NACIÓN
Este es el proyecto que busca convertir la Plaza de Toros de Cartagena en Champetódromo
Los promotores aseguran que esperan que la Plaza de Toros deje de ser un lugar que hace culto a la muerte y la crueldad animal.
La ciudad de Cartagena ha sido reconocida como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad desde hace casi cinco décadas; ese título no lo tiene gratis, puesto que a diario el corralito de piedra se viste de colores y se convierte en el escenario de diversas manifestaciones artísticas.
Una de las representaciones más grandes de la cultural cartagenera es la champeta. Este género musical es reconocido por sus famosos bailes de ‘Pick up o Picós’, de los cuales la ciudadanía suele disfrutar en espacios abiertos, como por ejemplo la Plaza de Toros de Cartagena, donde tradicionalmente suelen realizarse varias ocasiones al año.
Ahora bien, siendo la ciudad cuna de artistas de la Champeta, un grupo de concejales han decidido radicar ante la organización un proyecto que reglamente el festival de la Champeta como patrimonio inmaterial cultural de Cartagena; entre ellos se encuentran Luder Ariza y Sergio Mendoza, del partido Alianza Verde; y Javier Julio Bejarano, de la Coalición Alternativa Cartagena.
En la sesión del pasado lunes 3 de octubre, fue radicado el proyecto ante el Concejo de la ciudad, por medio del cual también se contempla cambiar el nombre de la Plaza de Toros y dictar otras disposiciones para su funcionamiento.
“Tenemos como propósito de este proyecto, institucionalizar el 13 de agosto como el Día de la Champeta y asimismo, institucionalizar este festival con el Plan de Salvaguarda y Defensa del Patrimonio. Esto con el fin de reivindicar la labor de los gestores que han participado en este proceso de construcción del género que hoy tenemos”, así lo manifestó el concejal Sergio Mendoza en medio de su intervención en la pasada plenaria.
Los cabildantes se han destacado por una lucha decidida para que las expresiones culturales del pueblo cartagenero tengan un reconocimiento a nivel nacional e internacional. De igual manera, estos tres funcionarios se han opuesto a las corridas de toros y el maltrato animal en todo tipo de espectáculos, tema en el que se apoyaron para plantear el impedimento de la Plaza de Toros para estos fines, en cambio, sea utilizada para la promoción y el desarrollo de la cultura y las tradiciones autóctonas.
“El espacio donde se daba cualquier tipo de manifestación que constituye a maltrato animal, establecerlo como Champetódromo para Cartagena. Pero también que este espacio sirva para manifestar otro tipo de expresiones culturales, otro tipo de géneros, pero sin duda alguna para reivindicar un género que ha sido estigmatizado, como lo es la Champeta”, agregó Mendoza.
Por su parte, el concejal Javier Julio Bejarano, explicó acerca del proyecto por medio de sus redes sociales, “lo que realmente buscamos con el proyecto es que la Plaza de Toros deje de ser un lugar que hace culto a la muerte y la crueldad animal, para que se convierta en un espacio para celebrar nuestra cultura, así como Valledupar rinde tributo y tiene espacios para el género musical del Vallenato, Cartagena está en mora de darle el lugar que se merece la champeta, la música que nos identifica a nivel local, nacional e incluso internacional.
Si la champeta cuenta con un museo, se apoya y se valora a sus artistas, y contamos con espacio para las expresiones culturales, tendremos la posibilidad de sacar a muchas familias de la pobreza y seguir fortaleciendo nuestra cultura”.
En el año 2016, la Champeta obtuvo su primer ejercicio de declaratoria pública ciudadana por medio del Bando, la cual realizó a través de un cabildo abierto (reunión pública) donde se le reconoce como Patrimonio por sus portadores, protagonistas y productores.
Luego en el 2018 el Concejo Distrital de Patrimonio Cultural de Cartagena dio concepto favorable a su Plan Especial de Salvaguardia, en la ciudad amurallada, y actualmente el nuevo ministerio de Cultura ha reconocido que la Champeta es un Patrimonio de toda Colombia, para ello se encuentran realizando mesas permanentes las características de la ‘cultura picotera’ en otros municipios y departamentos del país.