“No le bastó, filtró mi ubicación en Estados Unidos y está divulgando información. ¿Con qué intención?”: víctima de Fabián Sanabria

Continúan saliendo a la luz detalles espeluznantes de los presuntos delitos de abuso sexual por los que se acusa al profesor Fabián Sanabria, exdecano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional.

Y esta vez, las acusaciones llegan de una de sus presuntas víctimas, Stiven López, cuyo testimonio se conocía ya en el proceso legal contra Sanabria por su presunto abuso sexual en 2013, pero que este 18 de agosto habló de nuevo, esta vez a través de su red social X, para públicamente relatar el hostigamiento que ha sufrido en el último tiempo por parte del investigado.

Steeven Hyde, como se identifica el joven en la red social mencionada, publicó en su perfil de esta red social un hilo, a través del cual dio a conocer una serie de detalles respecto a cómo, a pesar de haber salido del país, Sanabria continúa realizando actos en su contra:

“A Fabián Sanabria no le bastó con todo el daño que ha hecho, y el que yo haya tenido que dejar el país, filtró mi ubicación en Estados Unidos, y está divulgando información de la señora con quién vivo. ¿Con qué intención? ¿Ese señor puede pasar por encima de la ley sin freno alguno?”, trinó el joven a través de su perfil.

De la misma manera, Steeven aprovechó para dirigirse a la directora de Prosperidad Social, Cielo Rusinque, quien ha defendido a Sanabria de estas acusaciones en el último tiempo, y a la que le pidió que tuviera empatía y permitiera que la investigación continúe su curso.

“Señora Cielo Rusinque, si usted tiene algo de empatía, debería aconsejarle a su mejor amigo que permita a la justicia seguir su curso, y pare de hacer cybermatoneo e intimidar a sus victimas. Pregúntele si no le basta con todo el daño que ya hizo, si no está cansado de ser un monstruo”, trinó Steeven en su hilo.

Por su parte, el joven aprovechó para apuntar a la justicia colombiana, sobre la que aseguró que acaba protegiendo a la criminalidad:

“El sujeto es un peligro. Debería estar en una cárcel desde hace muchos años. Pero en Colombia parece que la criminalidad es la que resulta siendo protegida @FiscalíaCol”, finalizó en su perfil de X.

Durante la recolección de este testimonio, SEMANA intentó contactar al joven, sin embargo, López prefirió guardar silencio y asegurar que su abogado maneja toda la información.

Este es el cruento relato López, en una nota publicada en abril de este año por este medio:

Fabián Sanabria | Presunta víctima del docente reiteró acoso sexual y aseguró que “parecía un demonio de Tasmania”

Un tenso cara a cara se presentó en el inicio del juicio contra el profesor universitario Fabián Sanabria por el delito de acceso carnal agravado por la confianza. Su denunciante, Stiven López, reiteró, con la voz entrecortada, que en la tarde del 22 de septiembre de 2013 fue hasta el apartamento del docente, en el sector de Las Aguas, pleno centro de Bogotá, para entregarle su hoja de vida.

En ese momento, Sanabria le ofreció una bebida y le hizo un pequeño tour por su apartamento. Sin embargo, mientras realizaban el recorrido, el joven empezó a sentirse mareado por lo que tuvo que sentarse, al parecer, en una cama. Ahí empezó ―según relató bajo la gravedad de juramento― su pesadilla. Comenzó el forcejeo que para él era como un juego. “Él empieza a besarme y eran unos besos muy babosos y él me babeó la cara y el cuello. Yo le decía que se esperara”.

Pese a la evidente molestia del joven y su deseo de no estar ahí, Sanabria continuaba con los besos y las caricias, forzándolo a estar quieto. La frase que le pronunció el docente todavía le sigue dando vueltas en la cabeza a Stiven ―quien actualmente se encuentra fuera del país―. “Me decía que me dejara consentir como los gatos”.

