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Aquí están las escandalosas interceptaciones a la senadora Piedad Córdoba: “Nosotros lo que necesitamos es plata, huevón”
SEMANA revela interceptaciones telefónicas inéditas y un expediente que estaba refundido. La Corte Suprema dice que con los negocios en Venezuela se habrían enriquecido ella y varios de sus familiares.
SEMANA conoció un informe reciente en el que están los primeros audios de conversaciones de la senadora Piedad Córdoba, del Pacto Histórico, que fueron obtenidos por la Fiscalía y que hoy hacen parte de los miles de folios del expediente que lleva en su contra la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia.
Se trata de horas de grabaciones de conversaciones de 2019 en las que se habla de negocios de obra pública en Ecuador, de movidas políticas, de su hijo el exsenador Juan Luis Castro, de su hermano recién extraditado Álvaro Córdoba, de viajes, de negociaciones con bancos, y en las que hasta la congresista se muestra consciente de la posibilidad de que estuviera siendo interceptada. Así lo dice en varias ocasiones e, incluso, manifiesta a sus interlocutores que los temas es mejor tratarlos personalmente.
“Nosotros lo que necesitamos es plata, huevón”, se escucha a Piedad Córdoba en uno de los audios interceptados, en el que habla con un hombre identificado como Manuel y quien sería la punta de lanza de los jugosos negocios en Ecuador.
Se refieren a obras públicas en la ciudad de Manta que ya tienen acordadas, y es tal su interés que incluso le dice a Manuel: “Si me toca ir allá a Manta, yo voy, yo no tengo ningún problema”. Se trata de la construcción y el mejoramiento de una vía a la entrada de esta ciudad, para lo cual incluso dicen que les darían un adelanto del 60 %.
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El negocio estaba cerrado. Córdoba así lo manifiesta: “Eso va derecho, no tiene arrugas, nosotros lo vamos a hacer ¿Qué es lo importante, ah? Me voy a sentar con ella, ella necesitaba que yo le hiciera un favor, ya se lo hice esta mañana; que le haga otro favor, lo hacemos esta semana, pero ten la absoluta certeza: en Ecuador se va a hacer”.
Es una danza de millones y ya conocen el método. Así lo deja claro Manuel, su interlocutor: “Yo sí le dije a ella y al alcalde, usted me dice necesitamos hacer unos pavimentos, yo le garantizo que le traigo una empresa que en Colombia ha hecho pavimentos por 20 o 30, 40 millones de dólares, eso no tiene problema”.
Durante las horas de grabación, Córdoba sospecha que tiene intervenido el teléfono, por eso cuenta que “me estaba hablando de unas cosas en Panamá, pero a mí me da mucho miedo hablar de cuentas y vainas de esas, les da por decir que yo tengo una cuenta en Panamá ficticia o cualquier mierda de esas; mejor hablémoslo personalmente”.
Estos audios son de 2019, cuando el lío de las Farc ya no asustaba a Córdoba y se preparaba para regresar a ser candidata al Congreso, por eso habla es de negocios, plata y política.
Manifiesta preocupación por su hijo Juan Luis Castro, quien había llegado al Senado catapultado con su apoyo político, pero de quien señala no le alcanza la plata y “necesita meterse en negocios”.
En una conversación con una persona aún no identificada por las autoridades se escucha que “le había dicho a Juan que almorzáramos contigo porque lo veo con muchas ganas de meterse en un negocio ¿me entiendes? La esposa de Juancito es muy querida, pero no quiere venir a Colombia y le está quedando muy hijue***, parece tiene una casa la hijue*** en un sitio muy costoso y además tiene un apartamentazo aquí (...) Cuando él estaba trabajando allá como médico ganaba mucho más que como senador, ayer me dijo que quería meterse contigo en algún negocio”.
Se trata de todo un arsenal de pruebas, unas que seguramente conocía cuando navegaba en aguas turbulentas por los procesos judiciales que enfrentaba por ese triángulo protagonizado por ella, las Farc y el presidente de Venezuela Hugo Chávez, el cual seguramente ya creía engavetado.
