Orden público
Las disidencias de ‘Iván Mordisco’ y la Segunda Marquetalia dialogan con el Gobierno Petro mientras se adueñan de territorios en todo el país. Este es el mapa
SEMANA revela cómo las disidencias de las Farc ejercen absoluto control territorial. Con vallas imponen reglas de convivencia en vastas zonas de Meta, Caquetá, Huila y Valle. ¿Dónde está la fuerza pública?
“Aquí quienes mandan son los muchachos (disidencias de las Farc)”. Esta es la contundente afirmación de Raúl —nombre ficticio por seguridad—, presidente de una junta de acción comunal en Caquetá. La frase refleja la ausencia de control de la fuerza pública en regiones conflictivas del país, donde está disparada la extorsión.
Quienes imponen las normas de convivencia son las mafiosas disidencias de las Farc de Iván Mordisco e Iván Márquez, hoy en negociaciones de paz. Documentos de inteligencia muestran cómo las disidencias, con cerca de 4.000 hombres, son las que mandan en zonas del Meta, Caquetá, Huila, Cauca y Valle del Cauca; ordenan acciones criminales, cobran vacunas y dictan su ley.
El descaro ha llegado a tal punto que, como se muestra en la imagen, han puesto vallas en las que notifican sobre las normas de convivencia que deben cumplir a pie juntillas, sustituyendo al Estado y a las Fuerzas Militares y de Policía.
Para ser identificados, los motociclistas no pueden usar casco, los vehículos deben ir con los vidrios abajo, se prohíben carros con carpas, comerciantes de ganado no pueden moverse entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, entre otros. Raúl también denunció la cooptación de las disidencias de las Farc, a punta de fusil, de las juntas de acción comunal.
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A través de estas organizaciones, los criminales tienen pleno control y censo de los pobladores. Para ingresar a los territorios, hay que presentar el carné de afiliación de la junta, deben asistir obligados a las reuniones convocadas —en las que dan instrucciones para el pago de impuestos (extorsiones)— y tiran línea sobre cuáles candidatos deben ser apoyados en las elecciones de octubre.
En los informes que conoció SEMANA, se puede establecer que el Estado Mayor Central de las Farc, de Mordisco, desplegó una de sus más sanguinarias facciones para dominar el territorio. Se trata de la estructura Jorge Briceño, bajo el mando de alias Calarcá, el mismo que ha sostenido varias reuniones con el comisionado para la paz, Danilo Rueda.
La Jorge Briceño se divide en cuatro grupos que se extienden en Meta, Caquetá, Huila, Cauca y Valle del Cauca, donde tienen continuos enfrentamientos con la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, que busca el control del territorio con las estructuras de los Comandos de Frontera y Acacio Medina.
En estas zonas, se dispararon las cifras de secuestro y extorsión, que desmienten el positivo balance que en materia de orden público entregó el ministro de Defensa, Iván Velásquez. El secuestro creció 90 por ciento, al pasar de 154 casos el año anterior a 293 este año. La extorsión tuvo 1.348 casos más que en 2022, para un incremento del 34 por ciento. En 2023, se presentaron, a junio, 5.259 hechos denunciados.
Raúl aseguró que, en las regiones, las cosas son a otro precio. Ante la ausencia de la fuerza pública y de operaciones militares contra las disidencias, se están volviendo a ver escenas que recuerdan cuando la guerrilla de las Farc estaba activa. Era la que mandaba y no había más autoridad.
El líder social, quien es testigo de cómo se desmoronó la seguridad, le entregó a SEMANA uno de los panfletos en los que las disidencias imponen tarifas para el pago de servicios de agua e imponen multas de entre 50.000 y 500.000 pesos a quienes no asistan a las reuniones.