orden público
Esta es la historia secreta de una molestia silenciosa que habría venido agrietando las relaciones entre los comandantes de las Fuerzas Militares y del Ejército
SEMANA revela lo que sería un distanciamiento entre el comandante de las Fuerzas Militares y el comandante del Ejército. Estas serían las razones.
Divididos. Así estarían el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, y el comandante del Ejército, general Luis Ospina, dos de los más altos miembros de la cúpula militar que llegaron a esos cargos con la entrada del nuevo Gobierno.
Según confirmó SEMANA con fuentes cercanas a los dos comandantes máximos de la tropa, el distanciamiento viene desde hace varias semanas a pesar de que en razón a su trabajo deben verse constantemente en encuentros programados por el Ministerio de Defensa y ceremonias militares. Pero ¿qué llevó a estos curtidos oficiales a mostrar sus diferencias en un hecho poco usual y que ahora hizo eco dentro de las Fuerzas Militares?
Aunque son compañeros de curso y cuentan con la misma antigüedad en el Ejército, más de 30 años de carrera, SEMANA obtuvo información que confirmaría el difícil e incómodo momento en la relación entre los dos generales. “Hay una especie de guerra fría en el interior de las Fuerzas Militares”, dijo la fuente consultada, que pidió mantener su nombre y cargo en reserva. Varios fueron los episodios que han ido alejando a los dos generales, responsables de preservar el orden público en el país y mantener contacto constante con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el presidente Gustavo Petro.
Por el lado del general Giraldo, se conoció que hay molestia con el comandante del Ejército por cuenta de algunas acciones que no han caído bien. Entre ellas, reuniones a las que acudió el general Ospina al despacho del ministro de Defensa sin informar a su superior. Las fuentes coinciden en que el general Giraldo ha terminado muy molesto, pues considera que, prácticamente, se lo están saltando y no se respeta el conducto regular que se tiene que dar para estos casos. “Es como si se lo estuvieran pasando por la galleta”, dijo la fuente.
Lo que más tendría indignado al general Giraldo es que ha conocido de esas reuniones por medio de terceras personas y se estaría faltando a la jerarquía militar. Aunque este sería un aspecto menor, que se podría solucionar fácilmente, hay otros hechos que agrietaron la relación entre estos dos generales. El más reciente está relacionado con el escándalo en el Ejército por el caso del segundo comandante, el general Álvaro Pérez Durán, quien utilizó la Escuela de Caballería para la manutención de un caballo de su propiedad.
Ante las graves denuncias, se esperaba que el propio comandante del Ejército diera explicaciones sobre la actuación de su subalterno, el general Durán, pero no fue así. Después de su silencio y las constantes preguntas sobre el caso, finalmente, tuvo que salir a dar la cara el comandante de las Fuerzas Militares, el general Giraldo. Esto nuevamente lo habría disgustado por tener que responder públicamente.
La molestia del general Giraldo no era para menos. El general Durán también tenía los reflectores encima a causa de una investigación por un millonario contrato de 304 millones de dólares para la compra de 55 vehículos de guerra que hizo el Ministerio de Defensa a una empresa canadiense y que, al parecer, tendría millonarios sobrecostos, denuncia que reveló en exclusiva en su momento SEMANA. “Es como si el comandante del Ejército no quisiera salir a responder por estos graves hechos”, manifestó la fuente.
La grieta
A medida que pasan los días, personas cercanas a los generales afirman que el distanciamiento se estaría haciendo más grande y evidente, y así lo demostrarían los hechos. El pasado viernes 16 de junio, en la Escuela Militar de Cadetes se celebró una ceremonia de ascensos militares, en la que estuvieron los generales Giraldo y Ospina acompañados de la cúpula militar y el ministro Velásquez.
En medio de la ceremonia y en un hecho poco usual, el ministro regañó duramente a la fuerza pública por los graves hechos de Norte de Santander, donde las disidencias de las Farc, a través de videos en las redes sociales, aparecieron inaugurando obras viales.
El ministro calificó esto como un hecho bochornoso que no podía volver a repetirse y ordenó a los generales tomar acciones inmediatas. Como era de esperarse, al finalizar la ceremonia, los periodistas corrieron a buscar al comandante del Ejército para que respondiera por lo sucedido en Norte de Santander, entre otros hechos delicados de orden público, pero el general Ospina esquivó a la prensa y no quiso responder. Otra vez quien tuvo que dar la cara y las explicaciones fue el comandante de las Fuerzas Militares.
Después de esta reunión, se supo que el general Giraldo les reiteró a personas de su círculo más cercano su inconformismo al tener que responder, una y otra vez, por temas que son competencia del comandante del Ejército. Hasta ahora, no se conocen las razones de por qué el comandante del Ejército, como sucede tradicionalmente, no ha contestado públicamente sobre estos hechos en particular.
¿Misteriosa conferencia?
Otra de las incomodidades y reparos en el Comando General surgió por una polémica citación a una conferencia en la que participó el comandante del Ejército. El 30 de mayo varios uniformados recibieron un mensaje a fin de asistir los primeros días de junio al Teatro Patria para una conferencia de liderazgo con el comandante del Ejército. Pero algo particular sucedió con la invitación.
A los asistentes les dijeron que debían llegar al sitio sin celulares, relojes ni elementos electrónicos. Varios de los oficiales se preguntaron si se trataba de una conferencia de liderazgo, ¿por qué tanto misterio? Cuando llegaron al Teatro Patria, según las fuentes, varios integrantes de Contrainteligencia del Ejército los obligaron a entregar celulares, relojes y demás elementos electrónicos para evitar grabaciones sin autorización de lo que se hablaría dentro del salón. A pesar de la molestia de algunos de los uniformados, se terminó cumpliendo la orden (ver imagen).
Los 218 capitanes y 120 tenientes participaron en la conferencia de liderazgo, encabezada por el comandante del Ejército, el general Luis Ospina; el general José Bertulfo Soto, comandante de Educación y Doctrina, y el coronel Christian Leguizamón, director del Centro de Educación Militar, entre otros. Los asistentes escucharon la conferencia, orientada a temas como los subsidios que este Gobierno ha conseguido para los miembros del Ejército y se habría hablado del cese al fuego decretado. El general Ospina también se habría referido al proyecto de ‘paz total’, entre otros temas.
SEMANA consultó al comandante del Ejército, el general Ospina, sobre la conferencia e indicó que “con regularidad me reúno con el personal que viene a las escuelas a capacitarse, asimismo lo hacen los demás integrantes del Estado Mayor”.
Sobre los dispositivos electrónicos, mencionó que “la normatividad de los medios electrónicos en estas charlas corre por cuenta de las escuelas para evitar distracciones de los alumnos”. Y en cuanto al distanciamiento con el general Giraldo, dijo que “con Helder, compañero de curso, nos asiste una excelente relación y gran amistad personal, laboral y profesional”.
Aunque en público los dos generales tratan de mostrar una sola fuerza, que están unidos y no hay diferencias, lo cierto es que internamente se estaría viviendo un fraccionamiento entre los dos altos mandos. “El general Ospina toma decisiones que no consulta con el general Giraldo y como son del mismo curso hay órdenes que no obedece”, dijo la fuente.
SEMANA consultó con el Comando General de las Fuerzas Militares e indicaron que “no hay distanciamiento entre los dos oficiales. Por el contrario, hay armonía en el trabajo articulado entre las Fuerzas, un trato respetuoso y cordial, y por ser del mismo curso se trabaja en equipo”.