Valle del Cauca
Alerta en el Inpec: asesinaron a dragoneante y atacaron a otro más en el Valle del Cauca
Los hechos se presentaron en los municipios de Buga y Tuluá, según el reporte de la institución.
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) encendió las alarmas por dos atentados en los que resultaron afectados sus funcionarios en la mañana de este martes 9 de abril en el departamento del Valle del Cauca.
La primera emergencia se reportó en el municipio de Buga. Sobre las 6:50 a. m., mientras el dragoneante Leider Romo Rojas hacía su ingreso a la cárcel local, fue atacado con un arma de fuego a la altura de la cabeza. Él murió.
La segunda, en Tuluá. El dragoneante Nicolás Torres Noreña recibió varios disparos de bala cuando se preparaba para iniciar su jornada laboral. Él fue remitido a un centro hospitalario donde evalúan sus condiciones de salud.
“El Inpec lamenta y rechaza todo tipo de actos delictivos que atenten contra la vida e integridad de nuestros servidores penitenciarios”, se lee en un comunicado dirigido a la opinión pública este 9 de abril.
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Hay otro episodio que causa revuelo al interior de la institución. En la noche del lunes, en plena zona urbana de Palmira, mataron a Néstor Eduardo Quevedo Díaz. Al parecer, él fue presidente de la Unión de Trabajadores Penitenciarios de la localidad.
A esta arremetida violenta en contra del Inpec, se suman las amenazas del Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc y la confrontación armada que las Fuerzas Militares sostienen con ellos en las zonas rurales.
Cayó el ‘brujo’ de las disidencias de las Farc: el hombre es señalado de ‘rezar’ a favor del grupo armado
Un ciudadano extranjero es señalado de tener vínculos con el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc. Al parecer, él ofrecía los ‘servicios’ de santería para que el grupo armado tuviera ‘éxito’ en medio de las operaciones criminales.
Este hombre está en Colombia desde hace tres años y, en los últimos doce meses, se habría dado la relación con la estructura ‘Jaime Martínez’, integrada por los poderosos secuaces de alias Iván Mordisco en el departamento del Valle del Cauca.
La sospecha de los detectives es que este sujeto, distinguido entre los guerrilleros como el ‘Santero’, se reunía clandestinamente con los delincuentes. Allí recibía armas, granadas y municiones para someterlas a escalofriantes rituales.
Una vez quedaban listas con sus rezos, las devolvía a las redes de apoyo de las disidencias de las Farc para que realizaran acciones ofensivas y alteraran el orden público, específicamente, en las calles de la ciudad de Cali.
En un operativo que la Policía hizo en su residencia, ubicada en el barrio Vallado, se le encontraron dos pistolas, un revólver, una granada de fragmentación, 26 cartuchos de diferentes calibres, seis celulares y dosis de estupefacientes.
En la misma redada hallaron elementos que probarían sus rituales: altares religiosos, misteriosas figuras, partes de animales y sangre. La mezcla de todos estos elementos se distribuiría por el armamento de la estructura ‘Jaime Martínez’.
Él deberá responder ante la Fiscalía por el presunto delito de fabricación, porte y tráfico de armas de fuego. En las primeras audiencias de legalización de captura, un juez le impuso una medida de aseguramiento en centro carcelario.