No obstante, la senadora Córdoba siempre ha manifestado que todos esos señalamientos forman parte de una persecución política contra ella y su familia, y que siempre ha respondido ante las autoridades, e incluso ha salido ganadora.
También hay claras evidencias de los millonarios negocios con el Gobierno de Venezuela y empresas a las que les ayudaba a recuperar la cartera para recibir millonarias coimas, pero ahora se ve que también los hacía en Ecuador. La justicia le respira en la nuca y tendrá que retomar una de las frases que se escucha en los audios en poder de SEMANA, sin mayor contexto. “No me deprimo yo con tanto hijue**** chicharrón”.
Exclusivo: las increíbles y contundentes pruebas encontradas debajo de unos adornos navideños contra la senadora Piedad Córdoba
Un verdadero arsenal de pruebas pone a la senadora Piedad Córdoba, del Pacto Histórico, contra las cuerdas. El expediente estaba arrumado, guardando polvo, envuelto en bolsas plásticas negras, en el antiguo edificio del DAS, en el centro de Bogotá. Allí reposan horas de interceptaciones telefónicas, correos electrónicos, informes de inteligencia, reportes de operaciones, estudios de transacciones bancarias, negocios en Venezuela con empresas plenamente identificadas, pruebas de tiquetes y viajes, documentos de carácter político y hasta delicadas comunicaciones a través de radioperadores con los máximos jefes de las Farc.
Se trata de un nuevo capítulo que fue reconstruido por la Corte Suprema de Justicia. Durante meses, los investigadores se dieron a la tarea de rastrear y recuperar información de alto valor que se encontraba “refundida” en diferentes despachos judiciales y que apunta directamente contra la senadora Córdoba y su estrecha relación con las Farc, que ella creía era un capítulo superado luego de la anulación del fallo disciplinario que la había sacado de la política y la nula idoneidad probatoria del contenido del computador de Raúl Reyes.
SEMANA revela en exclusiva todas las evidencias hasta ahora desconocidas que para la Corte Suprema dejan al descubierto que la relación de Córdoba con los entonces terroristas de las Farc no solo era un hecho sino un delito, pues no mediaba autorización del Gobierno. Además, hay pruebas de millonarios y silenciosos negocios de la senadora en Venezuela y en Ecuador, e interceptaciones telefónicas en las que habla a viva voz de delicados asuntos.
Un explosivo documento, al parecer condenado a perderse, fue recuperado “en el sótano del antiguo DAS, bajo las cajas que contienen las decoraciones navideñas, envuelto y amarrado en bolsas negras para evitar el deterioro”.
Se trata del “informe final de policía judicial” con el código 68761XX, en el que investigadores reportan a la Corte los hallazgos. Dan cuenta de la gravedad de los hechos que se le atribuyen a la senadora y que habían sido recogidos hace más de diez años en una investigación realizada por la Fiscalía y que estaba durmiendo el sueño de los justos.
En una de las carpetas encontradas está el soporte de la orden para interceptar y revisar los correos de algunas de las personas más cercanas a la senadora Córdoba. “Con base en información aportada por fuente humana, quien indicó tener información relacionada con una organización criminal, que utiliza las cuentas de correos ricardomontenegro-velasquez@hotmail.com, alejandrameza26@hotmail.com, andresvasquez@piedadcordoba.net y chats de internet para circulación de información relacionada con movimientos de dinero para financiamiento de actividades terroristas de las Farc”.
Ese documento toma más vigencia que nunca porque precisamente están los nombres de dos de sus asesores más cercanos quienes prendieron el ventilador y ahora son testigos: Andrés Vásquez y Ricardo Montenegro. El primero fue quien soltó un bombazo al advertir que las acciones humanitarias que realizaba Córdoba para la liberación de secuestrados en realidad era una plataforma política para ella, para las Farc y para el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Vásquez, además, ha contado sobre los millonarios negocios de Piedad Córdoba, estrechamente ligados al denominado testaferro del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, el colombiano Álex Saab, quien fue extraditado a Estados Unidos.