El docente, a quien describe de estar en una posición ansiosa, intentó en varias veces quitarle la ropa para obligarlo a sostener relaciones sexuales. Debido a que se sentía totalmente débil y sentía que era imposible salir de esa situación el joven se “rindió” ante las presiones del docente.

López reiteró lo dicho en su denuncia, asegurando que tras el abuso salió como pudo del apartamento. Tras estos hechos, sufrió de depresión y su crisis económica se ahondó, puesto que no podía conseguir un trabajo estable.

La defensa de Sanabria realizará en la próxima audiencia el contrainterrogatorio, con el que busca resaltar las supuestas contradicciones de tiempo, modo y lugar de la denuncia presentada contra el sociólogo.

En el juicio, el fiscal del caso anunció que se tendrá en cuenta la denuncia pública hecha por el joven en su cuenta de Twitter el 16 de junio de 2020. En las audiencias preparatorias se advirtió que “este hilo resulta relevante para acreditar si fue a través de este medio la principal información que suministra (el denunciante) para que se clarifique en el juicio oral”.

La Fiscalía General pedirá tener en cuenta, además, el cruce de mensajes vía correo electrónico entre el denunciante y el profesor Sanabria en septiembre de 2013. “Esto para establecer el trato existente o posiblemente existente” entre los dos. “Con qué objetivo se comunicó con el señor Sanabria, el grado de confianza, por qué se lo enviaba, y el tipo de trato en esas manifestaciones”.

Esto recordando que el joven habría conocido a Sanabria por redes sociales, y teniendo en cuenta el renombre y la reputación del docente dentro de la Universidad Nacional, le manifestó su interés en conseguir un trabajo.

Además, se pedirá evaluar el contenido de la historia clínica realizada por el Hospital Susana López de Valencia, la información contenida en la valoración psicológica, la valoración de Medicina Legal, y el análisis psicológico y psiquiátrico realizados al denunciante. En el juicio se espera contar además con familiares, amigos cercanos y exparejas sentimentales del denunciante con el fin de demostrar los cambios que tuvo después de ser abordado por Fabián Sanabria.

En diferentes oportunidades, Sanabria ha señalado que todas sus relaciones han sido consentidas y que jamás drogó y abusó de este joven en su apartamento. Para esto, ha cuestionado el hecho que la Fiscalía haya cambiado en el escrito de acusación la fecha en la que se presentaron los supuestos hechos.

Múltiples acusaciones

Sanabria ya posee distintas acusaciones y denuncias de esta índole desde el año 2010, cuando se aprovechaba de sus alumnos a través de propuestas de trabajo en la Universidad Nacional, y con el cargo de monitores académicos; a la hora de realizar la entrevista laboral, los invitaba a su apartamento en el centro de Bogotá, donde se aprovechaba de ellos, factor común en varias de las denuncias hacia el investigado.

De tal manera, se espera que en el próximo tiempo se pueda esclarecer este caso, a partir de las denuncias de Sanabria, a quién sus aparentes víctimas lo acusan de ser un abusador, por lo que esperan que su destino sea tras las rejas.

SEMANA dio a conocer más detalles a profundidad sobre este caso en su última edición impresa, léalo a continuación...

SEMANA revela el escalofriante testimonio de otro joven que asegura haber sido atacado sexualmente por el profesor Fabián Sanabria

Un nuevo, demoledor y escabroso testimonio, que revela presuntos abusos sexuales cometidos contra un estudiante por Fabián Sanabria, otrora reputado sociólogo y exdecano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, llegó a su juicio. Se trata de otro alumno, que vive en Francia, a donde, asegura, se fue para cerrar la página y olvidar las violaciones de las que fue víctima.

SEMANA conoció la denuncia de este joven, quien afirma haber sido sometido a abusos sexuales, psicológicos y laborales durante dos años. No obstante, solo hasta julio del año pasado se llenó de valentía para señalarlo, pues se enteró de que su presunto abusador era una opción del Gobierno de Gustavo Petro para ocupar el cargo de embajador en ese país.

