Valle del Cauca
Dos explosiones sacudieron la zona rural de Jamundí; disidencias de las Farc están detrás del atentado
Los hechos se registraron en los corregimientos de Ampudia y Potrerito.
Nuevamente las disidencias de las Farc atacan la zona rural de Jamundí, sur del Valle del Cauca. En esta ocasión, detonaron dos artefactos explosivos en los corregimientos de Ampudia y Potrerito, donde hay presencia de la Fuerza Pública.
Desde la Alcaldía de Jamundí precisaron que no hubo heridos ni daños materiales. “Nos informan que, en horas recientes, se presentó una explosión en la zona alta de nuestro municipio, en el sector de la Ampudia. Hasta el momento, no se ha determinado el artefacto responsable de la explosión. No se reportan novedades ni afectaciones en el personal militar. Las tropas permanecen seguras y continúan ejerciendo control en la zona, manteniendo su presencia para garantizar la seguridad y tranquilidad de la población”, señaló la administración local.
En la zona rural de Jamundí delinque la estructura disidente Jaime Martínez, que está a cargo de alias Iván Mordisco.
¿Quiénes son?
Jaime Martínez murió en 2014. Era un despiadado guerrillero que acogió a todos aquellos desertores del proceso de paz del expresidente Juan Manuel Santos. Como homenaje, alias Mayimbú (también dado de baja) bautizó con su nombre al nuevo grupo criminal; hoy, sus tentáculos están en Suárez (tierra de la vicepresidenta Francia Márquez), Buenos Aires y Timba, Cauca; así como Jamundí, zona metropolitana de Cali, Dagua y Buenaventura, en el Valle.
Con la muerte de Mayimbú, el poder de la Jaime Martínez se descentralizó y, aunque la cabeza visible es alias Esteban, solo en Jamundí tienen siete comandantes: alias Oso Yogui y Pinche controlan el corregimiento Villacolombia; Bairon, Frank y Yisell, una jovencita de apenas 21 años, tienen a cargo Potrerito y sus alrededores; mientras que alias Veneno y el Flaco Julián están en Ampudia y La Liberia.
En las viviendas de la zona rural de Jamundí hay cartillas de adoctrinamiento que deben estar exhibidas en lugares muy visibles, casi como una Biblia; a las afueras de los colegios hay propaganda guerrillera, los balones con los que juegan los niños tienen los logos disidentes, así como cuadernos, pocillos y camisetas.
Los menores de 5 años tienen juguetes regalados por los disidentes. Al preguntarles si saben quién se los obsequió, algunos, en medio de su inocencia, cuentan detalles: “Fue el señor Jaime. El señor Jaime nos cuida”.
El señor Jaime es el bloque guerrillero que ha fundado una república independiente en las narices de las autoridades y de la fuerza pública en Cali: ellos son la ley, el dios que decide sobre la vida, la mano que provee y quita. Son los todopoderosos.
Como en las peores épocas de los carteles del narcotráfico, tienen dos estaciones de gasolina con instalaciones modernas. Las estructuras están ubicadas en La Liberia y La Cabaña. El carrotanque del combustible es el único que tiene permiso para transitar en esas zonas, los demás automotores pesados son robados, quemados o baleados. Esta gasolina, mayoritariamente, es usada para mover la maquinaria que está abriendo paso en la carretera que las Farc están construyendo para conectar con el Naya y el Pacífico, arrasando con la zona de reserva de los Farallones de Cali. Los criminales están tan seguros de que están en terreno propio y nada les pasará, que atienden las gasolineras vestidas con uniformes de las Farc y con fusiles.