Corrupción
La tenebrosa historia del cartel en Emcali que le roba energía a los caleños: moteles, discotecas, fábricas y supermercados están involucrados
La compañía de servicios públicos es víctima de 11 poderosas estructuras delincuenciales. Hay funcionarios, supermercados, moteles, mansiones y grandes fábricas implicadas en el deterioro financiero de la empresa.
Lo que está ocurriendo en el interior de algunas dependencias de Emcali, la principal empresa pública de los caleños, es tenebroso. La compañía es víctima de al menos 11 carteles que están desangrando las finanzas y han sembrado un imperio de terror del que pocos se atreven a hablar o denunciar porque terminan asesinados o amenazados de muerte.
La premisa no es exagerada, según las denuncias hechas por el concejal Roberto Ortiz, quien expuso en plenaria del cabildo un video de un extrabajador de Emcali asesinado hace algunas semanas en la puerta de su casa: “No puede ser que Emcali sea una empresa que sirva para enriquecer a contratistas, a funcionarios y, además de eso, sigan matando la gente ahí (...). Eso que vimos ahí es la casa del señor Jairo Valderrama, jubilado de Emcali, padre de Mauricio Valderrama, quien fue asesinado el día martes y su esposa quedó gravemente herida.
Y esto lo traigo a colación porque Mauricio Valderrama es un trabajador de Emcali que en los últimos 20 años se ha dedicado a trabajar en las pérdidas de energía y ha encontrado hallazgos muy importantes, que involucran casas de gente muy rica, de empresas y de negocios comerciales”. El cartel de la energía es uno de los 11 que opera en Emcali –y uno de los más peligrosos–.
SEMANA tuvo acceso a información valiosa que muestra cómo delinque esta estructura criminal que mensualmente le genera pérdidas hasta por 50.000 millones de pesos a Emcali. La estructura está compuesta por al menos diez líderes y decenas de trabajadores y extrabajadores de Emcali; todos son técnicos de energía.
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Cada uno de los cabecillas tiene un sector de la ciudad. Por ejemplo, uno de los integrantes más viejos del cartel está encargado de la zona sur y centro; allí negocian con mansiones, moteles, fábricas, supermercados y otros establecimientos la activación de un dispositivo en los medidores que altera significativamente el consumo de energía. La red delinque así: retiran el medidor y le instalan un dispositivo –que se maneja a control remoto y congela las métricas–. Con ese medidor alterado, los beneficiarios pueden determinar desde cuándo y hasta qué horario se va a registrar el consumo.
“Regularmente, en las grandes empresas paran el contador de 5:30 a. m. a 6:00 p. m.; entonces, en ese horario es como si no hubieran consumido nada de energía”, le contó a SEMANA un extrabajador de Emcali. Esto beneficia a empresas que, en condiciones normales, deberían pagar hasta 100 millones de pesos en la factura de energía mensual, pero con el dispositivo alterado solo registran pagos de entre 15 y 20 millones de pesos; es decir, una reducción del 80 por ciento. En sectores como La Reforma, vía a la zona rural, donde hay grandes casas de recreo, se detectó una anomalía de tres megas mensuales, lo que en dinero se traduce en 2.000 millones de pérdidas para Emcali.
Sin piezas sueltas
El cartel de la energía de Emcali tiene fichas afuera y dentro de la compañía. La mayoría de piezas externas son técnicos que han trabajado en la empresa y son los encargados de la instalación y el cobro de la mensualidad a sus clientes; y los que están todavía en Emcali simplemente no registran las anomalías cuando pasan revista. SEMANA conoció que a cada cliente se le cobra una mensualidad de entre 1 y 5 millones de pesos, y tan solo en el sector sur y centro hay alrededor de 1.200 anomalías (negocios y casas con conexión fraudulenta), lo que es igual a 1.200 clientes.
Ese dinero mensual va a parar a los bolsillos de unos particulares. “En la zona sur, las principales evasoras son las mansiones, esas grandes casas de Ciudad Jardín y Pance. Y en el centro tienen centros comerciales, cuartos fríos y casi la mayoría de fábricas de plástico, que son las que más consumen energía. Entre los otros clientes, hay supermercados en varios puntos de la ciudad, grandes fábricas en Yumbo y el norte de la ciudad. Todos trabajan con el cartel”, señaló otra fuente de Emcali.
SEMANA tiene en su poder la lista de nombres de los comercios y casas en estratos altos que presentan anomalías en sus registros de energía, así como las identidades de los integrantes del cartel, pero se abstiene de publicarlos para no afectar la investigación en curso. En esta red criminal no solo habría trabajadores rasos, sino también funcionarios de alto rango, quienes deberían responder por omisión, pues en reiterados reportes se les ha puesto en conocimiento esta práctica fraudulenta.
“Son miles de negocios los que pueden estar robando energía. Si Emcali se propusiera y tuviera personal para detectar pérdidas, sería muy fácil hacerle frente a esto, pero aquí ha faltado voluntad. Si Emcali se propusiera luchar contra los legales e ilegales que se roban la energía, y se cobrará esas platas, se podrían trasladar a la Alcaldía para temas sociales”, señala el concejal Ortiz. El cartel de la energía en Cali no solo funciona alterando los dispositivos de consumo, también tiene tentáculos en el requisito para instalar medidores trifásicos en hogares y comercios.
“Desde un tiempo para acá a la gente se le exige que para tener medidores trifásicos debe diligenciar un formulario y ese documento debe tener la firma de un experto. En Cali solo hay dos personas que están avaladas para firmar dicho requerimiento, ambas son ajenas a Emcali. Usted haga el ejercicio y vaya a un centro administrativo y ahí de una le recomiendan a la persona que puede hacerlo”, dice un contratista de Emcali. La persona recomendada para firmar el uso final de esos medidores es un familiar de un reconocido líder sindical de Emcali.
“El negocio es redondo: lo recomiendan y como solo él lo puede hacer, entonces, por la urgencia cobran 4 millones de pesos por el trámite. Multiplique eso por 120 medidores que, en promedio, se están solicitando al mes”, agregó el funcionario.
No es el único cartel
Los otros diez carteles en Emcali son el de lectura, el de causas, el de fraudes, el de asesorías contra la empresa, el de cambios de capacidad contratada, el de corte y reconexión, el de actuaciones administrativas, el de revisión, el de provisionales y el de favores sexuales.
Frente a esto, el director jurídico de Emcali, Édinson Zambrano, señaló: “Este tipo de prácticas delictivas acarrea contra la empresa que, como consecuencia de que se atente contra bienes, se tengan que iniciar actuaciones de recuperación de pérdidas e incluso penales”. Precisó que durante 2024 han sido aprehendidas 31 personas por el departamento de seguridad de Emcali, que la policía no ha conducido ante la Fiscalía General de la Nación.
“La mayoría de personas capturadas tienen condiciones socioeconómicas marginales que, presumimos, son instrumentalizadas por organizaciones dedicadas a la receptación de la infraestructura de la empresa”, puntualizó el funcionario.