Ciénaga Grande del Magdalena: en cuidados intensivos
En algunas partes de la ciénaga, incluso en la desembocadura de los ríos como el Aracataca, los bogas tienen que bajarse y caminar para desencallar las canoas.
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En vista de que el caudal de varios ríos se queda en el camino para irrigar más de 30.000 hectáreas de banano o palma, los cauces se están secando o no están llevando suficiente agua a la ciénaga. Esta en su desembocadura en la Boca de la Barra ya no tiene la suficiente fuerza para salir al mar. Ahora hay una playa que cortó el intercambio de agua dulce y salada, lo que está afectando la vida en el estuario.
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Los jóvenes en Aracataca y otros pueblos prefieren bañarse en las servidumbres y canales que sirven a las grandes haciendas que en los cada vez más secos ríos y quebradas.
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En Aracataca, el distrito de riego capta grandes cantidades de agua del río que distribuye en las plantaciones de palma y banano. Después, el río languidece en la desembocadura de la triste y sola Trojas de Cataca.
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En Magdalena los dueños de las fincas, especialmente los más poderosos y ricos, construyen diques o represas para captar y desviar el agua a sus cultivos y potreros. Nadie controla este tipo de abusos.
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