Violencia
Los audios que dejan al descubierto el plan de Iván Mordisco contra el Ejército en El Plateado; están llevando gente hasta de Jamundí para una gran asonada
Los frentes Carlos Patiño, Jaime Martínez y Dagoberto Ramos están obligando a campesinos de municipios del Cauca y del Valle a viajar al Cañón del Micay para organizar asonadas contra el Ejército.
Luego de que la operación Perseo del Ejército Nacional desnudara el control total de las disidencias de Iván Mordisco en Argelia, Cauca, y en la subregión del cañón del Micay, esa estructura criminal ha echado a andar un plan para sacar a los militares de ese lugar y retomar el dominio criminal del corredor del narcotráfico.
SEMANA conoció en exclusiva varios audios de presidentes de Juntas de Acción Comunal y líderes sociales de municipios del Cauca, así como de la zona rural alta de Jamundí, Valle del Cauca. En ellos, se evidencia una presión estricta de los criminales al mando de Mordisco para que de cada vereda salgan, al menos, veinte personas hacia el cañón del Micay para organizar una gran asonada.
El plan arrancó en la madrugada de este jueves, con la salida de tres buses escaleras repletos de campesinos de la zona rural de Jamundí hacia Argelia. La idea era encontrarse el viernes en la tarde con otros habitantes de esa zona en el sector Alto del Filo para impedir el ascenso de la tropa hacia la vereda Honduras.
La primera parte del plan se cumplió: tres pelotones del Ejército fueron frenados por los campesinos. Fuentes de la Fuerza Pública confirmaron que la comunidad en el corregimiento de La Emboscada, en Argelia, les impidió el paso, y los uniformados se encuentran en la Escuelita Nuevo Horizonte esperando un acuerdo con los pobladores.
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En imágenes que se han conocido a través de las redes sociales, se ve a varios militares, algunos sentados en el piso y otros en escalones, esperando que se resuelva la situación en la que los campesinos de una zona rural de Argelia, en el Cauca, están impidiendo el avance de las tropas.
“La orden es sacar veinte personas por vereda y darles plata para los viáticos; la idea es que se sostengan por allá una semana. Cada presidente de Junta debía entregar la lista con los nombres, y a los empresarios les aumentaron la cuota de extorsión para poder financiar eso”, dice uno de los audios.
Otra de las órdenes de los hombres de Mordisco es que con cada delegación viaje un miembro de las disidencias para monitorear todo, tomar apuntes de quienes protestan, quienes se plantan contra el Ejército y quienes no lo hacen de manera tan activa. A estos últimos se les amenaza con asesinar a algún familiar. No hay tiempo para perder en la “recuperación del Micay”, dicen.
Los disidentes se mimetizan entre los campesinos y guían las asonadas. Ellos saben cómo encarar al Ejército, pues han recibido instrucciones para ese propósito. Mordisco sabe que con solo las personas del cañón del Micay es imposible ejercer una presión real, entonces su propósito ahora es organizar caravanas de apoyo, por ahora, de municipios del Cauca y Valle, pero no se descarta que esto se extienda también a Putumayo y Guaviare.
Todo esto tras el fracaso del primer intento de gran asonada que se trató de efectuar a principios de esta semana en el cañón del Micay. Las disidencias del bloque Carlos Patiño citaron a una reunión y esperaban la llegada de cuatro mil personas, pero solo fueron 200.
En la reunión, según la inteligencia de las Fuerzas Militares, los terroristas le dijeron a la comunidad que los niños y las mujeres en estado de embarazo debían moverse y ubicarse cerca a los vehículos blindados y a las tropas que se encuentran desplegadas en El Plateado y, en general, en todo el cañón del Micay, con el objetivo de que los uniformados se tengan que mover y así poderlos atacar.
“En dicho encuentro, también les habrían dicho a los campesinos que debían estar preparados para organizarse y actuar contra la llegada de la institucionalidad representada en las Fuerzas Militares y en las inversiones que hará el Gobierno nacional”, dijo una fuente consultada por SEMANA.
“En ese mismo sentido, les dijeron que la población civil debe ayudar a defender el territorio y sus recursos naturales. Hay que recordar que hace unas semanas las disidencias hicieron entrega de maquinaria amarilla para, supuestamente, ayudar al mantenimiento de las vías terciarias, cuando en realidad lo que estaban haciendo era actividades de explotación ilícita”, dijo la fuente. Se espera que la nueva gran asonada, que sacaría por completo al Ejército de la zona, se realizaría el próximo martes.