La denuncia, como la de su otra presunta víctima, Steeven López, recoge aspectos casi idénticos: Sanabria se habría aprovechado de su jerarquía y de la necesidad de este alumno de conseguir un trabajo para sobrevivir; la descripción de su apartamento en Las Aguas, en el centro de Bogotá, es semejante; también le dio trago antes de la primera violación y, nuevamente, sus gatos son personajes estelares.

Así se lee en la denuncia en la que el joven recuerda que “el gato se trepó sobre el brazo de Sanabria y empezó a masturbarse hasta eyacular. Hallaba eso tierno y jocoso”. Relató que después notó que se trataba de un hábito y cómo el profesor le enseñó ese gesto a otro animal de nombre Abelardo, el gato al que también hacía referencia Steeven López.

La pesadilla, que inició con unos cuantos likes de Sanabria a sus fotos en Facebook cuando aún era menor de edad y acababa de ingresar a la universidad, se convirtió en realidad en febrero de 2010, cuando el joven cumplió 18 años y se presentó a una convocatoria de trabajo como monitor académico.

La entrevista laboral fue su primera interacción con Fabián Sanabria. El joven relata que Sanabria le habló en francés y le mandaba pequeños besos con la boca. Le informó de algunas investigaciones y tareas que debía hacer y que era imperativo que fuera el sábado 27 de febrero de 2010 a su casa. Este encuentro terminó con una frase que para la víctima fue una sentencia: “Dijo que le gustaba la expresión de su rostro. Lo encontraba bello como un efebo”.

El día de la reunión en el apartamento, el joven notó la presencia de un gato de nombre ‘Gauchito’, que, según la denuncia, “era un animal agresivo que orinaba por todo el apartamento y él les exigía a sus invitados que lo trataran como a un ser humano, se enfurecía cuando uno le recordaba que no era más que un felino doméstico”.

Sanabria le hizo un recorrido por su apartamento. “En su habitación, a la vista había un cuadro gran formato de unas pipas cuyo lienzo se encontraba acuchillado y una serie de juguetes sexuales, entre ellos un fleshlight (masturbador anal), unos cockrings (anillos), una fusta, una paleta de madera y unas correas de cuero; todos distribuidos entre un canasto al lado de la mesa de noche y una mesita al lado de la puerta que comunica con el baño, además de una botella de aceite de oliva que Sanabria dijo que utilizaba como lubricante íntimo”, cuenta el denunciante.

Cuando el joven tenía que irse, Sanabria le dijo: “Quédate que necesito dictarte un discurso”. Señala la denuncia que le ofreció licor y le relató una sórdida escena en la que durante un viaje, por accidente, a su antiguo monitor y a él les habían asignado la misma habitación con una sola cama. Agregó que lo había penetrado en medio de la noche contra su voluntad y que había habido sangre de por medio. Para justificarse, dijo que la culpa era de su secretaria, quien, al hacer la reserva, no los había separado de habitación.

Al tiempo, se lee en el escrito, le tocaba las piernas, la cintura, las nalgas y el rostro intentando besarlo. El joven dice que lo evitó hasta que no tuvo más opción que someterse a ser besado, sintiendo total repulsión. Al terminar de besarlo, le propuso que fueran novios: “Antes yo era como los perros, pero ahora soy fiel como los gatos y quiero un novio”. Él respondió que tenía pareja. Sanabria le ordenó: “Déjalo”.

Ante la negativa, vino la amenaza. Replicó que “así no le servía” y que, “si las cosas iban a ser así, ya no quería trabajar más con él”. En ese momento lo llevó a su habitación, cerró la puerta, lo tiró sobre la cama y se abalanzó sobre él.

El joven relata que le dijo a Sanabria que no le gustaba que utilizara la fuerza. Respondió que era normal, un juego, que le gustaban las prácticas sadomasoquistas y “necesitaba que fuera disciplinado”.

El relato es aterrador, le dijo que lo que más le gustaba era el spanking, que consiste en golpear las nalgas con las palmas o con objetos como los que había visto antes. Lo puso boca abajo, se apoyó sobre su cuerpo cortando su respiración, le bajó los pantalones y empezó a golpearle las nalgas.

