Norte de Santander
Disidencias de las Farc inauguraron, con tremendo evento, una obra en Catatumbo: la comunidad fue obligada a participar
Hubo torneos de fútbol, comida y parranda.
En un gesto que combina violencia, propaganda terrorista y control territorial, las disidencias de las Farc inauguraron el pasado sábado un puente vehicular en la región del Catatumbo, Norte de Santander. La ceremonia, que contó con la participación de la comunidad local, incluyó un torneo de microfútbol femenino y masculino, una parranda musical y comida para los asistentes. Los criminales, vestidos con uniformes militares y armados, cortaron la cinta simbólica de la obra en compañía de un líder comunitario para formalizar el acto.
El puente, según los disidentes, busca mejorar la conectividad entre esta zona y los municipios de Sardinata, Bucarasica y Ábrego. Sin embargo, este tipo de iniciativas, que se han repetido en otras regiones de Colombia, son vistas como una estrategia para ganar legitimidad y apoyo entre las comunidades locales, mientras consolidan su dominio en áreas históricamente afectadas por la ausencia estatal y la violencia armada.
La región del Catatumbo ha sido durante décadas un epicentro del conflicto armado en Colombia. Con una ubicación estratégica en la frontera con Venezuela, este territorio ha sido disputado por diversos actores armados ilegales, incluyendo disidencias de las Farc, el ELN y grupos narcotraficantes. La población civil, atrapada en medio de estos enfrentamientos, ha sufrido desplazamientos forzados, extorsiones y violaciones de derechos humanos.
En los últimos años, las disidencias han intensificado su presencia en el Catatumbo, aprovechando las debilidades del Estado en garantizar seguridad y servicios básicos. La inauguración de infraestructuras como este puente vehicular es parte de una estrategia que busca proyectar una imagen de “gobierno paralelo” en estas zonas. Este tipo de actos también refuerzan su control social y económico, perpetuando un ciclo de dependencia y violencia.
Lo más leído
Las autoridades han condenado esta práctica, señalando que evidencia la necesidad urgente de fortalecer la presencia institucional en regiones como el Catatumbo. Sin embargo, las respuestas gubernamentales han sido limitadas, dejando a las comunidades vulnerables a la influencia de grupos armados ilegales.
“La entrega de obras como este puente no es más que una forma de legitimar su poder. Estas actividades, aunque disfrazadas de solidaridad, refuerzan un modelo de control basado en la intimidación y la ausencia estatal”, comentó un experto en seguridad de la región. Mientras tanto, los habitantes del Catatumbo continúan enfrentando una realidad compleja, donde la supervivencia diaria está marcada por la incertidumbre y el miedo.
