Emergencia
“Necesitamos ser reubicados rápidamente”: afectados por derrumbe en Vía Panamericana son escépticos ante anuncios del presidente Petro
De acuerdo con el mandatario, los afectados no podrán volver a la zona de la emergencia.
Algunos de los más de 700 damnificados por los deslizamientos de tierra en Rosas, Cauca, que tienen en jaque al municipio y la economía de la región debido a que la tierra partió en dos la Vía Panamericana a la altura del kilómetro 75, se han mostrado escépticos ante los anuncios del presidente Gustavo Petro.
Aunque el mandatario reveló que el gobierno comprará haciendas que se encuentren cercanas al punto de emergencia para adelantar un proceso de reubicación de las personas que se vieron afectadas por la remoción de masa, sostienen que las acciones deben ser inmediatas y no pueden quedarse solo en promesas.
“La situación es muy crítica porque aquí hemos vivido toda la vida personas que han trabajado duro para conseguir las cosas. Perderlo todo es muy triste. Esperamos una pronta reubicación, algo inmediato, porque es muy duro estar en albergues sin comodidad, perdimos nuestro equilibrio de vida”, dijo a SEMANA Zoraida Orozco, secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda Chontaduro.
Se estima que más de 700 personas resultaron damnificadas por los derrumbes que han destruido más de 60 casas. Santa Clara, Chontaduro, Parraga Viejo y La Soledad son las veredas de Rosas afectadas.
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Y es que luego de los deslizamientos de tierra que comprometieron al menos 50 hectáreas, el presidente sostuvo que las comunidades no pueden regresar a la zona, de ahí la necesidad de reubicar a los afectados.
“Habrá un plan para comprar haciendas cercanas, ojalá a la zona, que nos permita reubicar a la población, no puede volver la población a ese mismo lugar”, sostuvo Petro.
Y añadió: “En esa medida, la población entra para ser compensada con más tierras de las que tenían antes, media hectárea por familia, a producir alimentos con ayuda del Estado y a lograr que sus nuevas viviendas tengan los niveles de dignidad que necesitan”.
Fernando Narváez, de 50 años, es un hombre de poco optimismo. O más bien, como dice él, realista. No espera nada del Gobierno ni aguarda por socorro porque la esperanza de ser asistido la perdió hace mucho, cuando le prometieron una casa nueva en 2019 en medio del primer alud en esta zona que dejó 33 muertos.
Esta vez, como en aquella ocasión, lo perdió todo: su casa está a punto de ser arrastrada por el movimiento constante de tierra en la vereda Chontaduro y solo es cuestión de horas para ver cómo se derrumba.
“Del Gobierno no espero nada, porque yo ya viví esto mismo en la vereda Portachuelos hace tres años, cuando un derrumbe mató a 33 personas, y aún no les han dado viviendas. Si no les han dado a ellos, ¿qué vamos a esperar nosotros?”, recordó.
Zoraida Orozco dice que muchos damnificados que están albergados en el colegio Santa Teresita de Rosas aún no creen lo ocurrido y no salen del asombro de haberlo perdido todo. Incluso, hay quienes siguen yendo al lugar de la emergencia para intentar sacar de la tierra sus pertenencias. “Lo que viene ahora es incierto, estamos a merced del Gobierno. No sabemos para dónde coger o qué hacer”, aseguró.
“Esto se venía venir, desde hace una semana el cerro empezó a ceder. No podíamos dormir pensando en qué momento se vendría la loma. Afortunadamente alcancé a escuchar que el cerro sonaba duro y avisé a mi familia y a la comunidad, pasamos la voz entre nosotros”, añadió. Los deslizamientos no han dejado muertos ni heridos.
Los deslizamientos también provocaron el cierre total de la vía Panamericana a la altura del kilómetro 75, en Rosas, Cauca. El colapso de la carretera tiene en jaque la economía del sur del país ante las dificultades para mover alimentos, combustible y personas por la vía alterna de La Sierra, la cual se encuentra en mal estado.