó que Salomé presentó una insuficiencia respiratoria aguda, un tromboembolismo pulmonar masivo y una trombosis de vena cava inferior. El informe ampliado fue más contundente. En primer lugar, el forense confirma que al revisar la historia clínica de Salomé se debían aplicar 4,5 miligramos de actinomicina D, pero se aplicaron 450 miligramos.

Así las cosas, con fundamento en los hallazgos de la autopsia y la historia clínica, se concluyó que Salomé murió por insuficiencia hepática aguda con coagulación intravascular diseminada que llevó a tromboembolismo pulmonar masivo secundario por sobredosis de actinomicina en medio del tratamiento farmacoterapéutico del tumor de Wilms.

Esta revista conoce el nombre de la jefe de enfermería que estaba a cargo de velar por el estricto cumplimiento del protocolo en la quimioterapia de Salomé y, al parecer, seguiría trabajando allí.

El abogado Hernández inició las acciones judiciales correspondientes en contra del cancerológico por la muerte de Salomé, pero a pesar de que el caso ya lleva más de un año en poder de la Fiscalía, el avance del proceso ha sido casi nulo y mientras tanto Lina sigue clamando por justicia, al tiempo que el dolor por la pérdida de su hija cada vez se hace más fuerte. “Me dañaron mi vida, Lo mínimo es que los responsables paguen por lo que hicieron”, dice Lina.