Valle del Cauca
Tristemente, Cali se convirtió en una fábrica de sicarios de exportación; los detalles son escabrosos
Así funcionan las oficinas de sicarios en Cali, la ciudad más peligrosa de Colombia, “centro comercial del crimen”, dicen concejales. Gatilleros son cotizados. “Lo de Ecuador es una alerta”.
En el primer ofrecimiento que le hicieron a José (nombre cambiado) para salir de Cali y hacer un “trabajito” a Ipiales, Nariño, le entregaron una maleta con siete millones en efectivo y la promesa de otros cinco cuando regresara. No le dijeron el nombre, pero le adelantaron que debía asesinar a un comerciante ecuatoriano que todos los miércoles llegaba a la ciudad fronteriza a comprar mercancía.
José, quien ya era reconocido en la capital del Valle por su frialdad ante el gatillo, se negó. Pidió tres millones de pesos más y un adelanto de nueve millones de pesos. El trato se cerró en una humilde vivienda del barrio Llano Verde, suroriente de Cali. El adolescente, de apenas 17 años, viajó a principios de 2022 y no tuvo mayor inconveniente para ejecutar el trabajo.
“Allá nadie se le quería medir porque el viejo (la víctima) siempre andaba con dos escoltas. Yo me fui por tierra, limpio, sin armas, y cuando llegué a Ipiales me dieron los juguetes y me mostraron la foto del sujeto, me cantaron la zona por donde se movía y qué hacía, y ahí mismito yo pensé: esa vuelta está muy fácil, mi papacho”, le dijo José a SEMANA en un testimonio revelador y frío.
El trabajo se cumplió con algunas complicaciones. “La gente que me trajo también trajo a un chino de Terrón Colorado (ladera de Cali), que es quien me iba a dar moto. El chino era un timón. Nosotros esperamos que el viejo se bajara de la camioneta, caminó dos pasos, y mientras un escolta cuadraba el carro, el otro agachó la mirada para ver el celular y en ese momento les llegamos. Primero le disparé al escolta, pero no sé si murió; luego le di con todo al viejo, se lo descargué en la cabeza. Cuando íbamos en la moto nos estaban persiguiendo, pero en realidad el chino era un timón muy bravo y salimos de esa”.
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La entrega restante de la plata fue como acordaron en Cali. A José lo contactaron mediante una de las oficinas de sicarios más temidas de la capital del Valle, que se hacían llamar los Suzuki y operaban en Llano Verde. Ese no fue el único trabajo que hizo por fuera, cuenta. En su prontuario asegura haber asesinado personas en Armenia, Villavicencio y hasta en Montería, Córdoba.
“Acá llegó el rumor cuando andaban buscando gente para una vuelta grande en Ecuador, sino que para allá no me gusta tirarme porque hay mucho venezolano y esos son traicioneros. Pero sí nos ofrecieron hace poco más de 50 paquetes por esa vuelta, luego me enteré de que se fueron unos chinos de Llano Verde y mataron al candidato ese”, dice.
El asesinato del candidato Fernando Villavicencio se empezó a gestar en Cali, exactamente en Potrero Grande. Uno de los gatilleros contratados fue alias Hito, un jovencito de apenas 19 años con una fama de malvado más grande que la de José. Él, según las autoridades ecuatorianas, accionó el arma en medio de la multitud y los escoltas del aspirante.
La capital del Valle ahora no solo es la ciudad más peligrosa de Colombia y número 32 a nivel mundial, con más de 643 homicidios durante este año, la tasa más alta del país, sino que también se ha convertido en una exportadora de crimen. Una sucursal de gatilleros bien entrenados dispuestos a todo por dinero.
El concejal Fernando Tamayo denunció este fenómeno hace dos años. “Este reclutamiento de jóvenes se está presentando, principalmente, en la ladera y en los barrios Llano Verde y Potrero Grande. Lo triste del caso es que yo hice la denuncia y a los tres meses murieron en un bombardeo en Nariño dos jóvenes que habrían sido reclutados en estas zonas de Cali”.
La hipótesis de las autoridades es que las disidencias y grandes estructuras criminales trasnacionales contactan a las oficinas de sicarios, que en estos casos funcionan como agencias que reparten perfiles de sus integrantes y ellos escogen qué gatillero quieren que ejecute la acción. El secretario de Seguridad de Cali, Jimmy Dranguet, dice que lo sucedido en Ecuador vuelve a encender las alarmas en la ciudad. “Hemos desmantelado más de 100 bandas en los últimos dos años”.