NACIÓN
Después de un año del asesinato del fiscal paraguayo Pecci, reapareció su esposa
La esposa del asesinado fiscal de Paraguay, Marcelo Pecci, durante su luna de miel, estuvo en su homenaje y dio un discurso.
Claudia Aguilera, la esposa viuda del fiscal de Paraguay, Marcelo Pecci, asesinado cuando celebraba su luna de miel en Cartagena hace un año, en el mes de mayo, reapareció públicamente para entregar un sentido discurso en medio de un homenaje que le fue realizado al fiscal, precisamente en un sitio donde coincidieron en alguna ocasión. El Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, de Paraguay.
El homenaje trataba de presentar un avión en honor al fiscal, el avión Convair 240, de Líneas Aéreas Paraguayas, pues el fiscal era un aficionado a la aviación.
En su discurso, Claudia reveló que incluso por esa afición y por haber coincidido con su esposo en ese lugar, incluso pensaron en celebrar allí su boda civil.
“Hoy vuelvo a hablar públicamente, después de la entrevista a un medio colombiano, cuando, presa del pánico, tuve que confirmar que mataron a mi esposo”, dijo inicialmente Claudia Aguilera.
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Añadiendo de inmediato una descripción de su esposo en la que precisó por qué estaba en ese lugar. “Detrás de esos trajes que usaba para sus audiencias, de su ropa táctica para sus operativos, existía un ciudadano ético, honesto, preocupado por su entorno, familia, amigos, amante de los animales, apasionado por su trabajo, por el club Guaraní, por el Colegio San José, también apasionado por la aviación, y evidencia de ello es este Convair de líneas aéreas paraguayas, al que decidió darle vida tras ser abandonado”.
Claudia aseguró que mientras estaban de luna de miel, su esposo le reveló que al regresar a su país se dedicaría a sacar adelante el proyecto, y que eso era una muestra de su amor por su trabajo, pero sobre todo una muestra de hacerlo bien, y que por ello fue asesinado.
“Hace un año mientras disfrutábamos de las aguas del mar Caribe, Marcelo me dijo que al regresar a Paraguay iba a insistir con el proyecto del Conver 240. Lo más curioso es que quien tuvo la oportunidad de ser parte de la vida de Marcelo terminó imitando sus principios, venerando a Chiquitunga, teniéndole cariño al colegio San José... a los aviones e incluso hoy al ver un avión, sé que más de una persona pensará en él”, anotó la mujer en su discurso.
Momento en el que además de describirlo y dar gracias por su amor, su vida y por convertirla en madre, hizo un llamado a todas las autoridades para que hicieran justicia por su muerte.
“Hace un año, no solo perdimos a un gran fiscal, sino un hombre útil para la sociedad, un hombre que buscaba ser mejor, cada día perdimos a un gran padre de familia y a un esposo amoroso. Por eso hoy, cuando me toca exigir la verdad sobre su asesinato y duras condenas para sus sicarios, pido también una verdadera lucha contra el narcotráfico y contra el crimen organizado. Sin embargo, no quedó conforme, pues Marcelo Pecci merece mayor justicia... Por eso mi clamor lo dirijo a las autoridades de Colombia, a la Fiscalía paraguaya, a los gobiernos, a los políticos y a la sociedad entera”.
Claudia aseguró que espera que la muerte de su esposo sea ejemplo para no dejarse embaucar de la sociedad “corrupta”, y luchar siempre por el camino de lo justo y lo bueno; además de ello, pidió un compromiso en el que incluyó a su hijo “Marcelito”.
“Seamos verdaderamente buenos en el servicio público, cuidemos a nuestros hijos, a nuestra familia... pero les pido por encima de las adversidades y el desconsuelo, seamos agradecidos con Dios”, finalizó diciendo Claudia.
Por la muerte del fiscal Marcelo Pecci los hermanos Ramón y Andrés Pérez Hoyos fueron condenados. Según las autoridades, estaban en el grupo de capturados, y desde el inicio del proceso anticiparon su intención de aceptar responsabilidad y lo hicieron a través de un preacuerdo con la Fiscalía. Un juez los condenó por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas.
Los dos hermanos fueron, de acuerdo con la investigación, los encargados de recibir el dinero, distribuirlo y coordinar todo el plan criminal que acabó con la vida del fiscal paraguayo en su luna de miel y mientras disfrutaba de un descanso en la ciudad de Cartagena.
Tras aceptar su responsabilidad, a través del preacuerdo, como lo hicieron otros implicados en el crimen, los hermanos Pérez Hoyos fueron condenados a 25 años de cárcel, una pena que se suma a otras en este mismo caso que se convirtió en un ejemplo de investigación en la Policía y la Fiscalía.