Desde Monserrate la ciudad se ve imponente. En el día se puede admirar la diversidad de la arquitectura y el atardecer naranja, en la noche las luces crean un ambiente romántico. En la punta del cerro está ubicado uno de los restaurantes más tradicionales de la capital, Casa San Isidro, un sitio en el que los turistas disfrutan de una cocina internacional y colombiana y que ahora podría desaparecer.El restaurante es un mito en la ciudad que cumplió 40 años, de su cocina salieron los famosos tamales y el chocolate que le dieron renombre. Era la herencia del restaurante Panorama que se impuso desde 1956.A pesar de su tradición, este restaurante podría cerrar sus puertas por cuenta de la decisión el Consejo de Justicia de la ciudad que en septiembre falló en defensa de los cerros al considerar que este negocio estaba invadiendo una zona de reserva forestal.Consulte: La odisea de frenar las mansiones en los cerros de BogotáLa Personería de Bogotá intercedió y solicitó a la Alcaldía local de Santa Fe hacer cumplir el fallo y ordenar cerrarlo con el argumento de que allí no se podían ejecutar actividades comerciales.Los administradores del negocio no están dispuestos a abandonar el lugar. La última semana de noviembre fue decisiva y el representante legal el restaurante presentó ante la alcaldía los argumentos jurídicos. En carpeta entregaron a la alcaldía local fotografías, la licencia y el plano de una ampliación al restaurante que realizaron en el año 2000. Con ello pretenden demostrar la tradición y el derecho adquirido consignado en el fallo del Consejo de Estado.El abogado también presentó el recurso jurídico de decaimiento para que se revisara la decisión al considerar que el Ministerio de Ambiente emitió la resolución 1766 del octubre del 2016 en la que estableció el plan de manejo ambiental de la reserva protectora del bosque oriental elaborado por la CAR, en esta se permite un uso comercial.La pelea no es menor en juego está un negocio de tradición que mueve alrededor de 200 millones de pesos mensuales. Además, la Arquidiócesis de Bogotá recibe un porcentaje por las ventas.El gerente del restaurante, Fernando Torres, le dijo a Semana.com que es incongruente que se quiera cerrar el restaurante que no realiza daño ambiental. No solo hay ningún tipo de construcción, también porque las basuras y desperdicios no se quedan en la montaña, “incluso el agua la llevamos desde abajo”.“Nosotros con la CAR hemos ayudado a la reforestación de los cerros, hemos plantado flora nativa en reemplazo de los pinos y eucaliptos que sembraron y que son foráneos”, dijo TorresLa decisión del definitiva la tendrá que tomar el alcalde de la localidad de Santa Fe Gustavo Niño y se espera que lo haga entre el 5 y el 9 de diciembre. “Nos tomamos 15 días los cuales están en curso para analizar y verificar si puede constituirse, como lo señala el Consejo de Estado, un derecho adquirido (…) vamos a dar todas la garantías para proteger los cerros orientales y el turismo”, dijo el mandatario. Es probable que la administración tome una decisión a favor del restaurante y desestime lo que ordenó el el Consejo de Justicia, un fallo trascendental porque de este podrían derivar nuevas solicitudes para que en los cerros se puedan realizar actividades comerciales.