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Fracasó el intento de conciliación de Felipe Rocha, cerebro de la pirámide de los ricos, con sus víctimas. Su mamá también fue denunciada, esta es la historia
Las víctimas del ganadero Felipe Rocha se negaron a conciliar y el proceso contra su empresa avanza. Se presentaron nuevas denuncias en materia penal que involucran a su mamá como cómplice.
La justicia le cerró el cerco al empresario Felipe Rocha, creador de lo que se ha denominado como una pirámide ganadera vip por el alto perfil y montos que invirtieron sus clientes. Las últimas cartas que se jugó para bajarle la espuma al escándalo y llegar a un acuerdo con las víctimas no dieron los resultados esperados por él y su equipo de abogados.
La fracasada oferta, que formaba parte del denominado “plan de desmonte”, consistía en un reembolso cercano a los 16.000 millones de pesos, monto fijado por los abogados de Rocha, y así aliviar la carga en el proceso que le adelanta la Superintendencia de Sociedades. Sin embargo, para lograrlo necesitaba la aprobación del 75 por ciento de los inversionistas.
Esto no sucedió, solo lo apoyó el 60 por ciento. Los inversionistas, muchos de ellos amigos de vieja data, personas cercanas a su familia y uno que otro familiar, no estuvieron de acuerdo con el hecho de que se obviara la reparación de los graves daños causados al patrimonio y su confianza. Igualmente, se generó una fuerte discusión sobre la cifra real de la estafa, que se ha convertido en un verdadero misterio.
De esta forma, a Rocha se le quemó su estrategia para conciliar. Las víctimas no aceptaron el acuerdo, lo que le da vía libre a la Superintendencia para actuar. Como si fuera poco, SEMANA conoció las dos denuncias presentadas ante la Fiscalía por estafa agravada y una cuantía que es una incógnita. Rocha habla de 16.000 millones de pesos, pero las víctimas, reunidas en grupos, afirman que puede superar los 60.000 millones, según el abogado que los defiende. En las denuncias se hacen señalamientos muy fuertes en contra de Rocha Medina y de su madre, María Francisca Medina de Rocha, quien ahora es calificada como cómplice.
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A esta conclusión se llegó en la tercera etapa de denuncias contra el empresario luego de conocerse la forma como muchos habían llegado al negocio: el carisma, seriedad y tranquilidad de Medina de Rocha. Cayeron convencidos de que tal rentabilidad era posible pese a los extraños y exagerados rendimientos prometidos.
“María Francisca Medina de Rocha, al ser la presidenta y representante legal de Agropecuaria Achury Viejo y Cía., debía tener conocimiento de los ingresos de la sociedad y el concepto de estos, así como las actividades que estaba adelantando”, precisa la denuncia radicada. Bajo esta premisa, se señala que la madre de Felipe “conocía los pagos y transferencias que se le hacían a la sociedad y tenía presente la presunta falsedad y el engaño en las compraventas de ganado al no existir reportes en los egresos”.
Con estas pruebas fue denunciada por estafa agravada y cuantía por determinar, pues, a ojos de las víctimas, contribuyó “a la realización del posible engaño al prestar Agropecuaria Achury Viejo y Cía., la cual presidía y representaba, para darle mayor credibilidad al negocio”.
Las nuevas víctimas
En este caso, hay seis nuevas víctimas que invirtieron entre cinco y 191 millones de pesos por cabeza y cuyos nombres se mantendrán en reserva por expresa solicitud. Ellos revelaron el curioso modus operandi de Rocha: después de contactarlas y mostrarse muy amable y asertivo, se aprovechaba del renombre de su familia y de su posición social para hacerles el sugestivo negocio, el cual consistía en aumentar en un 30 por ciento las inversiones.
En las denuncias, conocidas por SEMANA, hay detalles inéditos de cómo se ejecutó la estafa. El joven, quien se codeaba con la crema y nata de la sociedad bogotana, les ofrecía una rentabilidad altísima, la posibilidad de extender los negocios y triplicar la inversión.
