Judicial
Radiografía: Con la captura de Ricaurte al Cartel de la Toga le cayó la justicia
El fallo contra el exmagistrado Ricaurte es histórico. El escándalo, sus implicaciones, condenados y a quiénes indaga la justicia.
La condena contra el exmagistrado Francisco Ricaurte en medio del escándalo del cartel de la toga deja dos conclusiones. La primera: la cúpula de la Justicia estaba permeada por una red criminal que frenaba sentencias mientras llenaba de dinero sus bolsillos. La segunda: como no es habitual con los escándalos de corrupción, están cayendo los responsables. Es, al mismo tiempo, la gran vergüenza y el mayor triunfo de la justicia.
La sentencia de lo que representa el cartel de la toga la dio el juez diez penal del circuito de Bogotá cuando anunció la condena por cuatro delitos contra el exmagistrado Ricaurte, quien fuera el todopoderoso de la rama, presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Superior de la Judicatura.
“Se concertaron Ricaurte, Leonidas Bustos, Gustavo Malo y Luis Gustavo Moreno, quedando demostrada la existencia de la organización criminal; no solo con el testimonio directo de uno de sus integrantes (Moreno), sino con la corroboración de sus señalamientos con otros testigos (…). No era corrupción sofisticada, esto es vil corrupción simple”, sentenció el juez.
La génesis del escándalo se dio cuando el ex fiscal anticorrupción Moreno, haciendo lo contrario a la vocación de su cargo, cayó en la trampa. En una operación de película con dólares marcados y micrófonos ocultos, en el Dolphin Mall en Doral, Florida, se reunió con el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons, investigado por más de 20 delitos. Moreno recibió un soborno de 10.000 dólares, su boleto a la cárcel.
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Acorralado, prendió el ventilador y la red de corrupción salió a flote. Cayó Ricaurte, con quien Moreno compartía una oficina en el norte de Bogotá, en donde desfilaban políticos investigados por la Corte Suprema. El negocio era redondo: cobraban el dinero y los procesos se quedaban estancados.
De nada sirvió la estrategia de Ricaurte de desconocer a Moreno. No solo compartían oficina; asistían a encuentros académicos y hasta viajaban juntos a San Andrés y al Festival Vallenato. Moreno detalló cómo cobraban por manipular los procesos y repartían las ganancias del negocio criminal.
Uno a uno fue ventilando nombres, como Gustavo Malo y Leonidas Bustos, de quienes aseguró que recibieron 2.600 millones de pesos de los excongresistas Musa Besaile y Álvaro Ashton.
Bustos se fue para Canadá cuando el escándalo creció y hoy se desconoce su paradero. Moreno dice que era su pupilo y que le entregó 1.500 millones de pesos a través de la esposa del exmagistrado, María Cristina Pineda. “Qué hizo la mujer con la camioneta que yo le di, que estaba a nombre mío y que apareció a nombre de ella. Qué hizo con el reloj Cartier que recibió producto de la corrupción”, dijo Moreno en una diligencia ante la Comisión de Acusación.
Están cayendo las fichas de esta red criminal. El primer condenado fue Lyons, el exgobernador de Córdoba; le siguieron Gustavo Moreno y su socio Leonardo Pinilla. Son los primeros colombianos en ser extraditados a Estados Unidos por hechos de corrupción en la justicia.
El pez gordo es Ricaurte, la Fiscalía pidió 23 años de cárcel. Pareciera una reivindicación de la justicia, pues en poco tiempo se sabrá si los exmagistrados Malo y Bustos son encontrados culpables, y, por esa vía, los investigados que pagaron miles de millones por un tiquete de impunidad.
Inicialmente, hay 27 involucrados en la mira de la justicia; así lo deja claro el principio de oportunidad que firmó Moreno y que promete llevar a la cárcel a los protagonistas del cartel de la toga.