JUSTICIA

Revelan los delatores del avión vinculado a esposo de Azcárate que iba con cargamento de coca

El escándalo sobre el narcoavión continúa en investigación y al parece ya se tiene más información sobre cómo lograron dar con el cargamento de cocaína.

28 de mayo de 2021
La avioneta en la que fueron hallados 446 kilogramos de cocaína
La avioneta en la que fueron hallados 446 kilogramos de cocaína | Foto: Fiscalía General de la Nación

La historia del narcoavión decomisado por la Policía en Providencia con cerca de media tonelada de cocaína, que involucró al esposo de la humorista Alejandra Azcárate, el publicista Miguel Jaramillo, al figurar como socio de la empresa propietaria de la aeronave, sigue dando de qué hablar.

El jueves se estableció que agentes federales le seguían la pista a esa narcorruta, por la que cayó el cargamento de cocaína de 446 kilogramos. Según las autoridades, el operativo se desarrolló en el marco de la campaña Plan 100 Contra el Microtráfico, destinada a la reducción del tráfico de estupefacientes en menores cantidades. La ruta era que el avión llegaba hasta Providencia, en donde lanchas rápidas esperaban los cargamentos para subirlos hasta Honduras y luego a Estados Unidos.

De acuerdo con la información, un informante en Honduras fue el que entregó las “pistas sobre la narcorruta” en el Caribe colombiano, el cual se logró habilitar de nuevo a pesar de toda la vigilancia aérea que fue desplegada por la Fuerza Aérea Colombiana y la DEA.

La avioneta en la que fueron hallados 446 kilogramos de cocaína
La avioneta en la que fueron hallados 446 kilogramos de cocaína | Foto: Fiscalía General de la Nación

Según la fuente, los rastros de vuelos del narcotráfico estaban en la mira de las autoridades quienes estaban ejerciendo un control a través de los radares. A pesar de dicha vigilancia, el avión C-90 de matrícula N722KR, decidió llevar el cargamento hasta providencia donde fue incautado. “Ya teníamos información de que una poderosa red venía operando con complicidades que están bajo investigación”, contó la fuente a El Tiempo y agregó que la advertencia que se conoció era que “se iba a producir un nuevo vuelo”.

Gracias al conocimiento de esa información, la policía Antinarcóticos estaba a siguiendo cuidadosamente los pasos sospechosos que pudieran realizar las aeronaves que aterrizaran en Providencia, y fue cuando el domingo 23 de mayo se confirmó que una nave iba cargada con 446 kilos de cocaína.

La coronel María Helena Gómez, comandante de Policía de San Andrés, aclaró que en la “primera línea” de los empaques de cocaína se encontraron tapabocas, sin embargo al revisar muy bien la aeronave las autoridades lograron confirmar que también habían “más de 102 millones de pesos colombianos, en billetes de 100.000 y 50.000 pesos”.

Inicialmente, y ante tal versión, fue consultada la Fiscalía General de la Nación, que respondió: “Ante un juez de control de garantías la Fiscalía presenta en audiencias concentradas a Juan Camilo Cadena Botero y Hárold Darío Rivera Toleda, piloto y ayudante de carga, respectivamente, de una avioneta con matrícula privada en la que fue hallado un cargamento de clorhidrato de cocaína’'.

De acuerdo con el ente acusador, basado en la indagación, “inicialmente los detenidos argumentaron llevar ayudas humanitarias para la fuerza pública de la región; sin embargo, en la inspección, los investigadores descubrieron 28 cajas con tapabocas y, debajo de estos implementos, estaban ocultos 446 kilogramos del alcaloide distribuidos en varios paquetes. También hallaron más de $100 millones en efectivo”. De acuerdo con las evidencias preliminares, el avión habría despegado del aeropuerto Flaminio Suárez Camacho de Guaymaral (Bogotá).

Las primeras versiones, confirmadas por SEMANA, es que la aeronave se habría prestado para uso humanitario y que efectivamente es de propiedad de Miguel Jaramillo, quien se presentó como víctima de un engaño ante las autoridades, esto para dejar claro que no tienen nada que ver con el cargamento, y porque al ser encontrada la aeronave con droga puede ser objeto de extinción de dominio. Las pesquisas persisten y el caso continúa en investigación.