NACIÓN
Alerta en Cúcuta por extorsiones desde las cárceles; así actúan los delincuentes
Los delincuentes logran convencer a las víctimas para que se trasladen hasta zonas rurales y así poder iniciar la extorsión.
La extorsión se convirtió en un problema mayor en el oriente del país, principalmente en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander). Lo insólito del caso es que los responsables de liderar esta actividad criminal continúan siendo personas que ya están privadas de la libertad en una cárcel.
Ante esta situación, las autoridades de la región dieron a conocer las principales modalidades de extorsión que se están presentando en la capital nortesantandereana e hicieron un llamado de alerta a los ciudadanos para que eviten caer en estas trampas.
El falso servicio: en esta modalidad los delincuentes, valiéndose de información que obtienen de redes sociales o hackeando bases de datos, contactan a personas de diversas áreas y las contratan para que presten sus servicios, por lo general en zonas rurales, con mala cobertura de señal telefónica.
Una vez la persona llega al lugar acordado, el extorsionista llama a la empresa o a los familiares y dicen que la víctima se encuentra bajo secuestro de un grupo armado ilegal y comienzan a exigir dinero.
Lo más leído
“Estas modalidades se generan 100 % por llamadas telefónicas a conductores, trabajadores, conductores de grúas, taxis, (y) se nos han presentado casos a veterinarios. Estas personas tienen un gran poder de convencimiento, los familiares creen la versión y acceden a pagar altas sumas de dinero”, detalló la Policía de Cúcuta.
Precisamente, el caso más reciente registrado en Norte de Santander ocurrió en zona rural del municipio de Bochalema. Hasta allí llegó un hombre, quien se desempeña como traductor, contratado supuestamente para ayudar a una persona extranjera que iba a comprar unos terrenos.
Estando en el lugar, esta persona empezó a recibir llamadas, donde le solicitaban información personal y luego le dijeron que estaba siendo vigilado por grupos armados al margen de la ley, por lo cual para salir de allí debía pagar una alta suma de dinero.
Falsos encuestadores: los delincuentes fingen ser encuestadores y se ubican en sectores comerciales o establecimientos como cines, donde abordan a los ciudadanos para que contesten cortas encuestas con las cuales logran recolectar información personal, que después utilizan para extorsionar a los mismos encuestados o familiares.
Mensajes de falsos premios de empresas reconocidas: personas inescrupulosas realizan solicitud de recargas parar hacer efectivo el supuesto premio. Antes de abrir el mensaje, se debe observar cuál es la dirección completa del remitente. No contestar formularios en línea ni suministrar información financiera, es clave.
Extorsión ‘tío tío’: los delincuentes tienen un libreto y cada integrante asume un papel antes de hacer una llamada a la víctima. Uno actúa como policía o investigador del CTI para advertir a la víctima que acabaron de capturar a su sobrino. Luego, con la magia de la actuación, otro asume el papel más importante: el sobrino.
El actor y delincuente le ruega a su tío por ayuda, advierte que fue capturado, que se lo van a llevar para una estación de Policía y para evitarlo los uniformados exigen un pago, un soborno. Así, los delincuentes no solo logran que las víctimas se convenzan de que su familiar está en problemas, sino que entregan el dinero a través de empresas de giros.