Utilizando todo tipo de artimañas, los convencía de consignar grandes sumas de dinero a la cuenta de ahorros de Agropecuaria Achury Viejo y Cía. para empezar el prometedor negocio con la compra de ganado de la mejor calidad, apreciado en el mundo.
Según las denuncias, Rocha Medina les enviaba fotos del ganado que supuestamente había comprado, les daba datos exactos del peso, el proceso de engorde y el valor comercial que tendrían cuando fueran a las ferias ganaderas.
En principio, Rocha Medina respondía a todos los interrogantes, mostraba las pruebas de lo que había comprado y aseguraba que el negocio iba sobre ruedas. Irónicamente, para fortuna de las víctimas, la evidencia quedó en chats y correos electrónicos, pruebas esenciales para demostrar el entramado de papel.Esto llenaba de tranquilidad a los inversionistas, que esperaban que los dividendos de estos negocios los ayudaran a solidificar un futuro para sus familias.
Una de las inversionistas no dudó en calificarlo, en su momento, como “su ángel de la guarda” por las buenas noticias que siempre le entregaba. Rocha aprovechaba su buen nombre y carisma para insistirles en que invirtieran más, pues contaba con nuevos cupos disponibles, lo que se traducía en mayores dividendos en este “negocio fructífero”, que ya tenía sus años y cientos de clientes satisfechos.
Con el dinero en su cuenta, Rocha empezaba a desprenderse de sus inversionistas, las respuestas a los mensajes de WhatsApp ya no eran tan inmediatas y, cuando se le preguntaba sobre la forma de conocer presencialmente el ganado comprado, siempre tenía la excusa perfecta: un viaje de negocios, una enfermedad, una salida con su familia, en fin, una larga lista de etcéteras.
La gran sorpresa llegó el 10 de marzo de 2023 cuando los inversionistas fueron citados a una reunión extraordinaria en la oficina del abogado Juan Pablo Estrada, en Bogotá. Rocha reconoció que el ganado nunca existió, habían sido víctimas de un vil engaño. El empresario, a quien su castillo de naipes se había empezado a desmoronar, estaba dando patadas de ahogado y buscando un acuerdo.
“Es evidente que el señor Felipe Rocha empleó distintos medios para darle apariencia de veraz al negocio (...) valiéndose de engaños, falsas imágenes del ganado, información detallada de novillos inexistentes, así como novedades de su estado”, asegura la denuncia. Pese a la desastrosa revelación, Rocha manifestó que iba a responder y puso sobre la mesa los contactos de sus abogados a fin de que hablaran con ellos y arreglar el problema para que “reconocieran la seriedad del negocio y recuperaran la fe”. Algo que hasta el momento no ha sucedido.
Las nuevas víctimas ya fueron citadas por el ente investigador el próximo 22 y 25 de agosto para que declaren. “Tenemos todos los comprobantes, las conversaciones, los testimonios”, aclaró una fuente cercana al caso cuyo nombre se mantiene en reserva.
Felipe Rocha tiene actualmente dos procesos abiertos en la Fiscalía: uno por estafa, en el que fue denunciado por 60 personas y por el cual ya rindió interrogatorio; y otro más por captación masiva y habitual de dinero, el cual tiene pocos avances.
Otra fuente cercana al proceso no dudó en afirmar que “Felipe Rocha no tiene escapatoria”, pues existe mucha evidencia. Lo que le queda al joven empresario, quien manchó la historia de su familia, es sentarse a negociar nuevamente para fijar un reintegro a las decenas de víctimas. Esto no lo exculpa de responsabilidad penal, pues lo cierto es que desde el minuto cero sabía que todas sus actuaciones eran ilegales. “Están aliviando el tema que se les va a venir desde la perspectiva penal”.
En este proceso viene, además, una imputación por los graves casos de estafa, el embargo de los bienes del ganadero, entre los que se destaca un apartamento en un exclusivo barrio de Bogotá, una finca en el Tolima y vehículos.