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Falsos positivos: él era el reclutador de jóvenes en Bucaramanga

Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en el marco del conflicto armado, 6.402 personas fueron asesinadas y presentadas como “guerrilleros caídos en combate”.

27 de abril de 2022
Cabo Néstor Gutiérrez JEP
Cabo Néstor Gutiérrez JEP | Foto: JEP

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) recibió este lunes el reconocimiento de verdad y responsabilidad de once exintegrantes del Ejército Nacional y un civil por las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos, dentro del Caso 03: ‘Asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado’.

En medio del acto, realizado en Ocaña, Norte de Santander, se conoció que al menos tres de las víctimas era jóvenes que habían sido reclutados en Bucaramanga. Uno de ellos es Rafael Andrés Plata Sánchez, un joven que tenía 18 años y cursaba once grado cuando la guerra tocó su vida.

Rafael, según lo expuesto en la audiencia, fue reclutado en 2008 por Alexander Carretero, un civil y el mayor reclutador de víctimas jóvenes de los denominados falsos positivos. Este sujeto sería el responsable de ‘vender’ al menos 14 jóvenes al Ejército para que los pasaran como bajas en combate.

La muerte de Plata Sánchez ocurrió en agosto, cuando de un momento a otro desapareció del Parque Centenario, centro de la capital santandereana, luego de ser reclutado por Carretero, quien lo llevó hasta la región del Catatumbo y allí lo entregó a las Fuerzas Militares, según la versión que él mismo rindió en la JEP.

Aquel día, Alexander Carretero también raptó a otros dos jóvenes en Bucaramanga que fueron identificados como Mauricio Nova y El Caleño. Los tres muchachos corrieron con la misma suerte y fueron dados de baja luego de que los hicieran pasar como supuestos integrantes de la guerrilla.

Ante la desaparición de Rafael Andrés, sus familiares iniciaron un ardua y extensa búsqueda por toda la ciudad, denunciaron lo ocurrido y semanas después se enteraron del trágico final del joven.

Según lo dicho por el Ejército ante la JEP, los tres jóvenes eran militantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y fueron exhumados en una fosa común en donde había por lo menos otros 30 cuerpos. El cadáver de Rafael Andrés fue identificado por su progenitora, Patricia.

Por este atroz crimen, 13 militares y el oficial Estepa Becerra fueron vinculados a un proceso judicial. Estos hombres enfrentaron varias audiencias y fueron condenados, sin embargo, cinco de ellos fueron absueltos. El juzgado argumentó que la absolución se dio porque la Fiscalía no hizo lo correspondiente. No hubo pruebas. El oficial Becerra y el soldado Jefry Danilo Coronel fueron sentenciados a 47 años de prisión.

Por su parte, Alexander Carretero fue hallado responsable de los delitos de desaparición forzada y homicidio agravado, por ende el Juzgado Primero Penal Especializado de Cundinamarca lo condenó a 44 años de prisión. Además, le impuso una multa de 1.346 salarios mínimos mensuales vigentes.

Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en el marco del conflicto armado, 6.402 personas fueron asesinadas y presentadas como “guerrilleros caídos en combate. Una gran parte de esos crímenes se dieron en Norte de Santander, aunque los jóvenes hayan sido reclutados en Soacha o en otras regiones de Colombia.

Declaraciones de los exmilitares

Uno de los citados a rendir declaraciones ante la JEP y los familiares de las víctimas fue un cabo del Ejército que dijo: “Asesiné cobardemente, les arrebaté la ilusión a sus hijos, les desgarré el corazón a sus madres por una presión de unos falsos resultados, por tener contento a un Gobierno. No es justo, no es justo”, señaló el cabo (r) Gutiérrez, tras leer el nombre de las víctimas.

“Que quede claro. Manchamos la región del Catatumbo. Dañamos el buen nombre de la región. Manchamos los nombres de estas familias. Cometimos crímenes de guerra y lesa humanidad. Yo acepto la responsabilidad. También pido perdón a Dios, mi familia e hijos”, concluyó Gutiérrez.

El cabo en retiro hizo referencia a que todos estos crímenes ocurrieron entre enero de 2007 y agosto 2008 en Norte de Santander, fecha en la que acabó la existencia del joven Rafael Andrés.

“Ningún momento nos había acercado tanto a la verdad y la posibilidad de impartir justicia como esta audiencia de reconocimiento. Ante ustedes la historia está en marcha”, señaló el presidente de la JEP, el magistrado Eduardo Cifuentes.