Montenegro fue durante más de diez años su asesor jurídico. Sobre él, señala el informe de la Fiscalía, aparece en sus correos “información sobre la campaña de una persona relacionada como Piedad Córdoba (...) con acuerdos políticos del Partido Liberal, comunicados de Colombianos y Colombianas por la Paz, campaña contra las bases militares, documentos de las Farc, coordinaciones de viajes, entrevistas, movimientos de dinero, pagos de tiquetes aéreos, hospedajes, realización de eventos”.
También está un correo de 2010 en el que se menciona al hoy extraditado por narcotráfico, y hermano de la senadora, Álvaro Córdoba, afcordoba@hotmail.com y piedadcordobaruiz@gmail.com, “donde hacen referencia a una alianza con la empresa Logistic para el desarrollo de proyectos en Venezuela”.
Esta información refundida por más de una década corrobora las recientes denuncias de los negocios tasados en millones de dólares en Venezuela y la relación de Álex Saab con estas transacciones, tal como fue publicado por SEMANA, y para los cuales usaban a Logistic.
En otro correo, Álvaro Córdoba le envía un mensaje a Piedad y a un hombre llamado Pedro Vene Briceño, al parecer de Sur Logística, “donde menciona elementos pendientes por pagar y la suma de 5 millones de dólares, anexando los documentos de la Distribuidora Proveal ― anexo de cuentas por pagar divisas”.
En la carpeta de enviados, “se halló las comunicaciones de fecha 24 de junio al 4 de septiembre de 2010, relacionadas con amenazas, campamento juvenil “Che Guevara”, campañas políticas, cartas entre organizaciones ELN, Farc, Apoyo Colombianos y Colombianas por la paz y organismos internacionales como Unasur”.
En las interceptaciones también aparece su hijo Juan Luis Castro, quien fue senador por la Alianza Verde. Manda mensajes a Piedad Córdoba, Andrés Vásquez, a un hombre llamado Felipe Cárdenas, “donde envía informe de los negocios que tendrían en Venezuela a través de la empresa Acciones de la Frontera SA, e Importaciones y Exportaciones LBT CA”.
Cárdenas envía un mensaje a Juan Luis y a Piedad, donde “da a conocer pormenores de los negocios que estarían realizando en Venezuela a través de la empresa Sur Logística”. Esta seguidilla de correos deja claro que la senadora, familiares y personas de confianza tenían pleno conocimiento de los negocios que hacía en Venezuela.
Dice el informe en poder de SEMANA que “en la carpeta de correos enviados hace mención a Piedad Córdoba y da a conocer la información de transferencias bancarias, movimientos de dinero, coordinaciones para desplazamientos en aviones, propiedades, vuelos, pagos, cotizaciones, donde se involucra a la empresa colombiana Constructora Caribe CA, que a su vez hace contactos y efectúa movimientos de dinero por solicitud de Andrés Vásquez, asesor de la senadora. Estos recursos al parecer son manejados por la empresa en Colombia Led Media, advirtiéndose cuantiosas transferencias de dinero en dólares, de empresas y personas de nacionalidad venezolana”.
“Igualmente hace referencia a las comunicaciones entre María Alejandra Meza, dependiente de Carlos Battistini, propietario de la empresa venezolana Constructora Caribe que habría cancelado varios desplazamientos en vuelos charter a quien referencian en los correos como “La Senadora”, “La Señora”, “Senadora Piedad Córdoba”, según el explosivo informe enviado a la Corte Suprema de Justicia.
Alejandra Meza, quien ya figura en los expedientes judiciales como una mujer de origen venezolano y que se mueve en alto nivel en el sector empresarial, ya había sido señalada, desde 2010, por el envío de giros a Córdoba.
En la carpeta de entrada de Alejandra Meza hay “movimientos bancarios y actividades desarrolladas para la empresa venezolana Constructora del Caribe, especialmente de la urbanización Villa Alianza en Venezuela, transferencias en cuenta en el Banco Wanchovia Bank, cuyo beneficiario es Carabajal Equine Service Inc”.