Posteriormente, se bajó los pantalones y se sacó el pene. El joven, se lee en la denuncia, tuvo un ataque de pánico, lo empujó, se subió su ropa y recordó que solo Sanabria podía abrirle la puerta del edificio porque no había celador. Lo único que se le ocurrió fue gritarle que tenía hemorroides y que no era una buena idea intentar penetrarlo.

Sanabria supuestamente le ofreció más licor y le dijo que “era como un gato que cuando lo acariciaban demasiado mordía, como un machito de verdad, pero que le iba a enseñar a ronronear”. Le ordenó que le practicara sexo oral, se negó, pero ante el miedo y la violencia accedió como única forma de que lo dejara tranquilo por esa noche.

La víctima cuenta que al llegar a su casa se bañó, trató de dormir, se sentía muy molesto, no solo con Sanabria, sino con él mismo porque sentía que había permitido ser abusado.

Al día siguiente, al regresar al trabajo, encontró a Sanabria molesto y que le gritó que “él era marica, pero no güevón y que, si se iba a poner a jugar al Lolito con él, era mejor que se largara de una”. Nuevamente, el joven se vio en una posición de sumisión.

“Fue algo muy violento, la verdad, pues él se dispuso a penetrar su boca incesantemente y a asfixiarlo con su pene hasta despertarle, varias veces, un reflujo faríngeo. Esta práctica se conoce como gagging, y produce una fuerte sensación de confusión. La víctima entró en piloto automático durante cerca de quince minutos, hasta que Sanabria, en medio de gemidos de placer, eyaculó en el fondo de la garganta, obligándolo a tragar su semen”, dice la denuncia. Apenas salió el sol inventó una excusa y pudo salir, cerca de las 7 de la mañana.

Asegura que así Sanabria asumió control de su vida obligándolo a acudir a su casa mediante órdenes justificadas en su trabajo y en su posición jerárquica.

“Cuando se negaba, Sanabria entraba en cólera, gritaba y golpeaba objetos; cuando le decía que no tenía tiempo por obligaciones académicas, lo amenazaba con dejarlo y sacarlo de su empleo”, dice el documento en poder de la Fiscalía.

Durante un tiempo la víctima evitó ser accedido manifestando un problema de hemorroides, hasta que un día, luego de una fuerte discusión por celos por parte de Sanabria, empezó a gritar que “no lo creyera tan marica con el cuento de las hemorroides, que eso ya había pasado hace rato” y que él hacía lo que se le daba la gana con él”. Nuevamente, lo habría violado de forma violenta.

El denunciante cuenta que trató de vestirse y salió de la habitación, descontrolado; en ese momento el gato se acercó, él lo tomó del cuello con rabia y fue mordido por el animal. Sanabria salió y empezó a gritarle que era un “un maltratador de animales”.

En ese momento la víctima cuenta que los abusos se intensificaron y no fueron solo sexuales, también laborales; dilatando tareas, actividades para último minuto, lo ponía a trabajar en sus textos y conferencias a contrarreloj.

La tragedia se prolongó hasta febrero de 2012, cuando, dice, hubo dos eventos que hicieron que sus abusos se detuvieran. Sanabria se retiró de su cargo de decano para disfrutar de un año sabático, la relación laboral y de dependencia económica se rompió. El segundo hecho fue que el docente enfermó de neumonía.

Fue entonces cuando el joven decidió irse a vivir a Francia, huir para iniciar una nueva vida. En dos ocasiones, en 2017 y en 2019, Sanabria viajó a París e intentó volver a ejercer poder en él por medio de manipulaciones y promesas de trabajo.

El denunciante dice que a través de la radio se enteró del estremecedor testimonio de Steeven López, víctima en el juicio por acceso carnal violento agravado contra Fabián Sanabria. En ese momento, señala la denuncia, sufrió una grave crisis porque reconoció patrones que sufrió en su propia agresión.