Nación

Procuraduría sanciona a Rodolfo Hernández por insultar a Héctor Mantilla, exalcalde de Floridablanca

Se trata de la quinta sanción disciplinaria en contra del exalcalde.

Redacción Nación
31 de diciembre de 2023
Tras la primera vuelta, el ingeniero dio un discurso desde su casa en Piedecuesta, alejado de las tradiciones de la tarima, globos y mucha gente.
Tras la primera vuelta, el ingeniero dio un discurso desde su casa en Piedecuesta, alejado de las tradiciones de la tarima, globos y mucha gente. Foto: captura video Rodolfo Hernández. | Foto: Foto Archivo Particular

La Procuraduría General de la Nación profirió su quinta sanción en contra el exalcalde de Bucaramanga y excandidato a la Gobernación de Santander y Presidencia de Colombia, Rodolfo Hernández, esta vez por haber insultado al exalcalde de Floridablanca Héctor Mantilla.

De acuerdo con la denuncia del mismo Mantilla, Rodolfo Hernández en su programa “Hable con el alcalde”, emitido en las redes sociales Facebook, Instagram y YouTube, en varias oportunidades lanzó ofensas deshonrosas y denigrantes en su contra.

“También aprovecho para hacerle un llamado muy cordial a mi colega, el doctor Héctor Mantilla, que pague lo que debe allá, nos ha devuelto veinte veces el contrato y no le gusta pagar, que no sea mentiroso y lo hemos tolerado, solamente está cómodo con la politiquería, tiene que estar es donde le prestamos el servicio, pues haga allá un relleno sanitario e independícese, pero nos tiene que pagar hoy, a mí no me da miedo”, dijo Hernández en una oportunidad refiriéndose a su colega.

Para la Procuraduría, Rodolfo Hernández “vulneró el principio de moralidad, como quiera que pudo haber incurrido en prohibiciones al exponer públicamente afirmaciones que podrían llegar a ser catalogadas como injuriosas o calumniosas en contra de otro servidor público, en este caso, Héctor Guillermo Mantilla, alcalde del municipio de Floridablanca (Santander), en el marco de su programa Hable con el alcalde”.

“Es claro que la conducta del encartado, a más de encuadrar en la norma indicada en el pliego de cargos como violada, desborda los mandatos que le exigen a todo servidor público a cumplir con decoro las funciones encomendadas, que les obliga amoldar sus comportamientos a los mandatos de la Constitución y la ley disciplinaria”, sigue diciendo el fallo en primera instancia.

La Procuraduría agrega que, como alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández era la máxima autoridad administrativa de la ciudad y “debía guardar absoluto decoro y respeto no solo por los ciudadanos, sino también por los demás servidores públicos que, junto con él, dirigen y representan los intereses del Estado en ese territorio. Esa condición pública le exige un mayor nivel de tolerancia respecto de quienes no comparten su misma opinión, no militan en su partido político o no hacen parte de su círculo social”.

Rodolfo Hernández no pudo aspirar a la Gobernación de Santander, precisamente, debido a que la inhabilidad proferida por la Procuraduría le impide ejercer cargos públicos hasta el año 2026, puesto que la ley establece que aquellos funcionarios sancionados más de tres veces en los últimos cinco años automáticamente quedan impedidos para ejercer cargos públicos por tres años en los casos en los que la última sanción impuesta sea inferior a ese término.

La primera es una sanción de suspensión por dos meses por maltrato verbal al ingeniero Wilson Motta, quien se desempeñaba como supervisor de un contrato de obras públicas; la segunda sanción fue proferida en agosto de 2020 por el término de ocho meses por maltratar verbalmente y golpear al concejal John Jairo Claro Arévalo; la tercera sanción es una suspensión de cuatro meses por tratar en términos irrespetuosos y desobligantes al veedor ciudadano Fernando Martínez Arenas, durante una actividad pública.

La cachetada que le propinó Rodolfo Hernández al concejal de Bucaramanga, John Claro, le costó políticamente. El ingeniero no tuvo otra alternativa que excusarse. Prometió nunca repetir un golpe.
La cachetada que le propinó Rodolfo Hernández al concejal de Bucaramanga, John Claro, le costó políticamente. El ingeniero no tuvo otra alternativa que excusarse. Prometió nunca repetir un golpe.