Retumba la Farcpolítica
De este tema también hay detalles clave. De ahí una solicitud de la Corte Suprema de Justicia que llama poderosamente la atención por los duros señalamientos implícitos en una comunicación enviada a la justicia de Estados Unidos y que solo puede responder un preso en ese país: nada menos que Marlon Martín, sobrino de Iván Márquez, capturado en medio de una operación de narcotráfico con Jesús Santrich, cuando ya se había firmado el acuerdo de paz.
En estos términos habla la Corte de la congresista del Pacto Histórico: “Se investiga a la senadora Piedad Esneda Córdoba Ruiz por presuntos vínculos con la entonces organización criminal Farc y, en ese contexto, con su apoyo para visibilizarse a nivel nacional e internacional junto con el gobierno de Venezuela, con quienes mantenía relaciones directas a través de sus asesores, vínculo que utilizó para obtener recursos a través de gestiones ante la Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi) y de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), por lo que recibía una comisión”. Hay que recordar que los Clap eran uno de los principales negocios del extraditado Álex Saab en el país vecino.
“El dinero obtenido por estas operaciones financieras, se infiere, fue utilizado una parte para enriquecer ilegalmente a la investigada y a su círculo familiar, y por otra, a la realización de diversos eventos de carácter político que buscaban que la investigada obtuviera una posición de poder privilegiada en Colombia para su beneficio y el de la organización criminal”, dice de forma contundente la solicitud enviada a autoridades judiciales de Estados Unidos.
La justificación de esta solicitud deja claro que la Farcpolítica en el caso Córdoba está totalmente vigente. “Es importante obtener la declaración de Marlon Marín, ya que se ha podido obtener pruebas que indican que una de las formas de comunicación de la investigada con el grupo insurgente era a través de un correo humano que dependía directamente de Iván Márquez, a quien se le conocía con el nombre de guerra de Raúl, persona que es ampliamente conocida por el testigo y a quien al parecer incluso reemplazó, lo que resulta pertinente para el esclarecimiento de los hechos”, dice la carta rogatoria conocida en exclusiva por SEMANA.
La información que estaba guardando polvo en la Fiscalía da certeza de la relación que habría entre las Farc y la senadora Córdoba, por eso, el expediente con el radicado 29875 que avanza en la Corte, ha hecho reaparecer el fantasma de la Farcpolítica.
¿Mediadora?
Para la justicia es determinante establecer si las estrechas relaciones y los acercamientos de Córdoba con las Farc se dieron cuando ya contaba con el aval del Gobierno o si el vínculo se daba de tiempo atrás con una organización terrorista, como era calificada esta guerrilla, y desde la clandestinidad.
“Respecto a los contactos de importancia, se encuentra el hallado con el nombre de taniamarquez53, contacto de piedadcordoba@hotmail.com, desde el 8 de septiembre de 2006, casi un año antes de que se diera la autorización a la senadora para que fungiera como facilitadora con las Farc. Es de anotar que por medios abiertos se indica que existieron comunicaciones entra alias Tania y alias Esperanza, operadora de radio de Raúl Reyes”, señala otro informe de la Fiscalía enviado a la Corte Suprema de Justicia.
Es tan clara la relación que advierten que la señora de nombre “Tania”, a quien califican como la operadora de radio de Iván Márquez, se “encontraba en territorio venezolano para esta época, realizando contactos a través de la senadora con el presidente Hugo Chávez a fin de lograr el acuerdo para la entrega de personas secuestradas”. En las pesquisas se ha determinado que el número 53 en el correo de Tania, obedece al frente al que pertenecía y que era dirigido por el Mono Jojoy.
Aunque la justicia señaló que el contenido de los computadores de Raúl Reyes, hallados en la operación Fénix, no tiene validez como prueba, en el informe hacen una salvedad que resulta determinante, y es establecer, con los correos involucrados, direcciones IP, y datos biográficos digitales, la relación entre Córdoba y las Farc, corroborando así las espinosas evidencias que se encontraron en su momento en el equipo del abatido exjefe guerrillero.