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Así habría sido la macabra alianza entre el Estado y los llamados ‘Pepes’ en la guerra contra Pablo Escobar, según la confesión del coronel (r) Aguilar
El coronel (r) Hugo Aguilar, autor de la ubicación y muerte de Pablo Escobar, ratificó que la caída del jefe del cartel de Medellín fue posible por la alianza con criminales. El expresidente César Gaviria lo niega.
Cuando se creía que todo estaba dicho sobre los hechos que rodearon el operativo de búsqueda y muerte del temido narcotraficante Pablo Escobar, el coronel en retiro Hugo Aguilar, autor del hecho, contó detalles que terminaron por confirmar las sospechas que existían sobre las alianzas entre policías del mítico Bloque de Búsqueda y el cartel de Cali para ubicar al peligroso capo.
Aguilar recordó que a mediados de 1993 se encontró con el entonces director del DAS, general Miguel Maza Márquez, quien le informó, a modo de orden, que se debían reunir con los paras Carlos Castaño Gil y Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, “que tenían información importante sobre Escobar, nada menos que la ubicación exacta del narcotraficante”.
“Ahí se dio una relación con los dos paramilitares que tenían el dominio de las autodefensas en el Magdalena Medio”, relató el coronel, quien llegó a la JEP tras la redención de sus pecados judiciales y en un momento fue rechazado por no aportar información contundente.
Reveló que fue él, en un arranque de creatividad, quien le puso al grupo el nombre de los Pepes, Perseguidos por Pablo Escobar, que reunía a los peores enemigos del capo. “En una reunión de inteligencia determinamos qué hacer para que no nos inculparan, porque nos podían judicializar a los del grupo de operaciones especiales”.
Para pasar de agache, recordó, decidieron crear un grupo que firmara las acciones contra Escobar. En esa reunión pasó un policía que tenía un jean (de marca) Pepe y se le ocurrió decirles a todos los mandos y oficiales que participaban: “Miren, ahí está la sigla, los Pepes”.
¿Y la plata por Escobar? La millonaria recompensa, para entonces de 5.000 millones de pesos, fue repartida entre todos los hombres que formaron parte del Bloque de Búsqueda, contó Aguilar.
SEMANA consultó protagonistas de esa época para entender la importancia y novedad de lo dicho por Aguilar. El primero en reaccionar fue el expresidente de la época, César Gaviria, quien marcó distancia. “Lo único que se buscó fue una alianza internacional para contrarrestar los ataques ordenados por el narcotraficante y lograr su ubicación (...). En todos los consejos de ministros, en reuniones con embajadores de países que apoyaron la lucha contra el narcoterrorista, nadie podría constituir grupos al margen de la ley”, enfatizó el exmandatario.
En la cacería se buscó una alianza con Estados Unidos, Reino Unido y Francia. “Incluso el Departamento de Estado de los Estados Unidos tiene archivos en los que se indica que el expresidente fue enfático en exigir que ningún Gobierno ni autoridad apoyara a los grupos al margen de la ley como los Pepes”, afirmó Gaviria.
Frente a todo lo revelado por el coronel (r) Aguilar, el exprocurador y exfiscal general Alfonso Gómez Méndez aseguró que tres décadas después se va aclarando lo que rodeó la búsqueda de Escobar y que lamentablemente llevó a la firma de alianzas entre la legalidad y la ilegalidad.
“Ese es un tema que siempre estuvo ahí, pudo haber esa pecaminosa alianza entre sectores de la Policía para poder capturar a Escobar con otro tipo de delincuentes, es decir, un sector del narcotráfico contra otro”, afirmó.
Para Gómez Méndez, procurador entre 1989 y 1990, fue “un error que el Estado, con el argumento de combatir a un delincuente, se asociara con otros delincuentes”, pero advirtió que “la declaración de Aguilar es importante si entrega pruebas”.
Rodrigo Lara Restrepo, hijo del exministro de Justicia Rodrigo Lara, asesinado por orden de Escobar el 30 de abril de 1984, consideró que la historia les da la razón a aquellos que, como su padre, señalaron el riesgo de las alianzas criminales.
“Es sabido que en el propósito de eliminar a Pablo Escobar hubo alianzas entre el narcotráfico y las autoridades. En la baja de Pablo Escobar, básicamente confluyeron dos fenómenos, el afán del Estado por suprimirlo y el de los criminales por depurar las mafias, y en este caso sus cómplices, sus aliados, como los hermanos Ochoa, necesitaban prescindir de Escobar”.