Nación
Suspenden por 10 días el centro de investigación Caucaseco, que experimentaba con monos, por malas condiciones
El establecimiento también deberá pagar una multa que asciende a 32 salarios mínimos diarios legales vigentes.
El Centro de Investigación Caucaseco y la Fundación Centro de Primates, ubicado a las afueras de Cali, fue cerrado por diez días en cumplimiento de una decisión de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), entidad que semanas atrás rescató a 108 monos que permanecían en este establecimiento encerrados y en condiciones deplorables, y que estaban siendo usados para experimentar la vacuna contra la malaria.
Funcionarios de la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali y la Policía Metropolitana llegaron en las últimas horas al centro de investigación para verificar el cumplimiento de los requisitos y ordenar su cierre de no encontrar todo en orden, como terminó sucediendo.
“Encontramos incumplimientos por parte del centro de investigación y decretamos la suspensión de sus actividades por diez días. Básicamente, no cumplían con las condiciones sanitarias necesarias, no tenían el concepto sanitario por parte de la Secretaría de Salud. Tenían unas recomendaciones hechas en 2020 y 2021 que a la fecha no habían sido cumplidas, y les encontramos incumplimientos en las condiciones para la seguridad humana”, explicó Manuel Trochez, asesor de la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali.
Y agregó: “La suspensión se da con el ánimo de que mejoren sus actividades, pues en ningún momento queremos persuadirlos a que no realicen sus actividades científicas. Sin embargo, deben cumplir las normas”.
Lo más leído
Además del cierre por diez días, el centro de investigación deberá pagar una multa que asciende a 32 salarios mínimos diarios legales vigentes.
El concejal de Cali del Movimiento Animalista, Terry Hurtado, quien ha denunciado las presuntas irregularidades dentro del centro de investigación, estuvo presente en la visita de las autoridades al establecimiento y consideró que la decisión adoptada no fue suficiente.
“Pido a la secretaría de Seguridad y Justicia que haga uso de sus facultades para implementar todas las sanciones posibles contra este establecimiento. También solicito a las autoridades competentes hacer lo necesario por rescatar y valorar a unos roedores que están en este lugar”, expuso.
De otro lado, el concejal reveló que los dueños del centro de investigación, cuyo director es el médico Sócrates Herrera Valencia, le advirtieron que lo denunciarán ante la Procuraduría General de la Nación. No obstante, aseguró que seguirá denunciando y haciendo seguimiento a las actividades del establecimiento.
El rescate de los monos
Los más de 100 monos que el Centro de Investigación Caucaseco y la Fundación Centro de Primates tenía encerrados, en Cali, para experimentar una esquiva vacuna contra la malaria no pueden hablar, pero si lo hicieran, dirían que estaban viviendo un infierno y que haber sido extraídos de su hábitat natural era el menor de los sufrimientos que padecieron.
Y aunque no pueden pronunciar palabra alguna contra sus maltratadores, la expresión de sus ojos les permitía revelar prácticamente todo. Las condiciones en las que fueron encontrados y las laceraciones en sus cuerpos confirmaban lo que no podían decir explícitamente.
A algunos monos se les negó, incluso, el derecho a comunicarse con la mirada: les faltaba un ojo, y otros pequeños ejemplares ya se encontraban muertos.
Cuando la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y la Fiscalía General de la Nación llegaron al centro de investigación, ubicado a las afueras de la ciudad, para rescatarlos, tras múltiples denuncias de defensores de derechos animales de la región, los encontraron en jaulas oxidadas, conviviendo con su propio excremento y alimentados con comida para perros.
Son 102 monos nocturnos (Aotus trivirgatus) y seis monos ardilla (Saimiri sciureus) los que fueron sometidos, en muchos casos durante años, a dolorosos experimentos que se convirtieron en torturas y que extrañaban vivir trepados en los árboles comiendo frutas, flores e insectos.
No solo les inoculaban el virus de la malaria, en un nuevo intento fallido por encontrar la cura, también les quitaban las extremidades y el bazo, órgano responsable de generar respuestas inmunológicas.
De acuerdo con Marco Antonio Suárez, director de la CVC, los monos fueron sacados de las montañas de Sucre y traídos a Cali con un permiso de caza otorgado por las autoridades ambientales de ese departamento. Sin embargo, la Fiscalía investiga la existencia de esas autorizaciones y la legalidad de las extracciones.
La pelea por los monos
Los monos fueron incautados por la CVC y trasladados a un centro de valoración y atención que tiene la entidad en el municipio de Palmira, Valle del Cauca, que fue adecuado para poder recibirlos.
El proceso de recuperación avanza lentamente. El idílico objetivo que se planteó la CVC es reintroducirlos en su hábitat natural. De no lograrlo, los monos quedarían bajo el cuidado de la entidad el resto de su vida en un espacio digno.
Pero el Centro de Investigación y la Fundación no quieren eso. La pelea por los monos, lejos de terminar, parece que apenas empieza, ya que han instaurado tutelas contra la CVC para recuperar a los animales que tenían enjaulados. De momento, los jueces han negado sus peticiones, pero podrían recurrir a otros recursos legales.
“Si depende de la CVC, nunca volverán a esa Fundación. Han ejercido acciones de tutela para que no los sancionen y recuperar los micos. Hasta ahora, el fallo ha salido favorable para nosotros, pero habrá que esperar los resultados futuros”, aseguró Marco Antonio Suárez, director de la CVC, a SEMANA.
La Fiscalía tiene abierta una investigación contra el Centro de Investigación Caucaseco y la Fundación por los vejámenes padecidos por los monos. El ente señala que habrían incurrido en los delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales; el medio ambiente y los recursos naturales y la administración pública. Por su parte, la CVC inició un proceso sancionatorio y ordenó la suspensión de las actividades del establecimiento dedicado a la experimentación.