NACIÓN
Aparente suicidio de una patrullera de la Policía conmociona a Cali
La mujer fue hallada con un disparo en la cabeza. Las autoridades investigan.
La patrullera de la Policía Nacional Valentina Parra Díaz fue encontrada con un disparo de arma de fuego en la cabeza. Aunque intentaron trasladarla a un centro asistencial de la ciudad de Cali, la mujer ya se encontraba sin signos vitales.
De acuerdo con información preliminar, la joven era oriunda del municipio de Pitalito, Huila. Sin embargo, residía en Cali hace un tiempo por su labor como patrullera, la cual ejercía en la Estación de Policía del barrio Floralia (Comuna 6) de Cali.
Al parecer, la mujer se habría quitado la vida con su arma de dotación este lunes (25 de julio) en horas de la tarde, al interior de su vivienda, ubicada en la carrera 19 con calle 43, en el barrio Santa Fe (Comuna 8) de la capital del Valle; supuestamente, al enterarse que su pareja sentimental le habría sido infiel con una mujer, quien estaría esperando un hijo de él.
“Ella alcanzó a llamar a unos amigos, les contó la situación y les expresó que estaba muy aburrida. Cuando ellos fueron a visitarla para saber cómo seguía, la encontraron sin vida”, contó una fuente anónima.
Por el momento, las autoridades no se han pronunciado de manera oficial. Mientras tanto, se encuentran investigando el caso que conmociona a la comunidad caleña.
Murió la patrullera Luisa Fernanda Zuleta, luego de atroz emboscada del Clan del Golfo en Antioquia
La Policía Nacional confirmó el fallecimiento de la patrullera Luisa Fernanda Zuleta, lesionada con arma de fuego en medio de un ataque terrorista protagonizado por los sicarios del Clan del Golfo en el municipio de Yarumal, Antioquia.
Ella luchó por su vida durante 24 horas en una unidad de cuidados intensivos de Medellín, luego de ser víctima del ‘plan pistola’ cuando patrullaba las calles de esa población del norte del departamento. En esa misma acción ilegal falleció el policía que la acompañaba.
De acuerdo con el reporte de la institución, el hostigamiento que les produjo la muerte ocurrió a las 2:30 p. m. del sábado en el barrio Santa Matilde. Estando en su motocicleta, fueron emboscados por hombres armados de esa organización delincuencial.
La otra víctima mortal fue identificada como el subteniente Sergio Yepes Páez. Ambos llegaron al sitio del homicidio luego de recibir una llamada telefónica donde un ciudadano advertía sobre una presunta irregularidad en las calles de Yarumal.
El comandante de la región seis de la Policía Nacional, brigadier general Gustavo Franco, aseguró que las pruebas recolectadas por los investigadores dan la certeza de que los cabecillas de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) ordenaron el ataque.
Para dar con el paradero de los autores materiales de esta acción terrorista que agudizó la situación de la Fuerza Pública en Antioquia, la institución está dispuesta a pagar hasta 50 millones de pesos por información que dé cuenta de la identidad y ubicación de los sicarios.
De igual manera, dará diez millones de pesos para desarticular el grupo de informantes que le está dando cuenta al Clan del Golfo sobre los movimientos de la Policía y el Ejército en el departamento. Ellos son denominados dentro de la organización como ‘puntos’ o ‘postes’.
Al parecer, los ilegales que integran la red del ‘plan pistola’ en Antioquia están recibiendo grandes cantidades de dinero. Tal como ocurrió en la época más sangrienta de Pablo Escobar en Medellín, están entregando cinco millones a cambio de la muerte de un uniformado.
El comandante Gustavo Franco advirtió que “hemos puesto todas nuestras capacidades técnicas, humanas y de investigación criminal para determinar quiénes son los autores de este hecho y lograr su captura, así como lo hemos hecho en otros eventos que ha afectado la integridad de nuestros hombres”.
Con base en las estadísticas de la Fiscalía General de la Nación, hasta el 14 de julio de este año, en Colombia fueron asesinados 50 miembros de la Fuerza Pública. 30 de esos homicidios se concentraron en las subregiones de Antioquia, sobre todo en Urabá y el Bajo Cauca.