Bogotá
Joven de solo 17 años cayó desde un sexto piso en el Compensar de la 94 en Bogotá. Esto fue lo que pasó
El adolescente tenía problemas psiquiátricos. El acceso al edificio está restringido.
En la tarde de este martes 17 de enero, los trabajadores y usuarios que se encontraban en la EPS Compensar, ubicada en la calle 94 con Autopista Norte en Bogotá, quedaron totalmente consternados luego de que un joven, al parecer, decidiera quitarse la vida lanzándose al vacío.
El joven de 17 años, quien según las primeras versiones tenía problemas psiquiátricos, se lanzó desde el sexto piso del edificio y perdió la vida al instante luego de golpearse fuertemente contra el piso.
Uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá ya hacen presencia en el lugar para determinar qué fue lo que pasó al interior de la edificación y, para ello, se encuentran verificando los videos de las cámaras de seguridad para conocer cuál fue el recorrido del joven antes de suicidarse.
Asimismo, agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía están en el edificio de Compensar para hacer el respectivo levantamiento del cuerpo. Por ahora, todo es materia de investigación.
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Tras el lamentable suceso, varias de las personas que se encontraban en el edificio fueron evacuadas y también se les restringió el acceso a demás pacientes que tenían otras citas para horas de la tarde.
Esta es la historia desconocida de la mujer que conmocionó al país al lanzarse al Metro de Medellín junto con su hija
Daniela Rivera se lanzó el pasado 30 de diciembre a uno de los trenes del metro de Medellín mientras agarraba de la mano a su hija de 8 años. Ambas fueron recuperadas de los rieles cuando apenas podían sostener la respiración. SEMANA conoció detalles de la historia que conmocionó al país.
La mujer llegó hasta la plataforma de embarque de la estación de San Antonio y, ante la mirada del resto de pasajeros, se tiró a la línea férrea en un aparente suicidio que habría sido motivado por una crisis en la relación que sostuvo con un hombre durante diez años.
Los cuerpos quedaron separados. La madre de 27 años sobrevivió un par de horas y falleció en un quirófano del Hospital General de Medellín cuando atendían el politraumatismo que se causó. Mientras que la pequeña batalló contra viento y marea por su vida. La niña, inocente de esta situación, perdió la pierna izquierda y, apenas seis días después, se enteró de que tampoco tenía a su madre. Entre lágrimas le pidió a Dios que algún día le permitiera volver a observar el rostro de la mujer que la trajo al mundo y que la amó con todas sus fuerzas.
Esas fueron las palabras que le transmitió a su abuelo, Never José Rivera, desde el centro médico donde se recupera. Él no logra articular frases completas para definir el dolor que siente, mucho menos las razones por las que su hija arrastró a su nieta hacia el metro.
Presiente que el suicidio no fue un hecho fortuito, sino planificado con varios días de anticipación. Semanas antes pagó las deudas que tenía y mantuvo en su cuenta los últimos 300.000 pesos que le quedaron de su trabajo como estilista: arreglaba cabellos y maquillaba uñas en la capital de Antioquia.
Never José se enteró de la muerte de su hija Daniela cuando se tomaba una cerveza en la tienda que administra en el municipio de Nechí. La noticia le pasó como un trago amargo: “Nos la mataron”, dijeron al otro lado del teléfono, refiriéndose al accidente que aconteció.
El hermano mayor le contó que se había tirado al tren cuando estaba en movimiento e inmediatamente acusaron al novio de la víctima como el responsable. A él lo conoció en 2013 y tuvieron a la niña, que es la pequeña que ahora batalla por su vida.
La familia de Daniela asegura que desde un inicio ella sufrió maltratos físicos y psicológicos de su pareja. El hombre, no contento con eso, la obligaba a darle todo su salario para evitar los golpes. Era tanto el nivel de sometimiento, cuentan sus familiares, que en algunos momentos dejaba encerradas y sin comida a Daniela y a su pequeña hija. Este hombre era su verdugo y aunque intentó evadirlo en varias ocasiones, nunca encontró la paz deseada. Ahora, el hombre no aparece. No contesta los mensajes y, aun dándose cuenta de la tragedia, no acudió a las exequias de Daniela, ni ha ido a visitar a su hija al hospital.