Nación
Miserable: hombre lanzó a su mascota desde un tercer piso en Cali porque dañó varios objetos de la casa
La mascota fue trasladada hasta la mesa técnica de bienestar animal, donde verificaron su estado de salud.
Uniformados del grupo de Policía Ambiental y Ecológica de Cali capturaron a un hombre que protagonizó un indignante caso de maltrato animal.
El hecho se habría presentado en el barrio Barranquilla de la capital vallecaucana. Resulta que el dueño de una canina raza criolla decidió lanzarla desde el tercer piso de la vivienda porque habría ocasionado daños materiales.
“‘Milu, una canina de raza criolla de tan solo cinco meses de vida, haría parte de una familia que, al parecer, la maltrataba cada vez que dañara algo. Como todo perrito joven busca juegos y necesita una orientación para saber qué está bien y qué está mal, este no fue el caso de la peludita. Cuando llegó su dueño a la vivienda y encontró varios objetos dañados, arremetió contra su mascota, arrojándola del tercer piso de la casa”, informaron desde la Policía.
Residentes de la zona se percataron de lo sucedido y dieron aviso a las autoridades por medio de la línea 3168931997 del grupo de Policía Ambiental y Ecológica de Cali.
Los agentes procedieron al arresto del señalado, mientras que la mascota fue trasladada hasta la mesa técnica de bienestar animal, donde verificaron su estado de salud y le practicaron una valoración.
Maltrato animal, ¿qué dice la ley?
En Colombia sí hay normas contra el maltrato animal. La Ley 1774 del 6 de enero de 2016 entabla un marco de “respeto, solidaridad, compasión, ética, justicia, cuidado, prevención del sufrimiento, en la erradicación del cautiverio y el abandono” en el trato de los seres humanos hacia los animales.
Además, estipula que quien lesione a un animal puede tener una multa entre los 5 y los 50 salarios mínimos. Si le provoca la muerte, podrían estar en prisión de 12 a 36 meses y una inhabilidad de estar en cualquier cargo profesional que implique el contacto con animales.
Sin embargo, la abogada María José Rojas explica para Fucsia que, como en otros ámbitos, la desconfianza en las leyes sigue primando, es un obstáculo y muchos prefieren hacer justicia por mano propia o simplemente no denunciar, y esto es en los casos que se llegan a conocer.
Por otro lado, la experta afirma que tampoco la ley es suficiente: “Tengo claro cuál es mi profesión y cuál debería ser mi postura, pero en un tema como el maltrato animal tengo que decir que las leyes no lo son todo”.
“De nada nos sirve tener un millón de normas contra los maltratadores y que todos estén en la cárcel porque no cambia nada, porque considero que este es un acto estructural y un reflejo de la sociedad. Vemos cómo una persona realiza actos sexuales con su perro y creemos que porque hay una ley todo se arregla. No, es un problema cultural, social, mental, la ley lamentablemente no es la salvadora”, agrega.
Gelma, de la Fiscalía; el Escuadrón Anticrueldad (conformado por veterinarios y abogados, el cual puede ser activado en cualquier estación de Policía o en la línea 123); el Instituto de Bienestar Animal de la Alcaldía de Bogotá, y muchas fundaciones se dedican a cuidar a perros y gatos maltratados.
El Instituto de Bienestar Animal incluso tiene algunos criterios para identificar daños ejercidos contra un perro, un gato o cualquier mascota: negligencia (privar de alimentos y cuidados básicos), crueldad, explotación comercial, maltrato físico o emocional, abandono y abuso sexual.
Contra estos preocupantes actos, hay más de una fundación que se encarga de proveer ayuda y refugio a los perros y gatos agredidos.
Asimismo, existe la Fundación Rescatadogs. Su cofundadora María Alejandra Checa le explicó al medio citado que, cuando reciben a un animalito, casi siempre hay que hospitalizarlo por las condiciones en las que llega y que para pagar los procedimientos, medicinas y comida intentan buscar ingresos por todos los medios, como vender materas.
Además, recalca la importancia de la adopción: “Es muy importante porque los rescatados vienen con muchos dolores emocionales y traumas de su maltrato o vida pasada. Es una tarea difícil, no es raro que se orinen del miedo o intenten responder bruscamente tratando de proteger su vida ante ruidos o movimientos bruscos. Pero siempre decimos que el amor y la paciencia borran las marcas del difícil pasado”.