JUSTICIA
Nueve condenados por asesinatos en falso rescate
Según el juez, la operación de rescate de unos supuestos secuestrados en Puerto Velero, Atlántico, fue una ejecución extrajudicial y por eso condenó a 28 años de prisión a ocho agentes del Gaula y uno del DAS.
A las trece horas del 14 de agosto de 2006 fueron asesinadas seis personas en una operación que inicialmente se creyó había sido para rescatar a dos víctimas de un presunto secuestro cuyos hechos se habían registrado en horas de la mañana en Barranquilla. La masacre ocurrió por un presunto enfrentamiento entre los seis muertos y ocho agentes del Gaula del Ejército y un agente del DAS, que habían respondido a mensajes de alerta ante la posible comisión de un secuestro.
Los muertos y los presuntos secuestradores habían llegado horas antes a Barranquilla a cobrar un dinero y fueron acusados de intentar un secuestro extorsivo contra los comerciantes Elías Eduardo Abohomor Salcedo y su primo Alex Navarro Salcedo. Pero esa versión inicial comenzó a desmontarse ocho días después con el testimonio de la esposa de una las víctimas, quien dijo que su esposo Carlos Eduardo Victoria Trujillo y Abohomor Salcedo se conocían porque habían tenido negocios juntos y la presencia de su difunto esposo en Barranquilla obedecía a que había venido a cobrarle una suma de dinero de varios acreedores.
Los condenados a 336 meses de prisión y 16 años de interdicción de derechos y funciones públicas, son el mayor del Ejército Jorge Alberto Mora Pineda, el capitán del Gaula del Ejército Giovanni Pérez Delgado, los soldados profesionales Víctor Raúl López Bueno, Alfredo Lara Beleño, Luis Fernando Méndez Cervera, Aquilino Cervantes Sosa, los sargentos Gerson Galvis Calderón y Elkín Pulgarín Girón, así como el detective del DAS Cristian Valencia Barco.
Esa mañana las víctimas y Abohomor, de acuerdo con los testimonios, se encontraron en un sitio para acordar la entrega de unas propiedades, entre otras un vehículo y una finca, y después de dar vueltas por Barranquilla en dos vehículos, tomaron la Vía al Mar que comunica con Cartagena.
Alex Navarro, uno de los secuestrados, contó que cuando los secuestraron él iba manejando uno de los vehículos y marcó desde su celular a un amigo y dejó abierta la línea para que su amigo escuchara lo que estaba ocurriendo y avisara a las autoridades. Las víctimas respondían a los nombres de Carlos Alberto Victoria Trujillo, Carlos Andrés Villegas Romero, Daniel Jiménez Meneses, Arnober Pino Muñoz, Julián Celis Hoyos y Jorge Aristizabal Chavarría. Seis meses después fue asesinado en Pereira Cesar Andrés Naranjo García, uno de los testigos que esa mañana se salvó del secuestro y muerte porque se percató durante la reunión entre Elias Abohomor y Carlos Victoria para resolver la deuda, que al lugar del encuentro habían llegado presuntos agentes del Gaula.
Los hoy condenados afirmaron ante un fiscal, que una vez recibieron la alerta del secuestro, iniciaron un operativo para cerrar las salidas de la ciudad, se trasladaron hacia la vía que conduce a Cartagena y estacionaron los vehículos a la entrada de la trocha del balneario de Puerto Velero. A los pocos minutos comenzaron a dispararles desde dos vehículos en los que se movilizaban los dos secuestrados y las seis víctimas. Pero ni la fiscalía, ni la procuraduría creyeron la versión de los agentes del Gaula y del Das la versión según la cual ellos realizaron una operación de rescate a la que llamaron ‘Apocalipsis’.
Los miembros del ejército condenados ayer por el Juzgado Único Especializado de Barranquilla controlaron la escena del crimen por espacio de tres horas, entre la una y las cuatro de la tarde, cuando apareció la policía judicial y el CTI para hacer los levantamientos de los cuerpos y recoger las pruebas en el lugar de los hechos. Varias son las pruebas que indican que la escena fue alterada, que no hubo tal intercambio de disparos, que lo que hubo fue una emboscada pues las balas señalan que los disparos se hicieron sólo en sentido norte – oriente y algunas vainillas de bala no correspondían al tipo de armamento que portaban. También se demostró, de acuerdo con la sentencia, que las víctimas se encontraban desarmadas.
Por las pruebas recaudadas y los testimonios entregados por familiares y los mismos procesados, no parece existir duda que las muertes violentas se produjeron por una ejecución extrajudicial y según se desprende del análisis del juzgado todo lo ocurrido obedeció a un plan preconcebido para evitar que las personas asesinadas pudieran llevar a cabo los fines por los cuales habían venido a Barranquilla que no eran otros que cobrarle a Elías Abohomor una gruesa suma de dinero, que según la esposa de Carlos Alberto Victoria era de mil trescientos millones de pesos.
Aunque los hoy condenados fueron acusados por la fiscalía de los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado, secuestro extorsivo agravado y empleo ilegal de la fuerza pública, el juzgado los condenó como coautores de homicidio agravado y secuestro simple, pues lo que realizaron fue un falso operativo encubierto en un rescate antisecuestro y a las víctimas las ejecutaron de manera extrajudicial.