NACIÓN
Niegan libertad a docente que sometía a sus estudiantes a vejámenes sexuales y los grababa en Bucaramanga
Más de 300 archivos pornográficos halló la Fiscalía en medio de la investigación.
Hacia las 4:00 p. m., del martes 17 de enero, se cumplió la audiencia de libertad por vencimiento de términos en medio del proceso que adelanta la Fiscalía en contra de Juan Sebastián Gómez Rosas, quien es acusado de presuntamente haber abusado sexualmente de varios estudiantes en la ciudad de Bucaramanga.
La diligencia judicial se llevó a cabo de manera virtual y pese al recurso de apelación que interpuesto por la defensa del procesado, el juez decidió no concederle la libertad a Gómez Rosas, quien se encuentra privado de la libertad en la cárcel Modelo desde el pasado 6 de noviembre de 2021, cuando fue capturado en medio de un allanamiento que realizó la Fiscalía en su apartamento.
El docente, en total, llevaba 232 días sin ser enviado a audiencia de juicio y se necesitaban de 240 días para poder obtener la libertad, apelando al vencimiento de términos. Sin embargo, es necesario que el sistema judicial actúe o, de lo contrario, el maestro sí podría quedar en libertad en los próximos días.
“Las víctimas de Gómez Rosas hacemos un llamado a la Rama Judicial para que haya celeridad y no impunidad”, dijo a SEMANA la hermana de uno de los niños afectados (de esta persona, reservaremos su nombre por seguridad).
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Ante esta situación, familiares y allegado de las víctimas realizaron un plantón en el Palacio de Justicia de Bucaramanga el pasado martes, para exigir a la Fiscalía y al Juzgado Décimo de Bucaramanga celeridad en el proceso y que no se dilate más, como se ha hecho hasta ahora.
La investigación
De acuerdo con la investigación adelantada por la Fiscalía, Juan Sebastián Gómez Rosas habría fundado Applicate, una escuela de tecnología, con la supuesta intención de enseñar artes digitales a estudiantes de prestigiosos colegios de Bucaramanga y a niños de bajos recursos, a quienes al parecer engañaba diciéndoles que estaban subsidiados por parte de una fundación extranjera.
“Él seleccionaba a los estudiantes de su preferencia, les brindaba más atención que a los demás e incluso los invitaba a clases personalizadas para indagar más sobre sus vidas. A los niños les daba regalos con el objetivo que ganarse la confianza de ellos y de sus padres”, agregó la joven.
En medio de dichas clases, el docente, “de acuerdo al relato de las víctimas, les imponía retos que los menores debían cumplir, los cuales terminaban en prácticas sexuales que eran grabadas. Se hallaron más de 300 archivos de video con material pornográfico”, explicó en su momento la Fiscalía.
El profesor fue capturado por funcionarios del CTI con el apoyo del Ejército en un conjunto residencial del sector de Provenza, en Bucaramanga. En medio del operativo le fue incautado material pornográfico guardado en dispositivos digitales hallados en su vivienda.
El aterrador relato de las víctimas
Una vez seleccionaba a las víctimas, el docente al parecer las engañaba diciéndoles que una fundación artística española los iba a patrocinar y para ello debían cumplir con una serie de retos exigidos, que nada tenían que ver con artes digitales.
Los retos, según contaron las víctimas, se hacían por semanas y era tal la manipulación que ellos debían preguntar cuál sería la siguiente prueba para ser beneficiados por la supuesta fundación española.
La primera semana les vendaba los ojos a los niños. Luego, les ponía un aparato bucal; en la tercera semana los ataba de pies y manos (repitiendo todo lo anterior). Una vez los menores de edad estaban inmovilizados, el profesor Gómez Rosas presuntamente los ponía a adivinar el sabor de algunas bebidas e, incluso, presuntamente, se masturbaba frente a ellos y los fluidos los echaba en sus bocas.
Todos estos vejámenes eran grabados por el mismo docente, quien al parecer luego vendía este material pornográfico en el mercado negro de internet.
“A algunos niños los amarraba sin camisa en papel vinipel transparente de pies a cabeza, a otros les exigía quitarse la ropa en el baño y salir vestidos con un pañal de bebé. Los amarraba con cadenas y los ponía a dar vueltas en círculos, él les decía que nadie podía contar nada”, relató una familia afectada.