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¿Qué se dijo en el interrogatorio del caso Felipe Rocha por presuntamente estafar a élite bogotana?
La diligencia se extendió por cerca de dos horas. Rocha llegó en compañía de dos de sus abogados.
Según dio a concer El Tiempo, la fiscal Margarita Gaviria, de la Unidad de Estafas de la seccional Bogotá, lo citó a las 10:0 a. m., el pasado 10 de julio, en desarrollo de la denuncia interpuesta por el abogado ´´Jaime Lombana, cuya cliente perdió cerca de 4.500 millones de pesos dentro de un fondo de inversiones ganaderas que se vino a pique a mediados de 2022´´.
El mismo medio señala que la diligencia se extendió por cerca de dos horas y que Rocha llegó en compañía de dos de sus abogados: Juan David Bazzani y Andrés Jiménez.
Recuerdan que la Supersociedades ya lo había sometido a un interrogatorio a principios de junio en el que le hicieron preguntas similares a la de la fiscal Gaviria.
Entre otros puntos, señala El Tiempo, que le preguntó cómo funcionaba la supuesta ‘pirámide ganadera’, en la que él captaba dinero de sus conocidos para invertirlos en ganado de engorde.
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También se le indagó sobre la versión de que ya le había pagado a un grupo de amigos, en detrimento de los demás inversionistas, versión que él habría negado.
Rocha habría dicho que el origen de todas las inversiones que recogió era lícito, aunque hay inversionistas que han optado por no reclamar por temas fiscales.
Citado a interrogatorio
Una verdadera pirámide estrato seis fue la que montó el joven empresario Felipe Rocha Medina, miembro de una de las familias más reconocidas y poderosas del centro del país. Debido a sus contactos y el renombre de su clan, Rocha habría logrado convencer a la élite bogotana de invertir en su negocio, prometiéndoles una rentabilidad pocas veces vista y ganancias que estaban entre el 30 y 40 % sobre el valor invertido.
No fueron pocos los que le dieron el sí a Rocha Medina. Sin embargo, en muy poco tiempo, el rentable negocio empezó a presentar sus primeras fisuras y en un abrir y cerrar de ojos se derrumbó. Muchos de sus inversionistas, preocupados por la falta oportuna de los pagos y las constantes excusas del empresario para atender sus llamadas, los llevaron a hacer comentarios en público sobre lo que venía sucediendo.
Fue así como en el exclusivo club El Nogal, ubicado en el norte de Bogotá, las alarmas se encendieron: empresarios del mundo del espectáculo, economistas, joyeros, emprendedores y modelos, entre otros, descubrieron que posiblemente el dinero que le habían dado a ese supuesto fondo de inversión no volvería a sus manos, y que todo el cuento de la rentabilidad no era más que un canto de sirenas.
En los últimos meses, se han radicado una decena de denuncias por los delitos de estafa y enriquecimiento ilícito en contra de Rocha Medina. Frente a esta situación, la Fiscalía General citó a Rocha Medina a interrogatorio el próximo 10 de julio para que se presente, junto a su abogado, para rendir las explicaciones necesarias frente a este caso que sacudió a la alta sociedad bogotana.
Después de esto, la Fiscalía General determinará si pide audiencia de imputación de cargos en contra del joven empresario quien, en diferentes oportunidades, ha puesto sobre la mesa un intento de arreglo con sus inversionistas. Sin embargo, no ha logrado satisfacer a los denunciantes que exigen que les devuelva todo el dinero.
SEMANA pudo establecer que entre estos inversionistas estaría Martín Santos, hijo mayor del expresidente Juan Manuel Santos, quien le habría entregado a Rocha Medina cerca de 350 millones de pesos. Pese a que en repetidas oportunidades se intentó lograr una comunicación con Martín Santos para conocer su versión sobre esta historia, no fue posible contactarlo.
Aunque el nombre de Esteban Santos, el otro hijo del expresidente, fue mencionado en las conversaciones de restaurantes y clubes, lo cierto es que su nombre no aparece en la lista de los inversionistas de Rocha, pero sí varios amigos suyos.
Rocha, quien también se destacó por sus movimientos en bienes raíces, resultó siendo vecino del expresidente Juan Manuel Santos en una de las lujosas casas campestres en Anapoima. Pese a que no hay certeza de si allí conoció a Martín y a Esteban Santos, o ya los conocía de tiempo atrás por sus innumerables eventos sociales, lo cierto es que sí consolidaron la amistad.