Judicial
Paro nacional | Por vencimiento de términos quedó libre el “hombre del buzo negro” implicado en el asesinato del capitán Solano, en Soacha
El jefe de la Sijín en Soacha fue atacado por un grupo de vándalos cuando intentaba impedir que robaran un establecimiento comercial en medio de las manifestaciones en abril de 2021. Lo mataron propinándole puñaladas.
Fabián Danilo Barona Rojas, procesado por el vil ataque que le ocasionó la muerte al capitán de la Policía Jesús Alberto Solano, quedó en libertad este martes luego de que un juez de control de garantías de Soacha (Cundinamarca) determinara que se presentó un vencimiento de términos, algo que venían advirtiendo sus familiares.
En la audiencia se señaló que ya se superaron los 240 días que establece la ley para el inicio del juicio, tras la radicación del escrito de acusación por parte de la Fiscalía General. Barona Rojas, quien fue capturado el primero de octubre de 2021, fue señalado de haberle propinado varias puñaladas al capitán Solano.
En la imputación de cargos se señaló que Barona era el hombre del buzo negro con letras blancas que fue registrado por los videos de las cámaras de seguridad atacando en repetidas oportunidades al policía.
Este mismo buzo fue hallado en el operativo contra el joven en su residencia en el municipio de Soacha (Cundinamarca). El informe de biología forense realizado por Medicina Legal determinó que la prenda tenía rastros de sangre del capitán Solano. Esta fue la prueba clave para vincular a Barona con los delitos de homicidio agravado, porte ilegal de armas y hurto calificado y agravado.
Tras la pregunta del juez tercero con función de control de garantías el joven se declaró inocente de los hechos investigados. El pasado 9 de febrero quedó en libertad, también por vencimiento de términos, Juan Sebastián Vélez.
El crimen del capitán Solano
La Fiscalía General sostiene que cuatro personas intentaban hurtar un cajero electrónico en un establecimiento comercial en el municipio de Soacha, Autopista Sur con calle 22. Sin embargo, el capitán –quien fungía como jefe de la Sijín en Soacha– se percató de la situación e intentó detenerlos. De acuerdo con los elementos de prueba, el oficial documentaba con su celular los desmanes y grababa la manera como manifestantes intentaban destruir un cajero automático de una entidad bancaria en Soacha. Sin embargo, ante la violenta reacción de la multitud, corrió para ponerse a salvo.
En medio de los actos de violencia, el capitán Solano se percató del intento de robo, por lo que se enfrentó a ellos para detenerlos. En la confrontación, Solano recibió cinco puñaladas por parte de los sujetos que arremetieron contra su integridad. El material probatorio da cuenta de cómo el uniformado fue perseguido por cerca de 20 personas, entre ellas Juan Sebastián Vélez, lo alcanzaron, golpearon y atacaron con piedras y armas cortopunzantes. Adicionalmente, fue despojado de sus pertenencias, entre ellas su arma de dotación, el carné policial y el radio de comunicaciones.
Sin embargo, el momento más difícil ocurrió cuando los delincuentes notaron que tenía un chaleco antibalas. Inmediatamente reaccionaron alegando que era un infiltrado. “Es un infiltrado, infiltrado, tiene un chaleco y es Policía. Lo van a dejar morir sus propios socios”, gritaban en medio de los desmanes y los restos de rocas. Agonizando en el suelo, Solano tuvo que vivir más humillaciones, pues algunos de los manifestantes que cruzaban le gritaban a su paso “infiltrado” y toda suerte de insultos. Un grupo de personas trasladaron inmediatamente al capitán Solano al centro médico más cercano, pero el 30 de abril, pese a los intentos de los galenos, falleció debido a la gravedad de las heridas.
Las pruebas documentales reseñaron que el capitán Solano recibió cinco puñaladas. La investigación permitió establecer que los atacantes deshumanizaron al capitán, pues, además de golpearlo con sevicia, mencionaron varias veces que lo iban a quemar vivo. “Las personas le daban patadas por todo el cuerpo se escuchaba que decían que lo tenían que matar e incluso lo pensaban quemar vivo porque la intención era matarlo. Cuando la gente vio que en verdad lo iban a quemar, unas personas se metieron en el medio y dijeron que ya no más, que era suficiente”.
“Entonces sacaron al policía y comenzaron a arrastrarlo por toda la calle hasta llegar al frente del parqueadero cerca de la Autopista Sur con calle 22, donde cerca de ese lugar había unos policías del Esmad, a quienes le dijeron que ahí le dejaban un sapo de esos muerto, y se dispersaron al rato”, reseñó el fiscal del caso durante la acusación.