Nación
Nuevo contagio por viruela símica en Ibagué, la ciudad llega a los 58 pacientes infectados
Hay 35 que presentan alguna clase de comorbilidad.
En un lapso de cuatro meses la ciudad de Ibagué alcanzó las 58 personas contagiadas con la viruela símica tras el último reporte entregado por el Instituto Nacional de Salud, según el cual el nuevo paciente afectado es un hombre que está comprendido en el rango de los 18 a los 59 años de edad, y cuyo resultado positivo se obtuvo entre el 27 de diciembre de 2022 y el 1 de enero de 2023.
De acuerdo con la secretaria de Salud de Ibagué, Martha Liliana Ospina Gutiérrez, entre los 58 pacientes contagiados hay 35 que presentan alguna clase de comorbilidad y 51 ya se han recuperado por completo; mientras que 7 permanecen en aislamiento aunque sin necesidad de hospitalización.
A pesar de que no se puede considerar como una enfermedad de transmisión sexual, la viruela del mono como se conoce popularmente se contagia principalmente por contacto íntimo, lo cual hace recomendable que se evite el acercamiento físico con besos o abrazos hacia las personas que la padezcan.
También es fundamental evitar el contacto con las ampollas llenas de pus que se generan en los pacientes, la saliva y los objetos como la ropa que haya sido utilizada por quién tiene la enfermedad; así como los juguetes sexuales.
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Hasta el momento en Colombia existen cerca de 4.000 casos documentados de pacientes con esta patología, de los cuales la mayoría ya se han recuperado de manera satisfactoria. Las regiones con más personas afectadas son Bogotá y el departamento de Antioquia.
La viruela símica se caracteriza por la aparición de síntomas como dolor de cabeza, cansancio intenso, fiebre, dolor muscular, tos, inflamación de la garganta, lesiones en la piel y agrandamiento de los ganglios linfáticos.
Está comprobada la transmisión de la enfermedad principalmente de animales a humanos; aunque en menor número ocurre también entre personas.
Muchos pacientes evolucionan favorablemente en un periodo de dos a cuatro semanas, pero aquellos con inmunosupresión desarrollan ciertas complicaciones. Los síntomas pueden ser visibles entre los 5 y los 21 días después del contacto con la persona contagiada.
Entre las últimas medidas adoptadas acerca de esta patología se conoció que la Organización Mundial de la Salud, OMS, anunció el cambio de su nombre al de mpox, con el objetivo de evitar algunos comentarios racistas que se empezaron a generar en las redes sociales.
La viruela símica apareció en el año 1.958 en Dinamarca en una colonia de monos que eran utilizados para labores de investigación, mientras que en personas el primer caso documentado se conoció en la República Democrática del Congo en 1.970.
Sus síntomas tienen cierta similitud con los de la viruela convencional, aunque es menos grave, pero implica erupción cutánea cerca de los genitales y en varias partes del cuerpo, que inicialmente son manchas planas y luego protuberancias dolorosas.
Actualmente en Estados Unidos por ejemplo se tiene la vacuna de Jynneos como tratamiento aprobado para la viruela símica, la cual debe ser suministrada en dos dosis con un intervalo de cuatro semanas, que es el periodo en el cual se alcanza mayor eficacia de acuerdo a los niveles de anticuerpos en las personas que recibieron el fármaco.
Por su parte la Agencia Europea de Medicamentos dio el aval para la utilización del antiviral Tecovirimat, que ya se había desarrollado para la viruela, aunque su administración a los pacientes debe hacerse siempre bajo supervisión médica.
Igualmente se recomienda que el tratamiento en general se haga de forma adecuada para prevenir la aparición de secuelas importantes a largo plazo; con unas pautas definidas de nutrición e hidratación óptimas.
La prueba para su detección es de tipo PCR que se toma por la boca, aunque también es posible hacerla tomando una muestra del líquido que se acumula en las erupciones cutáneas.
Posteriormente se lleva a un instrumento termociclador para entrar en contacto con varios reactivos que tienen la huella digital o una parte del genoma del virus, para que sea posible detectar cuál de las muestras analizadas tiene coincidencias.